Sancho de Azpeitia, el vizcaíno que se tomó en serio a Don Quijote

Ayer, Bingen Zupiria, consejero de Cultura y portavoz del Gobierno vasco, recuperó al personaje en su intervención en la apertura de la Reunión Anual de Directores del Instituto Cervantes, en San Sebastián. «Me van a permitir que me dirija a ustedes 'en mala lengua castellana y peor vizcaína', como lo hiciera, según el narrador del 'Quijote', el hidalgo vizcaíno en su encuentro con el caballero manchego», dijo Zupiria en su intervención, en la que reivindicó la diversidad lingüística de España para garantizar la supervivencia de lenguas como el euskera.

El consejero se refería al embrollado lenguaje que Cervantes puso en boca del escudero de Azpeitia, un tópico, el del vasco que hablaba mal castellano, común en las comedias del Siglo de Oro. Se ha discutido si el tratamiento que da Cervantes al personaje refleja alguna animadversión del autor hacia los vascos o todo lo contrario. La segunda opinión parece contar con más apoyos.

Sancho de Azpeitia y Don Quijote se enfrentan porque el segundo pone en duda la nobleza del primero. La cuestión, como destacó Miguel de Unamuno en 'Vida de don Quijote y Sancho', es que el de Azpeitia ve al loco héroe manchego como a un igual, como un noble caballero con el que solo cabe resolver las cuestiones de honor en combate singular. Ni se ríe de su delirio, ni lo humilla, ni lo apalea a traición, como hacen todos los demas. «Va de igual a igual», escribió Unamuno. En realidad «fue la lucha de dos Quijotes, el manchego y el vizcaíno, el del pardo páramo y el de las verdes montañas». Bilbao le recuerda con una calle en Deusto, 'Sancho de Azpeitia'.