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La mayor catedral bizantina, construida en la primera mitad del siglo VI, cambió de advocación durante casi 500 años tras la conquista otomana de Constantinopla; los medallones con nombres de personajes ilustres del Islam fueron añadidos en una restauración del siglo XIX pagada por un jeque árabe; la forma de la enorme basílica bizantina es más que evidente en la volumetría general del edificio.
Sincretismo religioso y arquitectónico

Sincretismo religioso y arquitectónico

Algunos templos mantienen elementos de los distintos credos que han acogido

Gerardo Elorriaga

Viernes, 23 de diciembre 2016, 16:57

La figura del Pantocrátor parece alzarse sobre la bruma irregular que oculta sus pies, como si se tratara de un superviviente de otra época que intenta zafarse de la niebla del tiempo y recuperar su magnificencia. La mirada de un espectador actual puede sugerir una ... interpretación contemporánea de la fe cristiana, pero el peculiar estado de la famosa déesis de Santa Sofía, la representación de Cristo flanqueado por la Virgen y San Juan Bautista, tan solo responde al intento de borrar los frescos que decoraban los muros de la catedral de Constantinopla. En el siglo XIII, cuando se pintó esta obra, considerada cumbre del Renacimiento bizantino, un dictamen del cadí Abu Zakaria Mohiuddin Yahya Ibn Sharaf An-Nawawi permitió a las tropas musulmanas hacerse con los templos de aquellos territorios conquistados si los tratados de rendición no reconocían el derecho a su propiedad y uso como lugar sagrado. La imagen sobrevivió, siquiera parcialmente, a la furia iconoclasta de los nuevos propietarios en un entorno de mixtura religiosa en el que también se pueden contemplar grandes medallones con versículos del Corán.

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