Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Óscar Cubillo
Sábado, 12 de enero 2019, 14:00
Cuando el murciano Carlos Tarque (Carlos González Tarque, Santiago de Chile, 1969), el líder de M-Clan, la gran banda de rock sudista español, estrenó su primer disco en solitario, titulado 'Tarque' (Warner, 18), el sábado 1 de diciembre en Bilbao, en un Kafe Antzokia ... que colgó el cartel de 'entradas agotadas', solo pudimos asistir a su epílogo. Y moló tanto lo que atestiguamos que abrimos un mapamundi de Bilbao y vimos que estaría el viernes 10 de enero en su zona periurbana, en el Escenario Santander, y hasta ahí condujimos para gozar de un buen show de seco rock and roll rodeados por unos 650 cántabros (a ojo la misma gente que estuvo en el Antzoki, sólo que lo vivimos con más espacio, más holgados).
En 93 minutos sonaron 17 canciones en el Escenario Santander, tres de ellas versiones (Free, Cactus y Leño) y cuatro revisiones de M-Clan. El concierto fue al grano en todos sus aspectos, desde la ejecución económica y precisa en cuarteto (La Asociación del Riff llamó un par de veces Tarque a sus tres escoltas) hasta los parlamentos del murciano, que habló poco, presentó las tres versiones y resumió el momento que vive diciendo en una ocasión tras estrechar la mano a una chavalita de la primera fila: «Es un gran punto para la sala que puedan entrar menores. Hemos venido aquí con mi proyecto en solitario, con una banda de lujo. Llevamos un tiempo tocando en muchos sitios y delante de mucha gente. Gracias por vuestro apoyo». Pero tranquilos: M-Clan regresarán en 2020.
Sobre el escenario Tarque hizo lo mismo que hace al frente de su banda madre, pero de modo más escueto (en tiempo y con la banda más reducida: al menos una guitarra menos y sin teclados) y sin la sombra del colíder de M-Clan, el guitarrista Ricardo Ruipérez. Respaldado por la sección rítmica a sueldo de M-Clan (el baterista Coki Giménez se salió de la tabla y el bajista Iván 'Chapo' González tapó todo el espacio y aportó buenos coros), en esta aventura en solitario Tarque se ha apoyado en el guitarrista y productor Carlos Raya, la misma mano derecha de Fito, un Raya que, lo escribimos en serio, de cara y a pesar de la melena a menudo nos recordaba al trikitilari Kepa Junkera (¡que se recupere pronto del ictus!).
Los cuatro roqueros salieron con estética sobria, negra y cool: el baterista con camiseta de la Tedeschi Trucks Band, el bajista con elegante camisa de honky tonk en domingo, Tarque con chula camisa de lunares y Raya con camiseta, ¿de Fito & Fitipaldis?, ¿de su primera banda la heavy Sangre Azul? ¡No! De la película motorista 'Easy Rider'. No en vano, los cuatro arrancaron pisando fuerte el acelerador y supieron y pudieron ir a más sin necesidad de hacer aspavientos como los vikingos.
Entraron en escena mientras sonaba el 'I Love Rock N' Roll' de Joan Jett y abrieron fuego con 'Ahora y en la hora', en la senda de Led Zeppelin (con Tarque señalando a varias personas entre el público: ¡conoce a gente por toda España!), y buscaron el hit con 'Heartbreaker' (aquí Tarque pidió palmas, se subió los pantalones dando un salto, bailó, percutió una pandereta que lanzó al aire…).
Ya estaba todo a tono. El ambiente caliente arriba y abajo. Tarque pedía a la peña eso de 'manos arriba', «también los que no habéis pagado entrada, que os veo, cabrones», como soltó antes de 'Juicio final' con su ritmo en plan los Queen del 'We Will Rock You'. Tarque podía con todo, con rock tipo The Cult de tensión creciente ('El diablo me acompañará', cuando nos miró a través de su pandereta como si fuera un ventanuco), o con las revisiones de M-Clan ('Perdido en la ciudad', con Raya luciéndose a la slide), aunque en inglés no llegó tan alto (lo menos lucido de la velada fue la versión del 'Fire and Water' de Free, grupo a quien reconoció como una de sus grandes influencias, suponemos que gracias a su cantante Paul Rodgers).
Después de una balada onda Black Crowes ('Lobo solitario', con arreglos vocales góspel) y mitomanía sincera en boca de un roquero de pro ('Janis, Amy, Billie', que fue lo segundo menos lucido), Tarque encadenó un par de piezas descomunales: 'Se hizo de noche cuando te conocí', de M-Clan, fue un blues en la senda de Bobby Blue Bland con dramatismo descarnado, punteo sostenido de Raya y alardes de Tarque similares a los de Glenn Hughes, y la versión traducida al castellano de Cactus 'Peligro' ('Evil' en el original), que les salió enfática, resolutiva y con catacumbas stoner.
Buf, qué poderío. Ya hasta el final las emociones movedoras se sucedieron de diversas maneras: la versión de 'Es solo una canción' de Leño se la llevaron a su terreno (Azpiazu se fijó en que no fue muy coreada por el público), en 'Calle sin luz' de M-Clan el cantante bajó entre el público y montó una fiesta igual que cuando se descorcha el champán («manos arriba, Santander, Cantabria, come on», dijo el líder antes de arrancarla), imitaron a AC/DC en 'Electroshock' y reservaron el bis para dos temas más: el 'Miedo' de M-Clan (Tarque en la introducción informó que es del disco 'Sopa Fría', de 2003-04, y que la letra la escribió él para completar una música que tenía guardada Raya), un tema sentimental que arrancó a dúo con soul y se remató en cuarteto con manos arriba y punteo estelar de Raya desde el foso de seguridad; más el cierre con 'Donde nace el Rock & Roll', otra fiesta apoteósica con guiño a los Who, coda fusilada de Led Zeppelin y el lapso más populista, muy breve, cuando Tarque hizo gritar una cosa a la mitad derecha del aforo y otra cosa a la mitad izquierda (la parte de la izquierda era más fácil, por cierto). Y es que Carlos Tarque domina, pastorea a la gente a su antojo. Jo, si viene a Vitoria intentaremos repetir. Tripitir más bien.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.