The Fabulous Thunderbirds celebrando medio siglo en el Arenal

, el guitarrista de 25 años D.K. Harrell (con maneras de predicador se reveló este epígono de BB King, ¡y de Freddie King!, que en 116 minutos hizo 13 temas, contando la coda de las presentaciones y el tema anterior con la pachanga de las tres divas invitadas en el escenario),

y Los Fabulosos Thunderbirds cumpliendo 50 años de carrera, pues arrancaron en 1974 en Austin, Texas.

Medio siglo siempre liderados por su vocalista y armonicista, un Kim Wilson de 73 años que recibió la txapela del tercer Bilbao Blues Festival en reconocimiento a su influencia en el estilo (el primer año se lo concedieron al bajista Bob Stroger y el segundo al armonicista y cantante Rick Estrin). El director del festival, Carlos Malles, le coronó con ella a modo de fugaz prólogo de su bolazo de 17 temas en 103 minutos que no sonaron tan bien como en los dos conciertos anteriores (no se entendían las letras).

Con dos guitarristas solistas (a la izquierda Johnny Moeller, a la derecha el también teclista Robert Welsh, al que oíamos perfectamente justo delante de él, pero 14 filas más atrás el amigo Topo se quejaba de que él lo saturaba todo), los T-Birds tocaron sonaron serios, adultos (ahora que lo escribimos nunca pidieron palmas, ni coritos, ni que se subiera nadie a escena como si fuesen los payasos de la televisión), abrieron rompiendo la pana con una cañera 'My babe' de Ron Holden (perjudicada por el sonido inicial), los dos hachas alternaron sus solos, en un largo instrumental swing Kim Wilson hizo una demostración de poderío pulmonar, 'Wait on time' reivindicó sus excitantes pinitos, y el blues se hizo severo en el 'Dark night' de Charles Brown.

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'Baby scratch my back' de Slim Harpo fue sutil y sibilina y divertida, 'She's tough' de Merry McCain un síncope tipo Rick Estrin, hubo otro instrumental euforizante, Kim Wilson anunció algo que afirmó no hacer a menudo al versionar 'Eyesight to the blind' de Sonny Boy Williamson cien por cien blues (y después, en el inesperado bis a solas, hizo del mismo maestro armonicista el 'Nine below zero'), con sonido teclista presentaron la nueva 'Struck down by the blues' (perteneciente a su disco 'Struck Down', de reciente publicación y con el que conmemoran sus 50 años de carrera), el 'Sugar coated love' de Lazy Lester les quedó poderoso y texano, y por el epílogo el 'Tuff enuff' recordó cuando vendieron un millón de discos allá por los 80 (se remató con las dos guitarras solistas dobladas en plan Lynyrd Skynyrd) y un rock and roll con personalidad fue 'Twist of the knife', cuando al acabarlo deseó el nuevo txapeldun Kim Wilson: «Os queremos. Muchas gracias. Que Dios os bendiga». Amén.