«Estamos aquí por placer, igual que lo estaremos en Bilbao». Asistiendo a un desfile de moda en París, Oliver Sim, bajista y cantante de The xx, uno de los cabezas de cartel del Bilbao BBK Live que comienza la semana que viene, atiende la ... llamada de EL CORREO para repasar el preludio del festival que prepara la banda desde este viernes. El trío londinense lleva una década moldeando un pop sintético nocturno, melancólico, austero y climático, que ha calado tanto en el mundo indie como en el cine, la publicidad o el mainstream pop. Incluso Rihanna o Shakira han hecho versiones de sus canciones.
La terna de ex alumnos de la Elliot School (a la que también asistieron otras luminarias de la indietrónica británica como Hot Chip o Burial) y que completa el productor y cerebro Jamie Smith, liderará la segunda jornada del BBK Live pero están a punto de desembarcar en Bilbao como comisarios de Night + Day, seis días de cine, radio, sesiones de djs y un concierto exclusivo para 400 personas en el Kafe Antzokia. «Aprovecharemos los nueve días que vamos a estar para conocer la zona», apunta Sim despejando las claves de su residencia artística.
- ¿Cómo surgió la idea de traer Night + Day a Bilbao?
- Empezamos hace cinco años con la idea de hacer algo más que un show o un evento. Se trataba de hacer toda una colaboración cultural. Hasta ahora ha funcionado muy bien en Berlín, Lisboa y dos años en Londres, así que pensamos que estaría muy bien hacerlo en un ciudad como Bilbao de la que tenemos muy buenas referencias.
- ¿Conocen la ciudad?
- Jamie (Smith, multinstrumentista, programador, dj y productor) pasó unos días en la ciudad preparando las cosas y se llevó muy buena impresión. Llevamos unos años viajando por todo el mundo pero casi nunca tenemos posibilidad de ver algo. Algo que vamos a poder hacer el Bilbao, ya que vamos a estar nueve días que aprovecharemos para explorar la ciudad y conocer a la gente. Les tendremos cerca en el show pequeño que durante el Night + Day queremos hacer en alguna sala (Kafe Antzokia, 10 de julio).
- ¿Cómo surgió vuestra conexión con el festival bilbaíno de cine gay-lesbo-trans Zinegoak?
- En marzo fuimos los comisarios de un festival similar en Copenhague y les contacté porque muchas de las películas que me interesaban eran las mismas que ellos habían proyectado en su edición anterior en Bilbao. Esa conexión previa nos pareció perfecta para poder organizar con ellos otro ciclo, especialmente siendo una banda con dos miembros 'queers' (sin identidad sexual o de género determinada) que ha tratado de mantener su música lo más universal e inclusiva posible, sin ni siquiera usar pronombres en sus canciones.
- Las temáticas LGTBI están muy presentes en los vídeos y canciones del grupo. ¿Es The xx portavoz de esa comunidad?
- Hemos colaborado con colectivos LGTBI, sobre todo Romy (guitarra y voz) y yo, por motivos obvios, y valoramos mucho su labor. Eso nos ha dado un poco más de visibilidad en ese aspecto, pero me sigue atemorizando asumir ese rol. No me atrevía a contar experiencias, ni mucho menos a dar consejos. No por vergüenza, sino porque he sido increíblemente tímido. Aunque, sin ser consciente de ello al componer, creo que esta banda me ha dado la confianza que necesitaba en mi vida y mis relaciones con los demás.
«Me costó seguir sobrio»
- ¿Cómo será vuestro concierto en el BBK Live?
- Hemos preparado un show totalmente distinto tanto en lo visual como en lo sonoro. Lo peor que te puede pasar es acabar aburrido de tu propia música. En directo no nos ajustamos al sonido de los discos porque, aunque grabes una canción no está acabada, de alguna manera sigues tratando de ser creativo con ella en vivo.
- En una de las canciones, 'Replica', habla de sus problemas con la bebida. ¿Logró mantenerse sobrio durante la última gira?
- Creo que era importante para mí sacarlo fuera; es la mejor manera de combatir la vergüenza. Hablarlo con tus amigos en la intimidad ayuda pero ponerlo en una canción multiplica el efecto. Ha sido liberador. Además, conectar con alguien te hace sentir menos solo o estigmatizado. Pero para ser honesto me costó seguir sobrio. Fue duro, pero al mismo tiempo muy gratificante lograr actuar sin unas copas de más. Solía beber antes de subir al escenario para combatir los nervios, lograba una cierta excitación pero también estaba algo ausente de lo que pasaba. Ahora tengo más nervios, pero también me siento más seguro y consciente para recordar y disfrutar los puntos álgidos de los shows.
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