Adiós al silencio
Maggie O'Farrell | Escritora ·
Publica 'Sigo aquí', peculiares memorias en las que narra una vida muchas veces en el filo de la navajaMaggie O'Farrell | Escritora ·
Publica 'Sigo aquí', peculiares memorias en las que narra una vida muchas veces en el filo de la navajaELENA SIERRA
Viernes, 1 de marzo 2019
La escritora británica Maggie O'Farrell le respondió a su marido, el también escritor William Sutcliffe, que antes se hacía matemática que hablaba de su vida, cuando en casa surgía la conversación de por qué no ponerse a trabajar en unas memorias. Y es que ... O'Farrell tenía mucho, mucho que contar. No quería remover el pasado, solo de pensarlo le entraba urticaria. Pero algo cambiaba hace un par de años o tres, cuando empezó a darle forma a 'Sigo aquí' (publicado en castellano por Libros del Asteroide a principios de febrero). Y aun así estaba tan insegura y se sentía tan rara escibiendo sobre sí misma –sin velos, porque el hecho es que en muchas de sus narraciones se pueden encontrar referencias a cosas que ella misma ha vivido–, que a su editor inglés le pidió como adelanto una sola libra, por si se echaba atrás antes de terminar.
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Lo que O'Farrell (Coleraine, Irlanda del Norte, 1972) va desgranando son momentos de vida en los que ha estado muy cerca de la muerte. Siguiendo esos hitos, y son unos cuantos, se puede trazar parte de la existencia de una mujer que escuchaba a sus profesores y compañeros de clase preguntarle si su padre era terrorista del IRA, por ejemplo, en sus primeros años de estudio; que vivió en Escocia y en Gales de niña y adolescente; que se zambulló en un antiguo poema inglés mientras iba a la Universidad y se perdió las lecturas de su época por estar enfrascada en él, por querer hacerlo objeto de su tesis; que se mudó a la otra punta del mundo cuando no le concedieron una beca para seguir en la Universidad; que de repente comenzó a leerse todas las novelas que pilló... y descubrió que tenía que escribir las suyas, aparte de contar otras historietas en el ámbito del Periodismo.
La madre de Maggie recuerda la vez que estuvo a punto de darle en la cabeza con la puerta del maletero como el primer encontronazo de la niña con la muerte. Como aquella otra vez que casi la atropella un coche por no poder estarse quieta y esperar tranquilita a que los otros cruzaran la carretera. Una ola mala que la revuelca bajo el mar y la hace volver a la orilla envuelta en sangre es otra de sus anécdotas, como ese avión que cae en picado y acaba con parte del pasaje rebotando contra el techo y dolorido. Pero hay en su currículum momentos bastante peores, fundacionales, se dice.
De niña, pasó más de un año en la cama y en el hospital no tenían mucha esperanza de que sobreviviera a la encefalitis de la que aun le quedan secuelas; tardó mucho en poder moverse, caminar, volver a clase, leer, hablar. A veces tartamudea, a menudo pierde el equilibrio, no puede hacer varias cosas al mismo tiempo porque algo saldrá mal si lo intenta, no es capaz de calcular distancias –eso una vez a punto estuvo de costarle que un camión se la llevara por delante, ya de adulta–, no se orienta en la oscuridad... Lo cuenta en 'Sigo aquí', pero parte de la experiencia fue novelada en su tercera novela, 'The Distance Between Us', premio Somerset Maugham.
La vida y otros riesgos
De adolescente, se cruzó durante un paseo con un tipo muy raro que se empeñó en caminar con ella y que, en un momento, le echó al cuello la correa de sus prismáticos. Ella se zafó. Fue a la Policía. No le hicieron caso. Días después aquel mismo hombre mató a otra chica en el mismo paraje. Esta historia la verbalizó por primera vez, ya adulta, durante un viaje a Chile en el que, en un atraco, alguien le puso un machete en el cuello. Se la contó a su novio, el mismo que la animaba a escribir sus memorias.
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El mismo que es el padre de sus tres hijos. En el parto del primero, Maggie O'Farrell estuvo a punto de morir. Quien haya leído 'La primera mano que sostuvo la mía' (Premio Costa) reconocerá la hemorragia, la operación de urgencia, la debilidad y la extrañeza ante todo y la depresión posteriores que sufre la protagonista. El niño llorón, agotador, también recuerda a ese primogénito real que no le dio tregua durante meses.
Otra de sus hijas merece capítulo aparte en 'Sigo aquí'. La niña nació con eczema crónico y es alérgica a cientos de cosas. Ha estado al borde de la muerte varias veces y ha cambiado la vida de la familia por completo. A la autora le ha dado más fe en la narración, en el poder de las palabras, para hacerle entender a una niña hospitalizada lo que ocurre y para que sepa que no está sola. Que no hay silencio, ese del que O'Farrell ya se ha cansado.
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Maggie O'Farrell nació en Irlanda del Norte en 1972 y se crió allí, en Gales y en Escocia Ha escrito hasta ahora siete novelas, entre ellas 'The Distance Between Us' (premio Somerset Maugham), 'La extraña desaparición de Esme Lennox', 'La primera mano que sostuvo la mía' (premio Costa), 'Instrucciones para una ola de calor'. 'Sigo aquí', en Libros del Asteroide, es un libro raro de memorias.
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