José Luis Villacañas, en la Biblioteca Josefina Soria de Cartagena. JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ/AGM
José Luis Villacañas | Filósofo e historiador de ideas políticas

«La división que hay en España nos debilita como país ante futuros conflictos»

Crítico con la clase política y con la ciudadanía españolas en la actual coyuntura, cree que Rusia no puede permitirse perder la guerra en Ucrania «pero tampoco ganarla». «Tiene que llegar a sentarse de una manera nítida y clara en una mesa de negociación»

antonio arco

Domingo, 27 de marzo 2022, 00:19

Nacido en Úbeda en 1955, gran conocedor de la historia de las ideas políticas, catedrático de Filosofía en la Complutense madrileña y director de la Biblioteca Saavedra Fajardo de Pensamiento Político Hispánico, advierte que la renuncia al cultivo de la inteligencia engendrará un tropel de ... torpezas y sombras que pagaremos caro. Seguimos en guerra.​

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– ¿Y Estados Unidos?

– La Administración Biden ha dispuesto cerrar filas con Europa a condición de que Europa establezca un nuevo telón de acero con Rusia. Y, claro, eso es peligrosos porque Rusia es una potencia nuclear, tiene ya un acuerdo estratégico con China y, por tanto, con la emergencia de la alianza de esos grandes poderes, el mundo democrático, el mundo occidental, inevitablemente está en peligro, sobre todo cuando comprendemos hasta qué punto China ha permeado África y América Latina.

– Volvemos por tanto a la política de bloques.

– Para los países democráticos, y fundamentalmente para Europa, que era una región pacífica, la situación es peligrosa en cuanto que puede devenir de nuevo una situación de bloques armados que exigirán de Europa una toma de posición que no puede ser otra que la de Estados Unidos; pero, ciertamente, ajustando toda nuestra política exportadora y económica, que el propio Estados Unidos decretó que debía ser mundial. Nosotros le hicimos caso cuando había que mundializar la economía, y ahora tendremos que plegarnos de forma obediente cuando la consigna es generar bloques militares y económicos; la sustitución del gas ruso por el norteamericano, la sustitución del petróleo ruso por el norteamericano, y también el mercado de armas norteamericano. Todo eso va a significar un peligro para la cohesión social, un peligro para el bienestar y en cuanto a producción de riqueza y, por supuesto, un riesgo de mayor intensidad del peligro de guerra, de una mayor belicosidad.

– ¿Qué peligro corre la Unión Europea?

– Desestabilizar la Unión Europa implicaría eliminar el último escudo que nos queda para no entregarnos de pies y manos a potencias que sabemos que son descarnadamente egoístas y que no van a tener en cuenta en absoluto nuestros legítimos intereses como pueblo y como Estado.

– ¿Qué se podría haber hecho para evitar la guerra?

– Europa ha sido arrastrada por Estados Unidos a este conflicto. Dice: 'Te protejo pero a cambio de que rompas los vínculos con Rusia'. Podría haber mejorado la situación si Rusia no hubiera visto que la aspiración real de Estados Unidos era integrar a Ucrania en la OTAN. De la misma manera que con Finlandia, con Ucrania se debía haber llegado a un estatuto de neutralidad, garantizar una protección defensiva de Ucrania pero no una incorporación al proceso de OTAN. Quizá eso hubiera bajado el tono de Rusia y hubiera impedido llegar a una situación de conflicto expreso.

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– Y una vez que el conflicto ha estallado, ¿qué?

