Sentido homenaje a Iñigo Muguruza

El encuentro duró tres horas y seis minutos y con ritmo ágil se sucedieron ocho actuaciones, dos recitados, la proyección de un vídeo con fotos de Iñigo y distintos breves parlamentos intercalados para evocar con alegría al menor de los Muguruza, entre ellos los de sus hermanos Fermín y Jabier. Los familiares siguieron todo el evento desde un espacio reservado en el anfiteatro, cerca del tinglado de los pinchadiscos.

No hubo sentimentalismo aunque sí abundó la sincera emoción durante esos 186 minutos de homenaje en el Antzoki a Iñigo, cuyo nombre se jaleó un par de veces durante el epílogo del bastante balsámico encuentro. La primera parte cursó tranquila, expectante, con las actuaciones de Tenk (17 minutos de post rock y spoken word en plan marasmo de Lisabö; no en vano en el cuarteto figuraba Karlos Osinaga); del último grupo en el que participó Iñigo, o sea Hiru Leike (las dos chicas que le acompañaron en este proyecto intervinieron con su formación actual, Indidxabak, un cuarteto femenino que durante 16 minutos y 4 temas sonó sombrío, noventero y muy verde, quizá por los nervios); de Sagarroi (3 temas en 10 minutos levemente menguantes, marcados por los Clash, en quinteto y cantados por la actriz irundarra Miren Gaztañaga, quien ejerció de maestra de ceremonias): de Lurra, otro proyecto reciente en el que se implicó Iñigo y también con chica al micrófono, Ane García (3 temas en 12 minutos acústicos que picaron en el country-blues, el reggae y el pop a lo Izaro); más la fugaz y melancólica intervención de Joxe Ripiau en cuarteto con su hermano Jabier Muguruza al acordeón (unos ocho minutos para una pieza).

Había pasado hora y media, la mitad del tiempo estimado para el homenaje 'Beti gogoan, adiorik ez!', y aún quedaba lo más esperado, las representaciones de Negu Gorriak, Delirium Tremens y Kortatu, tres grupos en los que militó Iñigo y que enloquecieron a un Kafe Antzokia que rompió las filas y generó bastantes pogos, a pesar de las apreturas. Negu Gorriak, bajo el alias de NG Brigada Peligrox, se reactivaron personificados por los originales Fermín Muguruza (voz), Kaki Arkarazo (guitarra), Mikel Anestesia (bajo) y Mikel BAP (batería). En 27 minutos tocaron 5 piezas muy bien ordenadas, pues al principio se les notó poco engrasados (la batería fue lo que no nos convenció, quizá por la mezcla, por ejemplo en la inaugural y rabiosa 'Radio Rahim', con Fermín bailando cual boxeador y rapeando furioso), pero su set creció buscando la interacción ('B.S.O.', un oscuro himno marcado a fuego por los Clash cuyo estribillo invoca a las raíces, el rock, el rap y el reggae) hasta alcanzar las cimas en los dos últimos temas: el rock superior y emotivo 'Itxoiten', que fue el cénit de las tres horas de homenaje y donde se oyó pregrabada la guitarra de Iñigo, más la fiesta postrera con el manonegrista 'Gora Herriak', juerga a la que se sumó la trikitixa de Xabi Solano (líder de Esne Beltza), que sonó a verbena rapeada y que rozó la apoteosis.

Con la testosterona por todo lo alto, la masa no bajó el pistón en la siguiente actuación, la de Delirium Tremens, de Motriku, que oficiaron en trio «28 años después», como apuntó un emocionado espectador del anfiteatro. Capitaneados por el vocalista y guitarrista Andoni Basterretxea, los Delirium arbitraron 4 canciones en 19 minutos que recrearon sin poses el sonido de los 80. Fue como viajar por el túnel del tiempo, oigan. Su cima fue la primera canción, 'Ihes', que resonó a los primeros Doctor Deseo pero en euskera. En la segunda también se dejaron influir por los Clash (qué honda huella dejó el cuarteto londinense en la escena vasca, con razón se pueden conmemorar en estos días los 40 años de la edición de su disco 'London Calling'), y se alcanzaron los máximos remolinos de la gente en el after punk y ochentero total 'Ikusi eta ikasi', y en su mayor éxito, 'Boga boga', donde imaginamos a unos The Cure blindados. Muy bien Delirium Tremens.

Pero aún quedaba una actuación más. En este homenaje llamado 'Beti gogoan, adiorik ez!' se repasó a todos los grupos principales de la trayectoria de Iñigo Muguruza: Kortatu, Delirium Tremens, Negu Gorriak, Joxe Ripiau, Sagarroi, más los más recientes y con voces femeninas, Lurra e Hiru Leike (en el tintero se quedó su primerísima banda, Desband, la cual, ya sin él, acabó rebautizándose Beti Mugan, con Martxel Mariscal en sus filas, un Martxel que recitó tras el atril en el primer grupo actuante este martes, en Tenk).

Y la actuación última fue la dedicada a Kortatu y representada en sexteto por Pikete Lerroa, o sea Des-Kontrol reforzados por Fermín Muguruza al micrófono aportando la voz original. En 34 minutos recuperaron 7 piezas con los momentos más excitantes vividos por el ecuador, aunque ninguna desmereció y todas resultaron creíbles. Pikete Lerroa abrieron fuego con el sincopado 'After boltxebike', se alistaron al punk en 'A la calle', la primera cima fue la delirante 'La familia Iskariote', la sombra de los Clash se cernió sobre el reggae 'Hay algo aquí que va mal' (en realidad una versión del 'Doesn´t make it allright' de los entrañables The Specials), la segunda cima se mascó en el hardcore 'Zu atrapatu arte' (sin duda la canción en euskera más cantada por todo el mundo), la llamada al positivismo de 'Presaka' (una versión del 'Pressure Drop' de Toots & The Maytals que hacían los Joxé Ripiau de Iñigo y Jabier Muguruza), y la despedida con el alborotado ska 'Sarri, Sarri' al que se sumó la triki de Xabi Solano. Acabó ésta y Fermín nos animó a gritar de modo rápido y optimista Iñigo, Iñigo, Iñigo…