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Los gallegos carpetovetónicos Siniestro Total (Vigo, 82) tuvieron el honor de abrir este viernes el III BBK Music Legends Festival, la cita que se celebra hasta hoy en las campas de la Ola en Sondika. Un encuentro con el rock y el blues que ... aportan figuras de la talla de Steve Winwood o Jeff Beck.
El inicio correspondió a Siniestro. Estaban desde la víspera en Bilbao, pues este fin de semana enlazan tres conciertos: León el miércoles, Sondika ayer y Almería hoy, tras tomar un avión en Loiu, madrugón mediante. «Tengo fobia a los vuelos y a los aeropuertos», se quejaba ayer solo de pensarlo Julián Hernández, el líder del grupo. Pernoctaron en la capital vizcaína, pero no la han visitado: «Hemos venido mil veces y la conocemos de sobra».
Llegaron en furgoneta, ocupada por ocho viajeros: cinco músicos, dos técnicos de sonido y el manager. No ha venido nadie para el merchandising «porque es más complicado de lo que parece y a veces no les compensa acudir a ciertos sitios». Tampoco solicitaron ninguna invitación. «Nuestros amigos de Bilbao siempre pagan la entrada».
Aunque la banda –el líder Hernández, el bajista Oscar Avendaño y el guitarrista Javier Soto– están curtidos en la carretera, antes de salir a tocar en el Legends estaban nerviosos, pero no tanto por ser los primeros de la plancha a pleno sol a las cinco de la tarde. «Si no tocas el primero estás todo el rato mordiéndote las uñas, impaciente. Salir los primeros relaja mucho». No cumplieron ningún rito antes de subirse al escenario, excepto el preguntarse si habían hecho pis: «Si te entran ganas de mear durante el concierto es un marrón porque te tienes que aguantar todo el rato», confiesa Avendaño.
Siniestro se reservó los hits para la segunda parte, caso de 'Diga que le debo', 'Bailaré sobre tu tumba', 'Ayatola' o el tardío 'Cuánta puta y yo qué viejo'. Al acabar su show se declaraban contentos. «No ha estado mal. Solo que ha hecho demasiado calor. Cómo se notaba. En la puta vida hemos tenido tanto calor en Bilbao. Y con las chaquetas se pasa aún más, claro. Qué calorrrrrr...», estiró Julián.
Estaban satisfechos también con la respuesta del respetable: «Ellas guapísimas y ellos inteligentísimos, y todos muy valientes por aguantar el calor que hacía ahí fuera». Sofocado, Julián no cantó algunas partes –«yo canto como quiero, igual que Mick Jagger», alegó– y reveló que no aspira ventolín, sino propoleo, «como las abejas», para coger fuerzas. «Es como el agua, te aclara la garganta pero no te hace sudar», dijo al acabar el concierto.
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