«Somos trabajadores esenciales»

- ¿Cómo afronta la vuelta a un auditorio tras la cuarentena y en este contexto inédito?

- Con emoción, pero sobre todo con responsabilidad. Somos una banda de rock and roll español y es el momento de dar lo mejor de nosotros mismos. No vivimos en una realidad paralela.

– Resulta fácil suponer la dificultad de reestructurar giras, grabaciones o ensayos con la incertidumbre generada por el coronavirus. Además de muchas horas de esfuerzo, ¿ha habido también mucha reflexión y entrenamiento psicológico?

– La pandemia llegó a un mes del inicio de nuestra gira 'El Último Clásico'. Después de un año y medio de la preparación de la gira, tuvimos que aprender a reinventarnos, desde el primer día, para afrontar el día después. La banda, el equipo técnico y nuestra oficina de contratación hemos trabajado juntos para no cancelar ningún concierto y trasladarlos a las fechas oportunas. Hemos trabajado con los promotores buscando las mejores soluciones para todos, con ganas de volver y mucha responsabilidad ante la situación.

– El concierto en el WiZink Center es una prueba sobre la recuperación de los grandes conciertos en esta nueva realidad postpandémica. ¿Le preocupa la responsabilidad?

– Es un concierto benéfico y todos los beneficios van destinado al Banco de Alimentos de Madrid. Hay que transmitir al público que puede ir a un concierto con plenas garantías de seguridad. Eso también garantiza nuestro trabajo como gremio.

– ¿Cómo ha preparado este concierto?

– Después de casi un año y medio de no subirme a un escenario, hemos reunido otra vez a la banda en unos ensayos que nos preparan para uno de los conciertos más importantes de nuestras vidas. Esa es la actitud.

– Es un formato inédito –presencial y telemático– y rodeado de fuertes medidas de seguridad sanitaria. ¿Eso cambia mucho la perspectiva ante un show?

– Habrán 1.700 espectadores presenciales y el concierto lo podrá ver cualquier persona por streaming pagando su entrada. Hay que recaudar lo máximo para el Banco de Alimentos. Este es un primer paso, hay que devolver a los espacios su alma, que son el público y sus artistas. Somos cultura y es un bien necesario. Somos trabajadores esenciales. Es el momento de dar la cara. Tenemos que adaptarnos al medio y trabajar con él.

– ¿Cómo ha llevado personalmente el confinamiento?

– Con disciplina y actitud estoica. Con un horario que he cumplido basado en la lectura de los clásicos, la revisión del cine europeo de los setenta y la recuperación de las canciones que quedaron de «El Último Clásico», que han dado lugar al lanzamiento de 'Sonríe', que estrenamos hace unas semanas. También he podido repasar la biografía que está escribiendo Felipe Cabrerizo.

– La cuarentena le sorprendió preparando un nuevo disco.

– En estas fechas, estaría entrando en estudio para la grabación de mi quinto disco de poesía dedicado a la obra de Julio Martínez Mesanza: 'Europa'.

– ¿Qué o en quién pensará esta noche en esos momentos previos a la salida al escenario?

– En aquellas personas que se han ido y no pueden estar entre nosotros.

– ¿Resistirán solo los más fuertes a los cambios que exige el coronavirus?¿Nos vemos abocados a una criba de artistas y bandas?

– Como dijo el presidente Sánchez, nadie debe quedar atrás y eso incluye a todos los músicos, técnicos, artistas y bandas del país.

– ¿Está reaccionando tarde el Ministerio de Cultura a las urgencias del sector?

– ¿Si reacciona tarde? Yo creo que ni está ni se le espera. Las noticias que me llegan del entorno del ministerio son las de falta de comunicación y sobre todo, empatía.

– ¿Le parece que, sea la derecha o la izquierda, la cultura queda al final sin reconocimiento como industria y su contribución a la economía nacional?

– La cultura ha sido la gasolina del confinamiento y la música su banda sonora. Supone casi el 4% del PIB, crea riqueza y miles de puestos de trabajo. En España sigue faltando un pacto por la cultura que englobe a los partidos políticos y responsables del sector. La bajada del IVA en el precio de las entradas, en eventos realizados desde la Administración pública, el estatuto del creador, serían medidas importantes. Pero la más importante de ellas sería la de una hoja de ruta que nos guíe en este momento. De la misma manera que hay protocolos en el cine, debe haberlo también en los demás sectores de la cultura. Es necesario que el sector sepa como afrontar de nuevo su trabajo. Nosotros vamos a ser pioneros de una hoja de ruta que hasta ahora es inexistente.

– ¿Los conciertos en salas pequeñas y medianas están condenados?

– Por eso mismo son necesarias las medidas, para que las salas tengan un protocolo para poder replantear su futuro. Debemos ir todos los sectores a una, con nuestras diversas medidas de seguridad. No se puede seguir así. Nos jugamos la supervivencia del sector. Como he dicho antes, si la música ha sido la banda sonora del confinamiento, no podemos dejar a músicos, creadores, técnicos y promotores de lado.

– ¿La sociedad saldrá de esta pandemia con más miedo y más conservadora en sus hábitos sociales?

– Cuando te caes, hay que levantarse. No queda otra. Los ciudadanos han dado un ejemplo de responsabilidad y esperemos que los políticos terminen estando a la altura de los ciudadanos. Me preocupa, como a muchos, si esta pandemia terminará afectando a los derechos civiles e individuales.

– 'Cómo todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante'. Es la letra de una canción suya. ¿Pensará así la generación de jóvenes que ha sufrido Covid-19?

– Bienvenidos al siglo XXI. Quizás a partir de ahora se aprecien mucho más los valores sociales y humanos, y lo que realmente importa. No olvidemos que a toda una generación de españoles que vivieron la posguerra, lucharon por la democracia y ayudaron a familias en la crisis del 2008 se los ha llevado el coronavirus. La sanidad pública y la educación tienen que ser los pilares de la reconstrucción. Esto no puede volver a pasar.

– Aparte del concierto en el WiZink, también retomará este mes sus conciertos en teatros, en este caso con Gabriel Sopeña. ¿El camino es no rendirse?

– Como he dicho antes, son importantes los gestos. Aquellos artistas que han tenido el coraje de adaptarse al medio para estar cerca de su público y ayudar a la reactivación del sector merecen un aplauso. Es momento de que el público esté a nuestro lado después de haber sido su banda sonora en el confinamiento.

– Por último, ¿una canción para recobrar la esperanza en este tiempo de caos?

– 'That's Life', de Frank Sinatra.