Savall rechaza «la violencia gratuita» de un montaje de Calixto Bieito

De ahí que la actitud de un profesional de la talla y experiencia de Jordi Savall haya llamado la atención. El director de orquesta ha aseverado públicamente, en la rueda de prensa celebrada en el Liceu para presentar el montaje, que se sentía «en el deber moral» de mostrar su falta de sintonía con Bieito. «No comparto el uso exagerado de la violencia gratuita que en muchos momentos se pone en escena», confesó el maestro catalán, después de haber agradecido el «magnífico trabajo» de los cantantes y equipo artístico, sin mencionar para nada a Bieito. Una situación insólita delante de las cámaras.

Sin dejar de subrayar «todo el respeto y admiración que merece Calixto», tampoco dudó en tranquilizar a los aficionados más interesados en la música. «Que nadie se preocupe. Pese a todo lo que pueda suceder en escena, se pondrá en valor la belleza y emoción de la música de Monteverdi. Eso siempre ayudará a elevarse y dignificarse al ser humano, más allá de las inclinaciones que se puedan sentir en determinadas circunstancias», zanjó Savall, sin desviar la mirada hacia el director artístico del Arriaga, que se mantenía impertérrito. El resultado de la colaboración de ambos se podrá ver y escuchar entre el 10 y 21 de julio, en el coliseo de la Rambla.

A preguntas de los periodistas, el director de escena recalcó que no tenía «ninguna pega» en trabajar con Savall. «Hace años que le sigo y le admiro», insistía, evitando echar leña al fuego. El propio Savall matizaba una y otra vez sus palabras, hasta el punto de bromear y reconocer que «el montaje estaría mejor con un par de puñetazos y asesinatos menos». Las risas tuvieron un efecto balsámico y Bieito entró al trapo: «No he contado las muertes ni las violaciones; tengo una máquina que me da la cifra exacta para que la cosa funcione».

El clima, sin embargo, no se relajó del todo. Al término de la rueda de prensa, que se prolongó casi una hora, no se vio entusiasmado a Calixto Bieito. Se le interrogó por su estado de ánimo y proyectos en el Liceu, así como por el balance del estreno de 'Orgía' en Bilbao. A lo primero, se limitó a decir que se encontraba bien en Barcelona, «una ciudad que forma parte de mi vida, donde nadie me debe nada, ni yo le debo nada a nadie». Y en cuanto a lo segundo, tampoco se extendió demasiado: «'Orgía' ha sido un gran acontecimiento. Irá por casi toda Europa, aparte de recalar en primer lugar en el Liceu».

Esta rueda de prensa ha disparado las expectativas de cara a las seis funciones de 'L'incoronazione di Poppea'. Se trata de un montaje que gustó mucho en Zúrich, donde se estrenó hace cinco años. Traslada la acción a un reality show del siglo XXII, con criaturas sedientas de poder y sexo, en una puesta en escena inmersiva y llena de pantallas led. Nada que ver con la trama original, ambientada a mediados del siglo I d. C., con Nerón y su segunda esposa, Poppea, como protagonistas y líderes absolutos, por encima del bien y del mal. Eso sí, el final no cambia. Triunfa el amor de los depravados, por encima de la virtud. Unos mimbres que fascinaron desde el primer momento a Bieito.