El talento senior, un bagaje de sabiduría que la sociedad «no puede desaprovechar»

Toti Martínez de Lezea pertenece a un colectivo formado por personas invisibles. «La personas de cierta edad estamos desapareciendo a todos los niveles: de tertulias, publicidad, de las noticias... tan sólo aparecemos cuando te atropella una moto», lamenta la novelista. En nuestra sociedad existe la creencia de que las generaciones precedentes y su talento y experiencia acumulada parecen irrelevantes para el progreso. Esa cuestión y todo lo que pueden aportar quienes sufren la marginación es el motivo de una conferencia que tendrá lugar hoy en el Aula de Cultura El Correo y que contará con la intervención de la citada autora, el pianista Joaquín Achucarro, el exconsejero delegado de Iberdrola y actual presidente de Bilbao Metrópoli 30, José Antonio Garrido, y el ingeniero de caminos José Tesán.

A la hora de programar eventos, charlas o presentaciones, la escritora reclama que se cuente con gente que lo hace bien, independientemente de sus años. «Quizá no se pueda cantar ópera con 80 años, pero podemos enseñar, dar consejos, nos encanta hablar de lo que sabemos y dar consejos», explica. «Hay que trasmitir para que los nuevos no cometan los mismos errores, aunque lo harán».

El pianista Joaquín Achúcarro admite que la edad pasa para todos, pero con distintas consecuencias en función del ámbito profesional. «Llega un momento en el que los deportistas de élite no juegan como antes, y se convierten en entrenadores o consejeros para inculcar esa experiencia en aquellos que vienen con fuerza».

La estima es importante para fortalecer la relación. El intérprete apunta el maravilloso respeto que se profesa hacia los mayores en Japón y del que Occidente carece. «Aquí se suele decir que ese está acabado, por ejemplo, o que sobrevive», lamenta y tacha de «disparate» que en casi todos los empleos la edad de jubilación suponga que la persona se vaya a su casa. «Hay que potenciar la trasmisión cuando tienes algo importante que dar».

Las instituciones, a su juicio, han de esforzarse en mejorar esta trasmisión. «El gobierno debería potenciar actividades como las master class o los planes de retiro para salvar ese conocimiento, aunque es una cuestión que concierne a todos. En mi caso, yo sigo con mi actividad concertística unida a la pedagógica y continúo estudiando y aprendiendo».

El aumento de la esperanza de vida provocará profundos cambios sociales. «Es tiempo para una reflexión estratégica sobre esas transformaciones», indica José Antonio Garrido, y apunta la necesidad de que los mayores permanezcan activos en la medida de sus posibilidades. «Hay que descubrir a aquellos que son referentes a lo largo de la vida laboral», precisa.

La sociedad debe aprovechar ese bagaje de sabiduría. «Pero no como jarrones chinos», aduce. «Ante el aumento de la esperanza de vida, no podemos relegar a una porción creciente de la población a una condición improductiva y poco saludable. Tenemos que hacer una llamada de alerta». El ejecutivo recuerda que en 1990 había 95.000 centenarios y hoy son medio millón. «Habrá una exigencia de salud muy importante y debemos planificar el futuro».

El talento senior mezcla capacidad y experiencia. «Pero, a veces, lo más importante es aquello que tiene que ver con lo emocional y no técnico», apunta el ingeniero José Tesán. «No puede ser que te aparten cuando estás en el cénit de muchas cosas», advierte. «Es un error enorme que en nuestro proceso de aprendizaje y maduración no se integre la generación precedente».

Los libros, en su opinión, aportan un saber simplificado. «Son nuestros coetáneos y miramos hacia otro lado», denuncia y alega la necesidad de la convivencia y la conversación. Destaca el mentoring, esa relación entre el veterano y el principiante, y destaca su valor en cuestiones que van más allá del traspaso de conocimientos. «Hablamos de cómo abordar cuestiones profundas que exigen madurez humana».

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