Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Como hoy jueves actúan en el Kafe Antzokia (sala superior, 20.30 h, entrada libre) estrenando su nuevo artefacto, titulado 'Anatómico' y disponible en CD y en redes, volvemos a contactar con XXL, trío que se juntó en los 90 y que en esa década ... publicó dos CDs: 'Day By Day' (1996) y 'Bingo' (1999), ambos en inglés y adscritos al punk patinero en la estela del hardcore melódico de Bad Religion, NoFX, etc. Con el cambio de siglo lo dejaron, pero en 2018, 18 años después, los tres componentes originarios y nucleares Aitor Ganboa (voz, guitarra), Ibon Zelaia (batería, coros) y Joni Zurbano (bajo, coros) resucitaron con el EP de cinco canciones 'Borderline'.
Un lustro después, muy activos a pesar de la pandemia, XXL («Hubo una época en la que vestíamos ropa con un tallaje tres veces superior al nuestro. Incluso robábamos los pantalones a nuestros padres, pues nos daban mucha soltura a la hora de patinar», nos contaron hace cinco años sobre su bautismo) siguen en la brecha, continúan patinando aunque se caigan de la tabla delante de sus hijos, y acaban de lanzar otro EP, el bautizado 'Anatómico', acelerado, castellanoparlante e insuflado por la carga existencial habitual del hardcore melódico, ahora más cercana al oyente debido a que se han derrumbado las barreras idiomáticas del inglés.
Para que nos ponga en la onda contactamos con Aitor, el cantante y guitarrista de XXL, quien por razones laborales este martes estaba en Turquía.
-Reaparecisteis en 2018, siendo unos señores, tras 18 años desaparecidos. ¿Por qué seguís en la brecha cinco años después?
-Nuestro querido skatepark de Mungia cumplía su 25º aniversario e iba a ser derribado a causa de su deterioro. En la asociación Malen Skate Kluba se les ocurrió la gran idea de rendirle un homenaje, reuniéndonos para volver a actuar junto a Eddie Reategui, un mítico skater de los 80-90 que hizo un papel secundario de pandillero en la también mítica película 'Thrashin'. Se convirtió en un skater de culto gracias a Alva, la marca que lo patrocinó durante años. Y ante una invitación tan atractiva no nos podíamos negar: tocar en directo junto a Eddie Reategui era como cumplir un sueño imposible. Así que, cómo no, accedimos a dar ese concierto de reunión. Y entre una cosa y otra reactivamos al niño que llevamos dentro siendo conscientes de que los años no pasan en vano y la escena había cambiado. Y apostamos por seguir.
-¿Entre 2000 y 2018 militasteis en otros grupos o dejasteis la música más bien aparcada?
-Joni nuestro bajista no volvió a coger el bajo desde que paramos el proyecto hasta la famosa reunión, 18 años después. Zelaia el batería y yo (Aitor, voz y guitarra) seguimos en Los Moñas durante unos siete años. Fue una especie de locura intensa y, cuando editamos el segundo disco, decidimos parar el proyecto porque necesitábamos oxigenarnos respecto al entramado musical. De ese entramado de contratos, giras, televisión y oscuridad que te puede devorar hasta el punto de hacerte olvidar por qué te has subido encima de un escenario.
-En la entrevista de vuestro disco de vuelta, 'Borderline', el de 2018, afirmabais: «No volveríamos a tocar a cualquier precio. Debe haber una motivación o algo que nos llame la atención para tocar en un evento. Tenemos reservados cartuchos de energía y no podemos malgastarlos gratuitamente recorriendo cientos de kilómetros a cambio de nada. Acabaríamos quemando la banda. Éste fue uno de los motivos por los que decidimos parar en su día». ¿Lo habéis cumplido?
-Ja, ja, ja, ja... ¡Claro! Lo seguimos manteniendo. No podemos desperdiciar las pocas balas de energía que tenemos porque podríamos quemar la banda. Y siempre apuntamos bien adonde disparar, para seguir con vida. Lo reitero: no tocaremos a cualquier precio, ja, ja, ja, ja…
-Entendido. En este último lustro, durante vuestra segunda encarnación, XXL habéis sacado bastantes discos por lo que se ve en Bandcamp. Un par de singles, el EP 'Antiestable' (abril, 2022)... Además el EP con el que reaparecisteis en 2018, 'Borderline', que no veo en Bandcamp, y la novedad, 'Anatómico'. Habéis vuelto en serio…
-Hemos eliminado el 'Borderline' de los soportes digitales para darle una nueva vida en castellano. Es que vamos a regrabar ese EP cambiando el idioma para que sea más creíble. No somos nativos del inglés y se nota. Queremos que todo resulte más natural y fluido, como se da el caso en 'Antiestable' (2022). Ese EP fue un nuevo comienzo para XXL: conseguimos un sonido compacto con unas letras más elaboradas que en los anteriores discos. Le tenemos mucho cariño al nuevo, 'Anatómico', y parece que hemos venido para quedarnos.
