Justicia y venganza

El ajedrez es una miniatura de drama. Está en Cervantes, en Lope, Shakespeare y Ben Jonson, en el austriaco Plöckinger de 'Aventura de un peón en el tablero', y más cerca 'El ajedrez del diablo' de Calvo Sotelo, o el 'Reikiavik' de Mayorga. La partida es una batalla. ¿El ajedrez no es cruento? Acaba en el jaque mate, el mate pastor, el jaque del loco... Si los humanos aceptan convivir, un día le ocurre algo a quien te afecta, pasas de testigo a víctima y se nubla la frontera entre justicia y venganza, entre reglas de juego y el jaque mate (el tema de 'Prima facie' de Suzie Miller).

Enfoca 'Presunto' una pulsión escondida: la violencia propia. La estructura del ajedrez no es nueva: un enemigo en tus manos, el cautivo de guerra, el policía y su preso. Pero descoloca rendirse a quienes te odian de corazón. La autora y actriz Idoia Merodio ('Madre coraje', 'Bernarda Alba') confronta hacer justicia con defender a quien te daña.

'Presunto' es breve, densa y vertiginosa. Efectismos y chasquidos de transición. Fichas de roles sin matices. Y aquí los roces porque las jugadas se fragmentan, se avanza con 'apartes' ante el público y la acción se hace foto fija. Hay altibajos en la temperatura del drama, que quizá se pensó para un espacio pequeño, por el volumen discontinuo de las voces y la dicción.