Un talento precoz y duradero

Radicado en Los Ángeles con su familia desde la infancia (nació en 1949 en Heidelberg, Alemania ), con apenas 16 años empieza a llamar la atención como autor. Compone y toca con Nitty Gritty Dirt Band, Steve Norman, Tom Rush y Nico, para la que llega a ser guitarrista en 1987 en Nueva York durante un corto período. También congenia con Andy Warhol y Lou Reed.

Con un contrato como compositor para Elektra, una demo con una treintena de temas sorprende al productor David Geffen. Le capta para su nuevo sello Asylum y avala su debut homónimo de enero del 72, confusamente llamado también 'Saturate Before Using', debido a leyenda que presidía el diseño de su portada que imitaba una bolsa de agua para congelar. Registrado con apenas 23 años junto a un gran elenco de músicos como David Crosby, Graham Nash o Albert Lee, puso los focos sobre un Browne que sorprende por la sensibilidad e impecable acabado de temas como 'Jamaica say you will' -que versionarían The Byrds-. El álbum no alcanzó grandes ventas, pero consolidó a Browne como cantautor. Una posición que reforzaría el primer gran éxito que cuatro meses después lograrían The Eagles con 'Take it easy', canción del propio Jackson moldeada por Glenn Frey.

Browne mantendrá su conexión con los Eagles, aliándose a David Lindey en discos de folk-soft-rock con delicadeza, alma y conciencia como 'For Everyman', (73) 'Late For The Sky' (74), 'The Pretender' (76) o el directo 'Running On Empty', que incluye el tema que le daría a conocer en España, aunque no es representativo de su obra; 'Stay', una versión (de Maurice Williams & The Zodiacs) convertida en hit de radiofórmula y en la que además Lindley cantaba más que él

Browne ejerció un poderoso influjo en músicos españoles como Enrique y Alvaro Urquijo de Los Secretos. «Empezamos a enamorarnos de la música de la costa oeste californiana tras escuchar a CS&N. Nos encanta ese mundillo de músicos hermanados que fusionaban el folk, el rock y el country en canciones arregladas con guitarras, bonitas melodías y letras. Ahí descubrimos a un pedazo de músico y poeta como Jackson Browne, que representa los mejores valores que más aprecio en la música. Su primer disco ya demuestra su manera de armar las canciones rodeándose de excelentes músicos, además de su perfeccionismo. Le rindo pleitesía. Me gusta toda su carrera. Su música siempre me ha acompañado. y ha sido una referencia constante», declara Álvaro.

Browne también forma parte del universo del cantautor euskaldun Jabier Muguruza desde que en 1998 aportara una versión de 'Niño' al álbum 'Cántame mis canciones', tributo colectivo en el que participaron Kiko Veneno, Loquillo, Gabriel Sopeña, Aute y el propio Enrique Urquijo con Los Problemas. «Me metí a tope a buscar el tema adecuado y así llegué hasta 'Niño'. Cuando se publicó, ocurrió algo sorprendente. En todas las entrevistas repetía que sus versiones preferidas eran las de Kiko Veneno y la mía. Eso me indicó algo que posteriormente he podido comprobar. Para él, el nombre, el brillo, la fama del artista no quieren decir nada. Nos conocimos personalmente en las presentaciones del disco. Yo era un cantante poco conocido, que cantaba en una lengua minorizada... Enseguida me ofreció su respeto y amistad, y 25 años después mantenemos la relación artística y personal. Nos escribimos cada cierto tiempo y todas las navidades recibo la caja de galletas (con la receta de su abuela) que me envía», confiesa Muguruza. Browne, admirador de Ruper Ordorika, conserva un apartamiento en el barrio de Gracia, al que dedica la rumbosa 'A song for Barcelona' de su estimable último disco 'Downhill from everywhere' (21).