Guillermo Gómez Muñoz
Sábado, 13 de abril 2024, 00:04
El diccionario abunda en palabras alusivas a un pueblo o etnia que con el tiempo adquieren acepciones alimentadas por odios y prejuicios. El caso que nos ocupa -adefesio- se encuadra en esta categoría, aunque con el paso de los siglos hayamos olvidado por completo su ... historia prejuiciosa.
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Un adefesio, según la RAE, es una «persona o cosa ridícula, extravagante o fea». Su origen, sin embargo, nada tiene que ver con estos atributos. Su historia la recoge Fernando de la Orden en su libro '300 historias de palabras', una joya para amantes de curiosidades etimológicas. El término se compone de la preposición latina 'ad' y el acusativo plural 'Ephesios', literalmente 'a los efesios', aunque ligada a hablar se torna en locución adverbial con el significado de 'hablar inútilmente'. Corominas recopila diversas teorías sobre su origen, aunque concluye que está vinculado a la predicación de San Pablo entre dicho pueblo.
Tal y como el propio apóstol menciona en su epístola a los corintios, los efesios rechazaron sus prédicas y estuvo a punto de morir «a manos del populacho concitado por los alarmados negociantes que vivían del culto a la célebre imagen de Artemis». Entre epístolas, los prejuicios crearon un sinónimo de 'en balde' de la expresión «hablar ad Efesios» y un monumento a la fealdad y la extravagancia del castellano «adefesio».
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