«Suspender 'Alzira' ha sido triste y duro, pero era la solución correcta»

- Con 'Il turco en Italia' hicieron todos los arreglos imaginables, pero con 'Alzira' han decidido suspender.

- Nosotros tratamos de hacerla por todos los medios. Aplazar o suspender es siempre la última opción, y por eso estudiamos el asunto desde el punto de vista económico y el artístico, y pensando en los profesionales afectados y los socios que no podían asistir con las actuales limitaciones. Apuramos hasta el último momento para tener todos los datos antes de tomar una decisión.

- ¿Las limitaciones a la movilidad han sido decisivas para la suspensión?

- Las expectativas para las próximas semanas no son nada optimistas. Nos enfrentábamos a la hipótesis muy real de empezar los ensayos y tener que echar el cerrojo antes de la primera función. Y, en efecto, ni la mitad de nuestros socios podría acudir a la ópera dado que no viven en Bilbao o un municipio colindante, de manera que no estaría claro para quién programábamos. Ha sido duro y triste, pero hemos tomado la decisión correcta.

- ¿Qué han dicho los artistas?

- Agradecen que sigamos contando con ellos para cuando sea posible realizar las funciones. Queremos añadir 'Alzira' a la temporada próxima como título adicional, sumado a los cinco habituales. Creemos que con el bajo nivel de ocupación que van a tener los teatros durante mucho tiempo no será difícil encajarlo.

- ¿Han hecho planes de contingencia para el resto de la temporada?

- No sabemos ni qué va a pasar en enero. Nuestra prioridad son los tres títulos que nos quedan, pero para ello deberíamos tener alguna idea sobre el aforo en el que nos vamos a mover, si habrá limitaciones a la movilidad, la hora del toque de queda... Y no sabemos nada de eso.

- ¿Qué impacto económico tiene suspender una ópera para la ABAO?

- 'Alzira' tenía un coste, todo incluido, de entre 850.000 y 900.000 euros para una previsión de cuatro funciones. Lógicamente, si aumentaban las funciones crecía un poco esa suma. Al suspender podemos ahorrar unos 600.000 euros. Ahora bien, perdemos casi 400.000 del importe de los abonos y otros 80.000 por taquilla. Y hay que ver qué pasa con subvenciones y patrocinios, porque no está claro que se pasen al año siguiente íntegros. Por eso, económicamente da más o menos igual hacer una ópera en las peores condiciones, como en 'Il turco', que no hacerla.

- ¿El resultado económico de 'Il turco' ya está valorado en su totalidad?

- No, aún no. Estamos todavía cerrando las cuentas, porque nuestra prioridad ha sido ver qué pasaba con 'Alzira' y preparar la asamblea general, que debe ser antes de fin de mes.

- ¿Hasta qué fecha tienen para decidir sobre 'Samson et Dalila', cuyo estreno está previsto para el 23 de enero?

- Agotaremos el plazo antes de tomar una decisión. No creo que podamos aplazarlo más allá de mediados de diciembre. Si estamos en las mismas condiciones, habrá que cancelar o suspender. Las dificultades técnicas y artísticas, relativas por ejemplo al tamaño de la orquesta, se podrían resolver. Y si el aforo sube a 600-800, el toque de queda vuelve a las 11 y pueden venir de otros municipios, podremos hacerla.

- De momento, solo el Liceo de Barcelona ha cerrado por completo durante un mes. Otros teatros líricos siguen abiertos.

- Sí, pero con todas las dudas del mundo. Todos quieren mantener las funciones pero saben que es muy posible que tengan que cerrar.

- En las condiciones de la temporada, ¿sería imprescindible hacer 'Tosca' en mayo con el aforo completo?

- Si ni siquiera 'Tosca' podemos hacerla al completo no estamos ya ante un grave problema para la ópera. Lo sería para toda la sociedad. Pero con todo hoy firmaría por poderla hacer con el 60% del aforo y que todos los socios pudieran venir.

- ¿Qué mensajes les están llegando de los socios?

- Con la suspensión de 'Alzira', ni una queja. Nos han llegado mensajes de apoyo, de gente que entiende lo que hemos tenido que hacer. Creo que lo que no hubiesen entendido es repetir la estrategia de 'Il turco'.

- ¿Qué van a plantear en la asamblea general respecto del futuro?

- Estamos trabajando aún en ello, viendo qué hacemos. Hablaremos claro y expondremos el tema con total transparencia, como hemos hecho siempre.

- ¿Y los patrocinadores? ¿Han hablado con ellos?

- Les hemos enviado una carta y la respuesta ha sido de apoyo, pero no hemos entrado a ver los detalles. Habrá que sentarse y ver soluciones.

- En primavera hicieron un ERTE. ¿Lo repetirán?

- Estamos analizándolo. Aunque no haya ópera hay cosas que hacer y tenemos una estructura fija muy pequeña pero luego hay contratos fijos discontinuos, y ahí entran sastras, montadores... mucha gente afectada y hay que pensar en ellos. La disposición del personal ha sido absoluta. Han trabajado días de fiesta y sin horarios para reorganizarlo todo.

- ¿Tienen una sensación de desaliento después de todo lo sucedido, de los esfuerzos finalmente vanos?

- Desaliento, no. Mucho cansancio y estrés, sí. Y también preocupación. Pero nos encontramos con fuerza y ganas de dar lo máximo. Creo que vamos dando los pasos correctos y queremos transmitir que lo hacemos para que Bilbao siga siendo una ciudad de ópera, que la ópera es historia de esta ciudad y no se puede perder.

- ¿Y se sienten solos?

- Somos conscientes de que al ser privados igual no tenemos tanto apoyo como si fuéramos una entidad pública. Pero es una sensación general: la de que la cultura no está en las prioridades. Tenemos que buscar soluciones y ser responsables para ayudar a que esto salga adelante.