– No tenemos otra opción que estar con la OTAN y con la Unión Europea, y por lo tanto tenemos que defender a Ucrania en el sentido de que debemos impedir que sea completamente tomada por Rusia para estar en condiciones de negociar esa neutralidad de la que hablaba. Creo que Putin no puede perder esta guerra, porque tiene todavía muchas armas en escalada que puede emplear; pero debemos decirle que tampoco puede ganarla, porque no podrá tener un control de Ucrania como el que tuvo de Hungría o de Checoslovaquia o como el que tuvo sobre el telón de acero. Que por lo tanto Ucrania puede convertirse en su Afganistán y esto es algo en lo que Rusia debe pensar como un grave peligro de desestabilización. Si Rusia no puede perder la guerra pero tampoco puede ganarla, inexorablemente tiene que llegar a sentarse de una manera nítida y clara en una mesa de negociación que, por cierto, dará mayores oportunidades a China de presentarse como un país pacífico desde un punto de vista geoestratégico. Hay que parar cuanto antes esta brutalidad y esta sangría, que es en lo que se está convirtiendo la guerra en Ucrania, y concederle un estatuto de neutralidad que dé garantías a todas las partes. Dejar claro que Rusia no va a avanzar hacia Occidente, pero que tampoco Europa ni la OTAN lo van a hacer hacia Oriente.

– ¿Es Putin un criminal de guerra?

– Me duele decir esto, pero sí. Putin es un criminal de guerra; ya lo fue en Siria, no hay que olvidarlo. Y lo fue en Chechenia y en Georgia. Putin en estos momentos ha violado todo el orden internacional, lo cual nos da una idea de la fragilidad del orden internacional y de hasta qué punto Rusia tiene un miedo radical, creo que de un modo equivocado –basta escuchar al patriarca Kirill de Moscú– a dejar de existir. Y esto le lleva a violar todo el orden y toda la normativa internacional y a situarse en una condición de criminal.

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El corto plazo

– ¿Cómo percibe a la ciudadanía española?

– Desde hace tiempo, advierto con tristeza que mirando permanentemente el corto plazo, fanatizada ideológicamente alrededor de consignas extremas y sin estar en posición de generar la exigencia de que los poderes públicos, sus poderes públicos, estén en condiciones de defender políticas medianamente convergentes y medianamente unánimes. Y esto, en una situación de conflicto, nos debilita más como país. En los conflictos del futuro, tener un país dividido será una debilidad que siempre es antesala de situaciones trágicas. Por eso yo siempre llamo la atención sobre la necesidad de reforzar democráticamente nuestras instituciones y buscar consensos básicos capaces de dar una mínima idea de unidad de pueblo, porque mientras esto no ocurra nuestras élites se despedazarán por tener la mayor parte del pastel de esa opinión pública dividida, enfrentada y fanatizada.

– Lo de siempre.

– Esto en España es endémico. La fragilidad de nuestra opinión pública y la incapacidad de llegar a grandes consensos respecto de las cuestiones fundamentales, así como el hecho de que siempre alguna fuerza política más o menos escondida, más o menos evidente, con más o menos desparpajo, o con medidas más o menos explícitas, siempre está a favor de uno de los actores, que no es aquel que efectivamente podemos decir que concierne a la generalidad del interés público. Y esto es muy preocupante.

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Inseguridad de los partidos

– ¿Qué panorama ofrecen las principales fuerzas políticas?

– El panorama de todas las fuerzas políticas españolas es muy complicado, y lo es justamente porque hay un estado basal de excitación de la ciudadanía que no permite un cálculo razonable de posiciones asentadas. Todas los partidos se sienten inseguros de su propio programa, de su propio discurso, y son continuas las ambivalencias. ¿Esto a quién beneficia? A quien se sitúa fuera de los márgenes, de toda normalidad, y va recogiendo poco a poco a los que se cansan de las esas ambivalencias de todos los demás. Esta es la razón de que Vox crezca, el hecho de que los demás partidos no están en condiciones de hacer una oferta clara porque en el fondo temen perder su clientela ante el estado fluido de la opinión pública. En el caso del PP y de Pablo Casado se ha mostrado de un modo evidente, como ocurrió también con Pedro Sánchez cuando fue apartado por toda la estructura burocrática del partido socialista. Lo que ha pasado con Casado es algo relativamente cercano a lo que pasó con Sánchez, aunque por supuesto siempre dijimos que Casado no era un líder de entidad como para estar en condiciones de enfrentarse a una crisis.

