Sorprender al público, pero también a sí mismos y seguir aprendiendo de la mano de los mejores. En unas cuantas pinceladas esas son las motivaciones que mueven a la compañía Altraste Danza, dirigida por la bailarina y coreógrafa Zuriñe Benavente y el músico Ignacio Monterrubio. Este grupo –que tiene como centro de operaciones Vitoria– sopla las velas siendo una de las grandes referencias de la danza contemporánea de Euskadi. Con montajes que buscan acercarse al público «de una forma especial». Pero también como impulsores de 'DanzÁlava', un festival que celebra diferentes talleres en torno los «nuevos lenguajes del cuerpo» en Artium y en el Conservatorio de Danza José Uruñuela.
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Este año han estrenado 'Lutinier', un montaje sobre las oportunidades que ofrece la vida de «renacer y volver a empezar», y 'El Bolero', un solo de danza de Benavente que se pudo ver en Kaldearte. «Comparten la una búsqueda de una relación diferente con el público y más cercana», apuntan. Se pueden representar más allá de un teatro. «Hay público que ya no quiere entrar a un teatro por su propia estética y busca algo más alternativo».
Ese circuito lo conocen bien, sobre todo Benavente, tras recorrer Centroeuropa en diferentes talleres, muestras y a bordo de compañías. «Alguna vez hemos echado en falta en Vitoria un espacio para unas 100 personas. En Bruselas hay muchos sitios así (como Garage29), que sirven para salas de ensayo, pero también para hacer representaciones», comentan.
Junto a Azala; la sala Baratza; Proyecto Larrua o Sleepwalk Collective, entre otros, han situado la danza contemporánea alavesa en un gran escaparate. A pesar de que le restan importancia a su labor, la labor de Benavente y Monterrubio al mando de 'DanzÁlava' ha sido vital para atraer a figuras internacionales hasta Vitoria.
«Es que la seña de identidad de Altraste siempre ha sido intentar descubrir nuevas formas y nuevos caminos», dice Monterrubio acerca de un festival que crearon en 2017 y por el que han pasado creadores como Mónica Valenciano, Premio Nacional de Danza; Meg Stuart, León de Oro de la Bienal de Venecia; o la bailarina portuguesa Vera Mantero, uno de los nombres más destacados de la Nova Dança. «Viene gente de toda Europa Bruselas, Francia, Suiza, Finlandia…», reconocen acerca de la procedencia de quienes se inscriben a cada 'workshop'.
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Una de las grandes citas que brindará Altraste este año es la presencia de Tino Sehgal para una muestra en los próximos meses(aún sin fecha) en Vitoria como parte del cartel de 'DanzÁlava'. Con Sehgal, uno de los artistas más aclamados de los últimos tiempos en el terreno de la 'performance', trabajaron hace unos meses en el Centro Botín ('This youiiyou'). Será un paso más en la apuesta de una dupla que mira más allá de fronteras.
- Programar talleres con referentes, sacar adelante montajes, trabajar la relación con otras compañías… todo esto lleva a pensar que no se puede vivir de una sola en el arte no se puede. ¿Es también una forma de supervivencia?
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- Para mí no es tanto supervivencia. Es una realidad, pero también surge de una necesidad. Los talleres de formación también enriquecen a otros proyectos. No concibimos centrarnos solo en la creación sin poder colaborar, sin poder estar en contacto con estas artistas, sin estar en contacto con la gente que viene de diferentes partes. Si te centras en tu burbuja te puedes quedarte ahí. Y la seña de identidad de Altraste es siempre intentar descubrir nuevas formas, nuevos caminos siguiendo lo que se hace en Europa. No queremos quedarnos en la burbuja de lo local.
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