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La catedral de Burgos es un bellezón. Habrá quien diga que las hay más recónditas y misteriosas, más proporcionadas arquitectónicamente, más esbeltas. Me da igual. Cada vez que he visitado la ciudad, me he plantado delante del templo y siempre me impresiona su magnificencia, su ... elegancia, la absoluta perfección del conjunto. Los expertos comparan su estilo con el gótico francés, como las de París y Reims. Sin embargo, un historiador del país vecino me dijo un día: «La diferencia entre las catedrales europeas en general y las españolas es que estas últimas están llenas de riquezas, mientras el resto se vació».

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