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Pasión Vega presentará el próximo sábado en el Arriaga 'Todo lo que tengo', álbum con el que se «sumerge profundamente en las raíces y el presente musical» de América Latina.
- Admito que hago esfuerzos para no llamarla Pastora en vez de Pasión. ¿Suele pasar ... a menudo que la confundan?
- Ja, ja. También me dicen Paz Vega, como la actriz. Son todos nombres con mucha fuerza y es lógico que exista esta confusión.
- ¿Fuerza es lo que le sobra?
- Me considero una mujer muy sensible, pero al mismo tiempo también fuerte y resistente.
- ¿Empezó cantando en la radio por timidez?
- Efectivamente. Yo cantaba en el coro de la parroquia San Joaquín, pero no había manera de sacarme a un escenario. Me daba muchísima vergüenza. Una amiga me llevó a la radio, casi tirándome del brazo, al concurso de 'Málaga canta'. Así empezó todo.
- Revolucionó el mundo de la copla y vuelve a atreverse con toda clase de estilos: el son, la bachata, la ranchera, la bossa... ¿Le gusta tocar todos los palos?
- Me gusta muchísimo todo lo que tiene que ver con la música popular y nuestras raíces. Soy muy curiosa. Con 15 o 16 años, empecé con clásicos populares de la copla, pero no era el único género que se oía en casa. Escuchaba de todo: tangos, zarzuelas, jazz, la voz de Frank Sinatra, Serrat…
- No le gusta que le marquen un solo estilo. ¿Siempre deja lugar a la improvisación?
- Salir de mi zona de confort me ha permitido crecer a nivel personal y, sobre todo, artístico. Sentirme insegura me ha obligado a atarme los machos. A mi me gusta aprender.
- ¿Sale también de su zona de confort en la vida personal?
- Bueno, en la vida cotidiana soy bastante más tranquila. Ja, ja. Cuando no canto dedico casi todo el tiempo a mi hija. Es una vida un poco más tranquila e incluso más monótona. La llevas al colegio, la traes a casa, preparas las cosas, vuelves a recogerla, la llevas a las actividades de música, de baile... Ja, ja, Hay poco tiempo para la improvisación en este estilo de vida de madre. Me gusta ir fluyendo con la vida.
- ¿A la dama de la copla contemporánea siguen sin gustarle los clichés?
- No me gustan nada. Es el freno más grande que puede tener un artista. Es difícil romper las etiquetas que te ponen al principio y romper la dinámica de lo que el público espera de ti y de lo que tú mismo puedes creer que eres. Es difícil, pero en ese riesgo está el crecimiento artístico. Pero yo soy un vehículo para emocionar al público.
- ¿Se siente la reina de algo?
- La verdad es que no. Me siento siempre un aprendiza. La humildad es importante en este camino, pero no la falsa humildad, sino la verdadera.
- ¿Con qué no se atreve?
- Con lo que no me identifico y no forma parte de mi cotidianidad, pero, en general, creo que me puedo atrever con casi todo. Vamos a poner 'casi todo'. Ja, ja.
- Con o sin copla, ¿sigue siendo muy traviesa en el escenario?
- Me encanta aportar toques de teatralidad y contarle cosas al público. Aunque me gusta saber lo que le voy a decir, porque cada vez es más importante medir las palabras. Yo hice arte dramático e intento aplicarlo al escenario.
- ¿Es muy dramática?
- Un poco. Vivo las cosas intensamente, tanto las alegrías como las penas.
- ¿Sigue sin preocuparle la crisis del mercado musical?
- Siempre hay que tener un 'plan B'. Lo importante es estar y resistir. Con las subidas y bajadas que tiene esta profesión, es clave conservar la inocencia y seguir ilusionándote y emocionándote, no si vendes más o menos discos.
- ¿Se ve con fecha de caducidad?
- Nunca he estado de moda ni he pensado en el éxito rápido, así que va a ser bastante más complicado pasar de moda. Ja, ja.
- Eso es bueno.
- Siempre hay un momento para las buenas canciones. Me creo una mujer muy honesta en el escenario y en todo lo que hago. Nunca he sido tampoco egoísta.
- ¿También es honesta fuera del escenario?
- Siempre, aunque eso me ha traído algunos problemas. También es verdad que se te cierran algunas puertas, pero se abren muchísimas más. Pero es la mejor manera de estar y dirigirse en la vida, porque no tenemos otra.
- ¿Le preocupa lo rápido que pasa el tiempo?
- Más que preocuparme, me ocupo. Soy bastante activa y a veces llevo varios proyectos al mismo tiempo. Todos tenemos la sensación de que la vida se nos escapa e intento exprimirla, aunque, de momento, no me obsesiona. Disfruto de las cosas sencillas.
- ¿Sabe separar la persona del personaje?
- Sí. Llevo bastante bien lo de ser Pasión Vega y Anita en el día a día. Soy la misma persona. La línea que separa a ambas es muy ligera.
- ¿A qué se entrega sin compasión ?
- A mi profesión y al amor. Al final es lo más importante y mágico que tenemos. Hay que entregarse a ello y no hay que tener miedo. Hay que tirar para adelante.
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