Era pelotari federado y muy bien podía haberse dedicado a la pala. Jugaba como zaguero y sabía llevar las riendas de los partidos. Dominaba y no se le escapaban los rebotes. Tenía un dinamismo y amplitud de movimientos que no ha perdido. «Hace tiempo que ... no cojo la pala, pero sigo practicando deporte. Es una de mis grandes pasiones, junto con la música. Me ayuda a mantener mi capacidad pulmonar. Ando en bici, voy al gimnasio y juego al ping pong con mi hijo Jon, que compite y es muy bueno en tenis de mesa», cuenta con orgullo Garikoitz Mendizabal (Zestoa, 1973), en conversación telefónica desde un hotel en Tokio, donde lleva unos pocos días como turista. Este domingo pondrá rumbo a Seúl y el viernes 30 tocará el txistu con la Seongnam Philharmonic Orchestra, bajo la dirección de Gum Nanse.
Publicidad
Hace diez años recorrió Corea del Sur con una gira de cinco conciertos, arropado por dos orquestas locales y la Banda Municipal de Txistularis de Tolosa, que entusiasmó a los aficionados del país asiático. «Entonces y ahora ha sido muy importante el papel de Unai Urretxo, un gran director de orquesta de Arrasate que lleva mucho tiempo en Corea del Sur». De no ser por sus gestiones, le habría resultado imposible ponerse a las órdenes de Gum Nanse, «un maestro de la batuta del que me han hablado maravillas, con mucha experiencia y prestigio, pero al mismo tiempo abierto a otras propuestas y comprometido con las nuevas generaciones y la divulgación».
Mendizabal tampoco vive de las rentas. Está en permanente evolución. Entre 2004 y 2022 estuvo al frente de la Banda Municipal de Txistularis de Bilbao y ahora, que se encuentra de excedencia, diversifica sus empeños. Es concejal en Zestoa y parlamentario del PNV, sin descuidar nunca su cruzada particular. «Soy batallador. Quiero mostrar todas las posibilidades del txistu, más allá de las etiquetas. Creo en lo que hago, ¡así de claro! Salvando las distancias, sigo el ejemplo de Astor Piazzolla que defendía la dignidad del bandoneón».
Las dos piezas elegidas para su actuación en el Seongnam Arts Center (un complejo con tres auditorios y dos galerías de arte) le permitirán desplegar no solo su magisterio como músico sino la propia flexibilidad y carácter camaleónico del txistu. «Es un instrumento que te permite jugar. Eso se demuestra perfectamente con 'Karibu Peponi', de Javier Martínez Campos (compositor valenciano y exchelista de la BOS). Disfruto mucho con ella. Tengo que dejarme llevar por ritmos africanos y recrear esencias tribales. Y también me encanta 'Hora Staccato', del rumano Grigoraș Ionică Dinicu. Habitualmente se interpreta con violín o acordeón como solista, pero el txistu no desmerece para nada».
Publicidad
En 2021 tuvo oportunidad de grabar 'Gutizia', un CD doble con Euskadiko Orkestra bajo la dirección de Jaume Santonja, que recogía piezas originales o adaptadas para txistu. Entre ellas, destacaban precisamente 'Karibu Peponi' y 'Hora Staccato', que la temporada siguiente tocó acompañado por la Sinfónica de Bilbao, con Erik Nielsen en el podio. Hay un par de vídeos en YouTube que muestran sendos fragmentos de su ejecución, con técnica impoluta y energía contagiosa. Se cimbrea al son de la música, con un fraseo de largo aliento.
«Hay que pelear por hacer realidad los sueños. Mi primer disco con orquesta, 'Txistu Symphonic', lo saqué adelante con una agrupación de Bratislava. La promoción internacional me trajo a Corea del Sur y ahora vuelvo con más experiencia y las mismas ganas». Para después del verano, tiene ya compromisos en Estados Unidos, Canadá y Países Bajos.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.