Sugerente

La combustión creativa, los cuestionamientos históricos y el cambio socioeconómico de los años 20 dan para muchas tesis expositivas y también para un afortunado enlace ... reflexivo con esta contemporaneidad llena de incertidumbres que nos ha tocado vivir. Si por un lado los años 20 y todas sus disciplinas artísticas constituyen una especialización de la marca Guggenheim -al contar por igual con una formidable colección que aglutina todos los ismos o también con una amplia experiencia en las revisiones expositivas consagradas a este periodo-, también la influencia de esa explosión creativa sigue siendo visible en muchos movimientos contemporáneos o incluso en el trabajo de diversos creadores actuales, desde la pintura y la escultura a la fotografía o desde la arquitectura a las artes aplicadas. Cierto es, además, que la gripe española tras la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias contaron en la génesis histórica de ese trascendental cambio de los años 20, con lo cual la similitud reflexiva con el momento actual que puede propiciar la exposición programada por el Museo Guggenheim se antoja ciertamente sugerente. También lo es la anunciada colaboración de Calixto Bieito en el montaje de la muestra y en la extensión de la misma a la programación del Teatro Arriaga. Si hace años la escenografía teatral de Bob Wilson enriqueció sublimemente la exposición dedicada a Armani, la interpretación escénica siempre innovadora de un director de culto como Bieito constituye un atractivo excepcional. Lo mismo que la posibilidad de revisar sobre las tablas del viejo Arriaga la contemporaneidad del expresionismo, del surrealismo, del teatro del absurdo o incluso, por qué no, de la inolvidable Josephine Baker en 'La Revue Nègre'.