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pello zupiria
Martes, 9 de febrero 2021, 01:20
En un mundo cada vez más digitalizado y en una industria musical donde el 'streaming' gana cada vez terreno como consecuencia de la pandemia, surge una contradicción cuya explicación no es sencilla. Bien es cierto que la venta de discos físicos ha decrecido considerablemente, pero ... los vinilos resisten. Es más, no sólo resisten, sino que año tras año aumenta su comercialización. Si hace una década el elepé parecía un formato abocado a la desaparición, ahora representa ya más de una de cada cinco compras en formatos físicos. Según los últimos datos publicados por Promusicae, la Asociación de Productores de Música de España, en 2020 se superaron las 700.000 copias vendidas, lo que supone un incremento del 23%, respecto al ejercicio anterior.
El auge de este formato es indiscutible, y en Euskadi hay varios testigos que pueden dar cuenta de ello. En Bilbao, una de las referencias para los aficionados es Power Records, en la calle Villarías. Jon Barrasa y Javier Artolozaga llevan 30 años en el negocio y aseguran que, a pesar de que nunca se ha dejado de comprar vinilos, desde hace ocho años se nota que su crecimiento es «imparable» y desde el 2018 se ha disparado. «Si antes el que compraba elepés era uno entre 3.000, ahora es uno entre 1.000», detalla Artolozaga.
Fleetwood Mac. 'Rumours'.
Oasis. '(What's the story) morning glory?'
Amy Winehouse. 'Back to black'.
Nirvana. 'Nevermind'.
Lady Gaga. 'Chromática'.
5 seconds of summer. 'Calm'.
Yungblud. 'Weird'.
The 1975. 'Notes on a conditional form'.
Buscando razones que expliquen este bum, los vendedores no encuentran una sola. Por un lado, mencionan que las expectativas que vendieron los sellos discográficos con el cedé no se cumplieron. «Nos dijeron como que eso era la panacea. Que tenía un sonido increíble, que no se rayaba... Luego todo eso ha resultado que no es así», explican. La calidad del sonido es otro factor de peso. No quitan valor al del diso compacto, pero inciden en que «un vinilo en un platos decente suena muy bien».
Otro aspecto a remarcar, sobre todo, entre la gente joven, es el atractivo físico que tienen los elepés. «El cedé para ellos no tiene casi valor, pero ven un atractivo en este formato y lo aprecian. Es mucho más bonito, y existe un cierto romanticismo de lo antiguo», añaden. Pero, eso sí, remarcan que «no es que se estén vendiendo más discos, sino que los consumidores de lo físico están optando por este formato».
Lo que está claro es que el tirón que están teniendo los discos de vinilo abre oportunidades a nuevos negocios. Es el caso de Roberto López, dueño de la tienda Old Tower Stuff en Vitoria, que abrió un comercio orientado casi únicamente a elepés hace dos años y medio. «Ví que aquí podría funcionar esta opción. Conocía un poco el mercado. No había casi tiendas de este tipo. Está funcionando muy bien, tanto los de segunda como los nuevos. Este formato está subiendo y viene para quedarse», asegura.
Cada vez más músicos vascos optan por sacar tiradas en vinilo de sus nuevos álbumes y, desde hace tres años, es una empresa situada en Urduliz la encargada de fabricarlos. Se trata de Press Play Vinyl, que se fundó precisamente por el «incremento brutal de las ventas de este formato». Esta compañía ha sido la encargada de producir los elepés de Gatibu, L.A. M.O.D.A., El Columpio Asesino y las reediciones que ha sacado Elkar de artistas como Fermin Muguruza, entre otros. «En 2020 hicimos unas 100.000 unidades, y la estimación de este año es doblar esa cantidad», afirma el gerente, Alain Consonni.
Otro clásico que está de vuelta -más tímidamente- es el casete. Aunque su incidencia es mucho mayor en países como Reino Unido y Estados Unidos, donde artistas como Lady Gaga y Selena Gómez están sacando sus últimos álbumes en este formato, en España grupos y sellos independientes también apuestan por las clásicas cintas. Por ejemplo, Ciudad Oasis de Madrid edita bandas emergentes en este formato ,y a falta de proveedores, decidieron fabricar los casetes ellos mismos. Así surgió La Cassettería. «Nunca ha desaparecido, pero en el país se relegó a la escena underground y metal. Acabamos de nacer, pero esperamos que sea un año con muchos pedidos», explica el gerente, Luis González.
La lógica lleva a pensar que el imparable incremento de las ventas de vinilos y casetes lleva de la mano la demanda de los reproductores de los mismos. Más aún, teniendo en cuenta que son cada vez más los jóvenes que se acercan a esos formatos. Según Roberto López, dueño de la tienda Old Tower Stuff en Vitoria, y los propietarios de Power Records la franja de edad de los consumidores de discos es muy diversa, pero «cada vez hay más veinteañeros». Algunos tendrán el tocadiscos de sus padres en casa, pero muchos otros no. Javier Asensio, de la tienda de electrónica Radio Rhin en la alameda Urquijo de Bilbao, cuenta que le piden «mucho tocadiscos» en los últimos años. También los míticos 'walkman', de los que vendió el último ejemplar que le quedaba hace un par de semanas. «Se había parado hace unos años, pero hay gente que está pidiendo estos artículos», responde.
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