Una actriz luminosa
El latido cultural ·
Meryl Streep es una de esas intérpretes que brillan en la pantalla y está bien incluso en bodrios como 'No mires arriba'El latido cultural ·
Meryl Streep es una de esas intérpretes que brillan en la pantalla y está bien incluso en bodrios como 'No mires arriba'Pesa sobre ella la quizá abrumadora carga de ser considerada la mejor actriz viva de Hollywood, ha ganado tres veces el Oscar, el premio de interpretación en el Festival de Cannes (entre otros galardones) y a sus espléndidos 73 años continúa en plena actividad con ... su nombre siempre asociado al concepto de prestigio. Meryl Streep está bien incluso en bodrios del calibre de 'No mires arriba' (2021), absurda comedia de Netflix (tuvo mucho éxito) en la que interpretaba a una presidenta de Estados Unidos aún más cretina que Trump.
Publicidad
Meryl Sreep es una estrella luminosa. Hay actrices que, como ella, brillan en la pantalla, que irradian luz, como si atraparan la de los focos y la reflejaran aumentada. Catherine Deneuve, Katharine Hepburn, Marilyn Monroe, Carole Lombard o Margot Robbie, por citar una de reciente fulgor, serían para mí algunas de ellas. Hay otras cuyo magnetismo reside en lo contrario, en el encanto de la oscuridad, en algo turbio y desde luego no menos atractivo. Isabelle Huppert, Bette Davis, Jeanne Moreau, Anna Magnani o Marlene Dietrich pertenecerían al encanto del azabache.
Citaré algunas de mis películas favoritas con Mery Streep. Comienzo con 'El cazador' (1978), creo que la película mayor de Michael Cimino. Permanece la larga escena de la boda, con permiso de la de 'El padrino', quizá incluso por encima de las de la ruleta rusa. Y también Meryl, en plena juventud (29 años), con su resignado y sensible personaje de Linda, la chica de una comunidad rusa en ese pueblo de Pensilvania volcado en la factoría de fundición de acero, que ve cómo sus amigos y el hombre al que quiere se alistan para ir a Vietnam y abren la puerta a la tragedia. En 1982 fue, con una convicción conmovedora, la judía polaca Sophie, una superviviente de Auschwitz a quien rompieron el alma haciéndole escoger, a su llegada al campo, cuál de sus dos hijos iba a morir como condición para que el otro sobreviviera en principio. 'La decisión de Sophie' fue dirigida por Alan J. Pakula y se basa en la gran novela homónima de William Styron. Quizá su interpretación que más me gusta es la de la condesa Karen Blixen, que después será la escritora Isak Dinesen, en 'Memorias de África' (1985), basada en la autobiografía de Blixen, para mí la mejor película de Sidney Pollack. Al hilo de la luminosidad de Meryl Streep, resplandece como nunca en la famosa secuencia, plena de sensualidad, en la que el cazador Denys Finch Hatton (Robert Redford, que está muy guapo), su amante, le aclara el pelo que ha terminado de lavarle a la luz del sol, en esa romántica historia de amor entre dos espíritus libres.
En 1995 fue Francesca, en una de sus interpretaciones que perduran, la esposa de vida tan apacible como aburrida hasta que aparece Robert, un veterano fotógrafo de 'National Geographic' interesado en los viejos puentes de ese condado en 'Los puentes de Madison', dirigida y coprotagonizada por Clint Eastwood.
Publicidad
La versatilidad de Streep es manifiesta en dos personajes de características opuestas que interpretó el mismo año, 2008. En 'La duda', de John Patrick Shanley basada en su propia obra de teatro, es la hermana Aloysius, directora de un colegio católico, una profesional de la represión y la perfidia. Mientras que en 'Mamma mia!' (Phyllida Lloyd), una optimista comedia musical, baila, canta canciones de Abba y transmite pura alegría de vivir.
Y en 'Los archivos del Pentágono' (2017), se puso a las órdenes de Steven Spielberg para recrear otro personaje real, la mítica dueña de 'The Washington Post' Katharine Graham, acompañada por Tom Hanks, que es Ben Bradlee, el no menos mítico director del periódico. La película cuenta, justo antes del Watergate, el tempestuoso caso de la publicación, primero por 'The New York Times' y después por 'The Post', del informe clasificado que Robert McNamara encargó sobre el curso de la Guerra de Vietnam y que demostraba que sucesivos presidentes la prolongaron a sabiendas de que era imposible ganarla. Graham y Bradlee (Streep y Hanks) muestran la grandeza del cuarto poder cuando la Historia pide que te la juegues y que estés a la altura de las circunstancias que te ha tocado afrontar. Uno de los jueces del Supremo que les dio la razón y los absolvió, escribió: «La prensa libre está al servicio de los gobernados, no de los gobiernos». Larga vida a Meryl Streep; que nos siga iluminando mucho tiempo con la luz de su arte.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.