En tan privilegiado rincón del valle de Ayala, mantiene el Taller-Museo Santxotena de Artziniega un ritmo distinguido de muestras públicas -que son en otro orden de iniciativa particular- durante los doce meses del año. En esta ocasión, junto a piezas escultóricas del propio titular ... del museo, asistimos a un deleite muy heterogéneo de obras pictóricas con firmas artísticas contemporáneas vivas y otras ya fallecidas que ofrecen dinámica expansiva de lo que es una colección privada desarrollada con naturalidad y amplitud de miras. Sin más satisfacción que dar rienda suelta a un gusto propio, al reconocimiento y aprecio por unos determinados autores y un interés cierto sin fanatismo hacia las múltiples corrientes del arte contemporáneo. Sumando tiempos generacionales y diversos marcos geográficos aparecen así reunidas 82 obras de 62 creadores entre unas mismas paredes.
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Dentro de esta extensa nómina de autorías, ¿de qué nombres estamos hablando? Pues firmas del empaque ya histórico de Clavé y Vela Zanetti, y de la activa Menchu Lamas; de los vitorianos Fiestras, Garayo, González de San Román, Iñurrieta, Lafuente, Mieg, Ortiz de Elguea, Pichot, Suárez Alba y Ugarte; más próximos al entorno, figuran cuadros de Pinto, Quincoces o Ureta; encontramos trabajos de los guipuzcoanos Bonifacio Alfonso, Basterretxea, Chillida, Erenchun, Goenaga, Ruiz Balerdi, Sistiaga o Zumeta; distintas aportaciones de los vizcaínos Arteta, Cundín, García Barrena, Ormaolea o De Vargas, así como otras manifestaciones de los navarros Basiano, Garralda o Ana Marín. Pero son muchos más. Trayectorias plurales que superan en su recorrido más de un siglo.
No hay ni pretende haber en esta muestra intencionalidad académica alguna. No se vislumbra una dirección específica, una orientación de plano único. Tampoco aparecen seguimientos férreos hacia escuelas o doctrinas específicas. No son esos los puntos de partida ni de gestación de esta colección. Son obras por derecho propio orientadas llanamente a un goce privado y ahora, en esta exhibición, al disfrute público. Un propósito que justifica esta abrumadora concentración de piezas: 'Emoción a través del arte'.
El coleccionismo público o privado aporta siempre unas señas de identidad. Coleccionista generoso Xabier Santxotena con larga andadura, va para 35 años que conocimos personalmente una parte de su colección de arte, ahora enriquecida con otros aportes por Teresa Lafragua. Ese es el sentido y el encanto de esta enciclopédica selección de piezas: el deleite estético. Y el placer por mostrarlo. Ya lo hemos subrayado e insistimos en una idea que nos resulta también en su actitud y puesta en práctica sencillamente encomiable.
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'Emoción a través del arte': Exposición de pintura contemporánea de los siglos XX y XXI. 82 obras de 62 artistas.
Horario: Sábados 11.00-14.00 y 16.30-19.30, y domingos 11.00-14.00.
Hasta cuándo: 1 de junio.
Coleccionistas hay -ellos sabrán- que ocultan su patrimonio bajo siete llaves. Y no es por miedo a Hacienda y sus derivadas. No. Eso es un mantra. Por eso constituye un verdadero privilegio oportunidades como esta. Como muestrario de una sensibilidad abierta a muchos gustos y otras tantas inquietudes. Sin establecer fronteras de concepto o de estilo, por eso mismo magnificando nombres diversos y credos pictóricos con sus diferentes técnicas de expresión artística. El arte sin vallas ni impedimentos cerriles. Debería ser siempre así.
Por supuesto otro hurra para los planteamientos monográficos y mucho más específicos, más concentrados en torno a una idea o un mismo discurso, pero no es lo que corresponde ahora. Si todo coleccionismo cuenta una pequeña o gran historia, la historia aquí narrada es la gozosa interpretación de un arte plural. Con direcciones sentimentales por doquier. Pequeñas joyas que enriquecen la vista en lo posible.
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Porque de eso se trata; de ofrecer en esta muestra temporal una visión panorámica de una colección privada -con otras generosas incorporaciones- que apuesta admirativamente por las múltiples vías del arte de este último siglo. Que exige en el espectador atenciones más pormenorizadas por el camino de la emoción que es la que nos acerca a la realidad de las cosas. La emoción es una forma de conocimiento. Quizá la más perdurable en el tiempo y en el corazón. Y si se transmite o se sabe hacerlo, es todo mucho mejor.
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