Sidecars más que intercambiables con Leiva

La entrada para el viernes costaba 30 euros («33 con gastos», apuntó Óscar Cine) y Juancho, hablando en suaves susurros como su hermano mayor, informó que trabajan 25 personas en esta gira. «Los técnicos son los que llegan los primeros y se marchan los últimos mientras nosotros seis nos llevamos los aplausos». Sí, Sidecars, que son un trío en las fotos, el núcleo de guitarra-bajo-batería, Juancho-Gerbass-Ruly respectivamente, en vivo son seis al sumar teclados, guitarra, más la percusión y la guitarra de Ramiro Nieto, un guindilla en escena, el más ovacionado en las presentaciones finales. Ver para creer.

El concierto, con estupendo sonido (felicidades al ingeniero de la mesa, Álex Tapia), constante comunión con el público (bastantes jóvenes, muchas mujeres, no pocos roqueros e incluso algún niño) y la dulce dicción de Juancho en letras entre la vulnerabilidad y lo vocativo, la sensualidad y la nocturnidad, ofreció lo que esperábamos: cadencias serenas con gancho pegajoso, potencial pop, recursos del soul y el rock sudista, y el rock and roll al fondo del pasillo, pero sin acabar de romper.

Las dos horas y cinco minutos comenzaron con medios tiempos y tumbaos a veces stonianos. En el segundo tercio extrañamente se abundó en los lentos y las baladas («han madurado y se han entristecido», dijeron a nuestras espaldas unas damas que aseguraron haberles visto hace 15 años, y tengamos en cuenta que Sidecars se juntaron en 2006, hace 16), y el bis de media hora para tres temas estuvo muy alargado y a Juancho le dio tanto por hablar que acabó soltando que ya valía de darnos la brasa.

Sidecars, a los que se les nota más el influjo de Tequila que el de ese Fito a quien en un prólogo recrearon en plan ranchera un cacho de su canción 'Lo más lejos a tu lado' (¡Juancho aseguró que si no fuese por el bilbaíno no estarían ahí!), hicieron muchas canciones intercambiables con Leiva, entre ellas la inaugural 'El pasaje del terror', 'Galaxia', 'Todos mis males', el marasmo baladista 'Dinamita' y 'Caballos salvajes'.

Pero no se puede afirmar que Juancho imita a su hermano, aunque también toque en su banda y al menos hasta hace poco vivían juntos. Sidecars y Leiva son más que intercambiables, pues en la Santana 27 Juancho, el líder indiscutible, ideó pop sudista con coritos a lo Tequila ('Tu mejor pesadilla'), salpimentó con riffs stonianos ('El ruido de la calle'), apostó por la épica a lo grande ('Filomena'), igual que Quique González el sábado pasado en la misma sala resonó a The Motels ('Locos de atar'), una canción la empezó como los Secretos y le insertó un estribillo muy Tequila ('180 grados'), sugirió a Los Rodríguez ('Los amantes'), en una balada cruzó a los Rolling con Pereza, el grupo anterior de Leiva, ya saben ('Fuego cruzado'), en modo blues y a dúo se marcó una de las mejores canciones de la velada ('De película'), uno de sus dos grandes hitos del viernes lo alcanzó antes de acabar en falso antes del bis ('Fan de ti') y el segundo al empezar el bis ('Mundo imperfecto', muy a lo Marah), y lo dicho, alargó demasiado las dos últimas, 'Contra las cuerdas', algo Bob Seger, y 'Amasijo de huesos', de estribillo coreadísimo por el gentío y con las presentaciones de los músicos como también hace su hermano mayor Leiva.

Muy buen concierto, aunque sin ninguna sorpresa. Gustó a todo el mundo, también a Gorka, el cantante de Supercremalleras, grupo de Gernika a su vez influido por Sidecars y Leiva.

Por cierto, este domingo Juancho y los suyos estarán en Santander, en el pabellón de deportes del Sardinero, a las 9.