-¿Cuándo y por qué os pasasteis al castellano?
-Lo decidimos después de grabar el 'Borderline', el disco con el que regresamos en 2018. Teníamos que hacer un sobreesfuerzo con las letras y la pronunciación en cada canción, lo cual nos frenaba a la hora de componer. Teníamos la sensación de que no era real y decidimos afrontar el cambio. La verdad es que cantando en castellano no es fácil sonar similar a la escena californiana a la que tan acostumbrados estábamos, pero nos hemos acercado mucho y ya lo vemos como más natural.
-¿Os ha influido para el cambio de idioma el ejemplo de los Bonzos getxotarras?
-Ese es un grupo que nos gusta y tenemos alguno de sus discos, pero no lo cogimos como ejemplo. El cambio de idioma se debió a algo más personal. Hicimos el ejercicio de escuchar nuestro disco 'Borderline' desde fuera, como unos oyentes más, para ser más críticos con nosotros mismos.
-Aitor, preséntanos la última rodaja, 'Anatómico'.
-'Anatómico' es nuestra gran joya. Si en 'Antiestable' conseguimos encontrar nuestra personalidad para el regreso, en 'Anatómico' le hemos dado una vuelta más de tuerca. Hemos conseguido avanzar como músicos sin olvidar ningún detalle. 'Anatómico' marca un nuevo camino en la banda, un punto de inflexión en cuanto a sonido y letras.
-Las letras parecen tan melancólicas como casi siempre… De hecho en castellano parecen más melancólicas.
-Supongo que la melancolía viene de serie, que es parte de nuestra personalidad. Y sí que es verdad que en este último disco 'Anatómico' es todo más oscuro. En las letras hablamos de asuntos como la incógnita acerca de la muerte, ya sea científica, religiosa o incluso de experiencias personales al respecto. O de la rabia que se acumula en el interior de uno mismo con el paso del tiempo, creando un estado anárquico. En resumen: es todo más oscuro.
-La portada de 'Anatómico' es un dibujo: un esqueleto a modo de espantapájaros. ¿Qué representa?
-Sí, en este EP todo es más oscuro, empezando por la fantástica portada que hemos conseguido diseñar. Me encanta el arte, sobre todo el de los 80 y 90. Siempre me han fascinado los diseños de la tablas de patín creados en aquella época por el maestro Jimbo Philips o por el inconfundible Pushead de la mítica marca Zorlac. Son mis referentes y para este último disco simplemente queríamos representar algo entre oscuro y muerto con cierto carácter y se nos ocurrió ese tipo de espantapájaros zombie acechado por un cuervo que quiere devorarlo.
-Vaya…
-Para nosotros las portadas son igual de importantes que la música. Cuando alguien ve una portada nuestra queremos trasladarle a esa esfera del skate de los 80-90 que tanto nos cautivó. Mantenemos la línea de anteriores portadas pero con una perspectiva diferente. Y la portada de 'Antiestable' es mi favorita.
-Sí, la portada del guitarrista calavera que irrumpe rompiendo una valla. Aitor, ¿cómo será el concierto de este jueves en el Antxiki?
-Pues mostrará a unos XXL mas renovados y elaborados musicalmente. Repasaremos algunos temas de nuestros discos clásicos, pero nos centraremos más en lo nuevo, en 'Anatómico'. Y, cómo no, saldremos con ganas de divertirnos.
-Ah... ¿Fuisteis a ver a Bad Religion en el BEC, en mayo de 2022?
-¡Siiiii! ¡Estuvo increíble! Fuimos toda la banda a verles y siempre seremos fans de ellos. Son los padres del hardcore melódico, una de las bandas más influyentes de este género y reinan como nadie. Tal vez a día de hoy sean más técnicos y limpios que antaño, pero siempre serán un referente en este estilo que consiguieron redondear como ninguno. Bad Religion son palabras mayores y Greg Graffin (el cantante) una mente prodigiosa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.