– ¿Y Alberto Núñez Feijóo?

– No creo que lo que llevó a Casado a su verdadera ruina esté desactivado porque haya emergido Feijóo. Tengo la impresión de que Feijóo es un líder débil, por otros motivos diferentes a los de Casado. Es un líder débil porque está acostumbrado a ganar en un sitio donde el control social del PP es de tal índole que no requiere una gran batalla, no requiere un líder que esté en condiciones de tener agallas políticas fuertes, puesto que solo le basta con ejercer y representar el sentido común de su propia comunidad, que está directamente controlada por el PP para tener mayoría absoluta. Pero España no es Galicia, y España ya no tiene sentido común; su sentido común está fracturado. Y por lo tanto representarlo de una manera pacífica, tranquila, sin esfuerzo, como hizo tanto tiempo el señor Rajoy, no es posible. Feijóo tiene que remangarse, tiene que ganar una batalla política, tiene que generar sentido común allá donde no lo hay, y esto obligará a un discurso de verdadero líder político. Estamos viendo que sus primeras manifestaciones son enormemente ambivalentes; por una parte viene con la moderación, y por otra se da cuenta de que con la moderación no está en condiciones de hacer oposición firme y entonces hace declaraciones muy radicales, con lo que entra permanentemente en el doble jugado que tenía Casado, y que le llevó finalmente a no contar con nadie.

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– ¿Y el PSOE?

– Es evidente que también tiene la vida complicada, porque en una situación como esta, con Biden imponiendo reglas de juego, Sánchez tiene que ser enormemente obsequioso con EE UU. Tiene en su Gobierno una serie de personas y ministros que Estados Unidos no quiere ni ver. Si Sánchez quiere tener algún tipo de buena relación con ese país tendrá que ponerse en la vanguardia de los que son obsequiosos con ellos. Lo hemos visto claramente con el reconocimiento del Sáhara como parte integrante del Reino de Marruecos. Imagínese lo que puede pasar si Argelia nos corta el suministro de gas.

«Que destruirá al PP»

– ¿Usted le ve futuro a Isabel Díaz Ayuso?

– En mi opinión, Isabel Díaz Ayuso y Vox constituyen buena parte de la pinza que destruirá al PP. Creo que ese es el mayor obstáculo al que se enfrenta el PP: se quiere generar un nuevo partido desde las élites alrededor de Esperanza Aguirre, Vox e Isabel Díaz Ayuso, que se moderará en algunos casos y en otros será de un neoliberalismo radical, y que meterá en cintura de forma extremadamente dura a los líderes autonómicos del PP, de tal modo que se podrá producir una reversión del Estado de las autonomías de manera importante. Yo creo que esto es lo que se busca realmente: poco a poco ir generando un trasvase de votos del PP a Vox y en un momento dado ir a por el Estado de las autonomías.

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– ¿Usted en qué confía?

– En que las élites periféricas, y hablo de las élites vascas, que están demostrando prudencia en toda esta situación, pero también las élites catalanas, valencianas, gallegas y andaluzas se den cuenta de que el destino del país pasa porque ellas quieran defender de manera clara el Estado de las autonomías. Por supuesto, con algunas reformas estructurales que debemos hacer para mejorar lo que ese Estado tiene de federal, y hacerlo institucionalmente más solvente y más viable. Esa batalla puede reunir todavía a una inmensa mayoría de españoles que frenen esa aspiración de una neocentralización radical del Estado.

Las frases

Rusia

«Putin es un criminal de guerra; ya lo fue en Siria, no hay que olvidarlo»

Estados Unidos

«Biden cierra filas con Europa para establecer un nuevo telón de acero con Rusia»

España

«Sánchez tiene en el Gobierno personas y ministros que EE UU no quiere ni ver»

El Partido Popular

«Díaz Ayuso y Vox constituyen buena parte de la pinza que destruirá al PP»

La política española

«Todas las fuerzas políticas se sienten inseguras de su propio programa y su discurso»

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