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De las muchas cosas bonitas que tiene el euskera, una de ellas es el sonido, y otra la formación de sus palabras, como 'argizulo', conocimiento, ... o el hueco por donde entra la luz. En sus años de aprendizaje de la lengua vasca, la artista vasca Sonia Rueda se acostumbró a dibujar las palabras que mejor le sonaban, las más evocadoras, también por su composición.
De ahí salió un libro, 'Hitz politak', palabras bonitas, con una primera edición agotada y una segunda que acaba de salir, coincidiendo con la exposición de esos dibujos en cuadernos, papeles y servilletas en la segunda planta de la biblioteca de la Diputación de Bizkaia, en la llamada sala noble. La artista ha titulado a la exposición, 'Berpiztu', resucitar, como el libro reciente de Kepa Junkera, que estuvo en la inauguración, y como la película de Fermín Aio sobre el proceso de renacimiento del trikitilari desde su salida de un coma producido por un ictus.
Ambos se conocen desde niños. Vivían en Rekaldeberri con sus familias, el músico en la calle Goya y la artista, que le dedicó el dibujo titulado con el mismo nombre, en Camilo Villabaso. A la publicación también ha contribuido con un texto la poeta y académica de Euskaltzaindia Miren Agur Meabe, asimismo presente en el acto. Entre los invitados también se encontraban personas que, como su andereño, le llevaban 'palabras bonitas' a la artista en cuanto supieron de su proyecto.
Las tres vitrinas de la sala noble en las que se exponen los dibujos se corresponden con tres estados emocionales, dolor, tránsito y mirada futura a nuevos horizontes. El punto de partida de esta secuencia es la muerte en 2015 Xabier Sáenz de Gorbea, compañero de Sonia Rueda, profesor de la Facultad de Bellas Artes e inolvidable dinamizador del arte vasco.
La exposición se extiende por las cuatro plantas de la biblioteca, concebida como 'iturbegi' (manantial) con unos dibujos llevados a las ventanas interiores que comunican las distintas dependencias del mismo piso. Como la primera está dedicada a servicios generales, la artista ha reflexionado a través de sus dibujos sobre los fondos bibliotecarios como depósitos de palabras que activan la inspiración (argiluze), la curiosidad (begiluze) y los objetivos o las intenciones (helburuak).
La segunda planta está dedicada a los periódicos y revistas, es decir, a la difusión, que la artista asocia a 'ufa', onomatopeya que significa soplo, 'ezbai' (duda), 'eztabaia' (discusión) y la propia 'iturbegi' y 'eztabaida' (discusión). En la tercera, reservada a libros de literatura y biografías, entre otros temas, aparecen las expresiones y términos 'kale egin', 'ipurtargi' (luciérnaga) y 'sorgin', derivada de 'sortu' (salir) y '(e)gin (hacer), que dan como resultado la que crea, o la autora. También aparece un dibujo sobre la palabra árabe 'gurta', que significa la la cantidad de agua que cabe en la palma de la mano.
La cuarta está reservada a los investigadores y con la palabra 'ezinbesteko', imprescindible, aparece sobre el cristal de la ventana el retrato de Xabier Saénz de Gorbea.
La inauguración terminó con un concierto de acordeón a cargo de Raúl Jiménez del Río. Interpretó un 'Capricho' de Luis de Pablo, asociado a 'arima eman', morir, en alusión a que dio toda su alma a la música y a su reciente fallecimiento. Continuó con 'Gautu' de Zuriñe F. Gerenbarrena, pieza implicada con la palabra 'zaharberri (renovarse). Terminó el recital con 'Ber', composición del propio Jiménez del Río y de Carlos Núñez Medina, inspirada el dibujo 'Berpiztu' y en la trayectoria musical y personal de Kepa Junkera.
Como colofón, se proyectó el audiovisual 'Fabula arrunta' de Miren Agur Meabe.
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