La iglesia de Sobrón Alto, en Lantarón, sufre un deterioro continuo desde 2012. Hispania Nostra

Seis monumentos vascos se suman a la Lista Roja de patrimonio en peligro

Una iglesia alavesa, cuatro instalaciones mineras vizcaínas y parte del cuartel de Loiola, en San Sebastián, figuran en este registro de denuncia que elabora Hispania Nostra

Jueves, 18 de enero 2024, 01:08

Seis monumentos vascos han pasado a formar parte de la Lista Roja de patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra a partir de propuestas realizadas por particulares que son sometidas al estudio de un comité de expertos. Puesto en marcha en 2007, se trata de ... un registro cuyo objetivo es «hacer visibles todos aquellos bienes en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores». Son los peligros que corren las seis construcciones vascas incorporadas: la iglesia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, en Sobrón Alto, Lantarón (Álava); cuatro hornos de calcinación vizcaínos; y parte de las instalaciones del antiguo cuartel del Ejército de Tierra en Loiola, San Sebastián.

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El templo alavés, de planta rectangular y levantado a partir del siglo XVI en fecha indeterminada, no goza de ningún tipo de protección específica. Es una construcción de propiedad privada que lleva sufriendo un deterioro continuo desde 2012, cuando se vino abajo la cubierta del campanario. «En los años recientes, han comenzado a distinguirse grietas en dichos muros que se han ido pronunciando con el paso del tiempo. También se ha hundido la cubierta del pórtico de la iglesia», detallan desde Hispania Nostra.

La cubierta del templo también está dañada. «Ha sufrido pérdidas de material con el desprendimiento de algunas tejas. Como consecuencia, las pinturas que se encuentran en el interior se están deteriorando, los púlpitos se han caído y, también, las lápidas ubicadas dentro de la iglesia se están levantando».

Patrimonio industrial

Las cuatro construcciones vizcaínas forman parte del maltratado patrimonio industrial del territorio. Se trata de los hornos de calcinación de la mina Catalina del coto minero Sarachaga, en Sopuerta; la mina Segunda del coto minero Ollargan, en Arrigorriaga; de la mina Complemento del coto minero Covarón, de Muskiz; de la mina Demasía a Complemento, también en Muskiz.

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«La minería del hierro en Bizkaia gozó de gran importancia a partir de la segunda mitad del siglo XIX, debido al interés que mostró la siderurgia europea por el excelente mineral de hierro vizcaíno», recuerdan en Hispania Nostra. La explotación a gran escala fue tal, que a finales del siglo XIX llegó agotamiento de los minerales más preciados, lo que obligó «a las empresas mineras a calcinar el carbonato de hierro en los hornos de calcinación». Durante casi un siglo se levantaron estas instalaciones, «que fueron evolucionando en forma, dimensión y material, al mismo tiempo que se adaptaban a los nuevos recursos tecnológicos y optimizaban el proceso de calcinación».

Sobre el papel, todas estas construcciones industriales tienen algún grado de protección. Pero la realidad es que estos hornos «llevan varias décadas en estado de abandono total», desconociéndose el momento en el que dejaron de funcionar. «La vegetación ha invadido por completo las estructuras, comenzando a resquebrajarse en varios puntos y poniendo en peligro su conservación». Salvo los de Arrigorriaga, que son de titularidad pública, estos hornos son de propiedad privada.

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Por último, la Lista roja ha incorporado a parte de las instalaciones del cuartel militar de Loiola, en San Sebastián, proyectado en 1920 en estilo historicista vasco, construido a partir de 1922 e inaugurado en 1926. «La conservación del complejo arquitectónico es óptima en las instalaciones que están en uso –por parte del regimiento de Infantería Tercio Viejo de Sicilia Nº 67–». Han sido sometidas a periódicas reparaciones. «Sin embargo, el resto de los espacios que completan el cuartel se encuentran abandonados y presentan un deficiente estado de conservación» . A pesar de haber sido propuestos para ser incluidos en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (PEPPUC) con grado B y para ser declarados Monumento de Euskadi, «No gozan de ningún tipo de protección específica». El complejo es propiedad del Ministerio de Defensa.

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