Sauron contra un viejo piano de pared

Los espectadores que llenarán el auditorio del Euskalduna hoy y mañana asistirán a un espectáculo que requiere de un montaje no menos complejo que el de una ópera: 86 músicos sobre el escenario, junto al coro de la Sociedad Coral y el infantil de la misma entidad (en total, 150 voces), a los que hay que sumar a la soprano Grace Davidson y la tiple Adriana Fernández. Todos, bajo la dirección de Shih-Hung Young. Sobre sus cabezas, una pantalla de doce metros de longitud en la que se proyectará 'El Señor de los Anillos. La comunidad del anillo', la primera entrega de la serie que Peter Jackson dirigió a partir de las novelas de J. R. R. Tolkien. Tres horas de proyección, divididas en dos partes -como se hacía en los cines-, con músicos, coralistas y solistas interpretando en vivo la espectacular banda sonora de Howard Shore, que ganó con ella el Oscar hace veinte años.

La partitura indica claramente el uso de un 'piano viejo'. Será lo más llamativo, pero hay otros instrumentos muy poco habituales, que en algunos casos ha sido preciso alquilar, como explica Borja Pujol, director técnico de la formación. Sucede con dos 'taikos', tambores japoneses, que estarán a cargo de Irene Rodríguez. Es también el caso de un dulcimer martilleado, un instrumento propiedad del músico portugués Nuno Silva, contratado especialmente para esta función. El flautín titular de la BOS lleva semanas ensayando la parte correspondiente a la flauta irlandesa (twin whistle), otro instrumento inusual. Y aunque son muy conocidos entre nosotros resultan poco frecuentes en el escenario de una sinfónica un acordeón (lo tocará Garazi Navas), una guitarra y una mandolina (Alberto Rodríguez).

La gigantesca partitura de Shore requiere una percusión de dimensión pocas veces vista: un juego de gong tailandeses, varios tam tam, platos, planchas de metal (reforzadas con una enorme sacada del almacén de la orquesta), una celesta y un segundo piano, este tocado de forma convencional. Otro instrumento 'exótico', un violín irlandés, será sustituido por un violín convencional, algo que se hace con frecuencia.

Con todo ello se dará vida a una partitura articulada en 18 números. Una música que pondrá el paisaje sonoro a la aventura de Frodo Bolson y sus amigos, obligados a hacer frente a Sauron. Un viejo piano torturado con una cadena los acompaña.