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Como soy una vieja señora me considero con cierto derecho a contar batallitas. Ya que estoy en un suplemento de cultura, la batallita irá por ese lado, concretamente los cineclubs. ¡Ah, qué nostalgia de aquella maravillosa práctica de los setenta! Cines dedicados a una programación ... selecta que incluía películas clásicas, estrenos no comerciales y cintas de culto. Los jóvenes solíamos completar el aforo y a la salida, habitualmente frente a una buena cerveza, se iniciaban apasionadas discusiones que desgranaban opiniones, interpretaciones de los símbolos, comparaciones entre diversos directores y actores… Ahí conocí a maestros como: Truffaut, Losey, Kurosawa, Godard, Wilder, Visconti… y también me tragué algunos pestiños aburridos a morir como 'Antonio das mortes' (nunca lo olvidaré). El cine se ratificaba como 'séptimo arte' y proporcionaba cosas como reflexión, descubrimiento, capacidad de análisis, gozo estético y, no nos olvidemos, entretenimiento.

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