Iván Miñambres: «Nos llama gente de Pixar para decirnos que lo estamos haciendo bien en Euskadi»

Miñambres subió anoche en dos ocasiones al escenario del Palacio de Congresos de Sevilla para recoger dos Goyas que suma a los tres que ya posee. 'Unicorn Wars' se llevó el galardón a mejor película de animación derrotando por sorpresa a la gran favorita, 'Tadeo Jones 3. La tabla esmeralda'. En ese mismo apartado competía Fermin Muguruza con 'Black is Beltza II: Ainhoa', objeto de ataque del grupo de Vox en el Ayuntamiento hispalense, que ha tachado de «filoetarra» al exlíder de Kortatu y ha visto en la selección de su largometraje «otro capítulo más del blanqueamiento de ETA».

Según los datos del Ministerio de Cultura, 'Unicorn Wars', dirigida por Alberto Vázquez, la han visto en salas 4.700 espectadores desde su estreno el pasado 20 de octubre. Por su parte, la tercera parte de 'Tadeo Jones' llenó las salas el pasado verano vendiendo casi 2 millones de entradas. Miñambres también ha hecho doblete este año en los Goya con 'Loop', dirigido por el argentino Pablo Polledri, mejor cortometraje de animación, que ya se ha proyectado en 43 países y visitado 260 festivales internacionales en los que se ha llevado 120 premios.

'Unicorn Wars' y 'Loop' llevan el logo de Uniko, la productora especializada en cine de animación que Miñambres fundó en Bilbao en 2009. Con ella manufactura piezas de cine y también producciones audiovisuales para clientes como Adidas, BBVA, Skoda, Iberdrola, Carrefour y Leroy Merlín. Con su primer cortometraje, 'Birdboy', dirigido por el gallego Alberto Vázquez y el bilbaíno Pedro Rivero, obtuvo el Goya al mejor cortometraje de animación en 2012.Con otro corto, 'Decorado', de Álberto Vázquez, y el largo 'Psiconautas', de Vázquez y Rivero, las producciones de Uniko volvieron a conseguir sendas estatuillas.

En total, la docena de trabajos en los que ha participado Iván Miñambres suman más de 300 premios en un género, la animación para adultos, en el que resulta una odisea conseguir el favor del público en lucha con los gigantes para todos los públicos como Disney y Pixar. En 'Psiconautas', aparecían perros policía armados con escopetas de caza, un cerdo traficante de droga y un pajarillo que todavía no había aprendido a volar y afrontaba el día con un chute de ansiolíticos. La reconversión industrial en Galicia y Euskadi y el azote de la heroína sobrevolaban la cinta.

'Unicorn Wars', descrita por su autor como «un cruce entre 'Apocalypse Now' y 'Bambi'», desarrolla un corto que Alberto Vázquez dirigió hace unos años, 'Sangre de unicornio'. Enfrenta a una civilización de ositos militarizada y religiosa contra los mitológicos unicornios. La aparente candidez de sus criaturas contrasta con los temas que aborda. El filme ha costado 3 millones de euros, empleado a 250 profesionales y rodado, además de en Bilbao, en A Coruña, París, Angulema, Madrid, Barcelona, Valencia, Extremadura... Su premiere mundial tuvo lugar en el festival francés de Annecy, la meca del cine de animación.

Por su parte, 'Loop', que se puede disfrutar en abierto en YouTube, presenta a los habitantes de una ciudad donde todas las acciones son repetitivas, como si vivieran en un bucle infinito. Tal como hacemos nosotros en nuestras vidas. Las acciones de los personajes, en sus trabajos, en el ocio y en su cotidianidad, se van acelerando al ritmo de la música. Hasta que alguien se atreve a romper ese 'loop' desafiando al sistema y convirtiéndose en fugitivo.

El día de ayer fue un poco raro», confiesa Miñambres. «Iba con una tranquilidad absoluta a la gala por el trabajo bien hecho, con el convencimiento de que 'Tadeo Jones' iba a ganar. Por otro lado, sabía que 'Unicorn Wars' ha gustado dentro de la industria a compañeros a los que la animación no suele llegar, directores y técnicos de otras especialidades. Teníamos la esperanza de contar con su apoyo y, al final, David venció a Goliath». El equipo de 'As bestas', la gran triunfadora de la noche, felicitó al productor portugalujo. «Para ellos, el Goya de 'Unicorn Wars' era el más importante porque abría la puerta a un cine más diverso. Ojalá este premio sea un pica en Flandes».

Miñambres siempre ha apostado desde Uniko por la animación para adultos, una clasificación que no le gusta demasiado. «Es algo cultural, hay que ir educando a los espectadores», explica. «Nuestros contenidos se han visto en muchos países, como Estados Unidos, Japón o Francia, y ahí tenemos una entrada mucho más fácil». Las producciones de Uniko, adelanta su creador, se expanderán en un futuro cercano «al público familiar, con una visión diferente desde el punto de vista artístico». «Todavía nos queda mucho camino por recorrer, y al cine de animación nosotros mismos le tenemos que quitar la etiqueta de para adultos o para público familiar. El cine es cine».

Competir con Disney, Pixar y las divisiones animadas de los grandes estudios, que invierten cifras millonarias en el márketing, se antoja una labor ardua para la productora bilbaína. «El cine que hacemos es de nicho, pero tiene su público joven, entre 15 y 35 años. Recibimos cientos de mensajes de gente joven que no ha podido ir al cine en sus ciudades, porque exhibir en salas este tipo de cine es tremendamente complicado». Para Miñambres, es imposible plantar cara a un gigante que inunda las salas con sus estrenos. «Debemos ir a algo más personalizado, a una distribución 'boutique' y aprovechar la visibilidad que nos conceden las plataformas».

Uniko exporta cine al mundo desde Bilbao y así espera seguir haciéndolo mientras llegan los premios y aumenta la ambición de sus producciones. «Tenemos claro que queremos quedarnos aquí», defiende Iván Miñambres. «La animación te concede la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y llegar a todo el mundo. Además, en Bizkaia y en Euskadi en general actualmente existe el ecosistema perfecto para producir. Tenemos apoyo institucional, incentivos fiscales y talento que está regresando. Nos llama gente que trabaja en Pixar y nos dice que lo estamos haciendo muy bien desde Euskadi. Ahora es el momento de hacer películas grandes. Lo siento un triunfo como empresario y como activista cultural».