Samantha Hudson: «Mi identidad es la confusión ajena»

La polifacética diva 'queer' y mejor artista española según MTV Europa, regresa este viernes a Bilbao con la 'liturgia electrónica' de su gira y show AOVE Black Label. 'Soy un animal escénico', proclama

Josu Olarte

Jueves, 22 de febrero 2024, 18:09

Samantha Hudson viene postulándose desde hace un lustro como cantante y performer trans, activista LGTBI, actriz, celebridad televisiva y artista transgresora de las convenciones musicales y de género. Una viralizada trayectoria multifacética y de «extracción obrera y trash» que defiende con afable locuacidad en un ... discurso equilibrado entre la militancia y la frivolidad propia de petardeo 'queer'.

Publicidad

Retomando su conexión con Bilbao («una de mis ciudades favoritas, con más bisexuales per cápita, donde tengo muchas amigas y con la que conecto mucho»), Samantha regresa este viernes para recrear en la sala Santana 27 (22.00 horas, 22/27 €) la gira de su último EP 'AOVE' (Subterfuge 23) en un excesivo y coreografiado show audiovisual en clave de rave de rutero techno noventero que estrenó en el último festival Sónar. Una liturgia «un poco bakala» en la que ejerce de electrodiva y que, en guiño a Enrique Iglesias y la serie La Mesías, califica como «una experiencia religiosa». Lo hace recién salida de la 'premiere' de la inminente comedia «Menudas Piezas» (Nacho G. Velilla) a la que ha aportado 'el tema más gamberro de su banda sonora', apunta la 'mejor artista española' por votación popular en los premios de la MTV Europa (EMA) por delante de Lola Indigo o Quevedo.

-El show que estrenó en el último Sónar evoca el techno festero de los 90. ¿Cómo lo definiría?

-Como una liturgia electrónica, tiene mucho de ese aire de hardcore maquinero y bakala con mucha reminiscencia de la cultura clubber de los 90 que evoca tanto la música como los bailes y la parte audiovisual. Pero sobre todo tiene un aire muy místico. Yo actúo en calidad de predicadora, haciendo mis pláticas como una Chamana Hudson (risas) en una misa retrofuturista. Es muy especial porque en cada show converge lo mejor de cada ciudad, que prepara su modelito igual que las señoras para ir a misa. Se genera una complicidad y una comunión muy bonita. Estoy utilizando un montón de símiles religiosos porque lo encuentro como una catarsis muy profunda de la que sales como un espíritu renovado.

-Artista multidisciplinar no binaria, activista queer, electrodiva, reina travesti de los bajos fondos, icono de la Generación Z... Parece que cuesta concertar su perfil y proyecto artístico.

-Supongo que soy todo eso y más. Cualquier categoría es posible para que una rubia tan ambiciosa como yo practique la seducción. Mi profesión es la de cantante y artista musical, de ahí viene mi principal sustento económico. Desde que en el Sónar me presentaron como 'mejor artista española', llevamos ya un año de gira con este show y tenemos pensado seguir hasta octubre por lo menos. Es mi profesión y mi pasión porque si algo me define es ser un animal escénico. Donde me siento más endémica es el escenario.

Publicidad

-¿Calificarse también de 'chica del Renacimiento' no es un poco excesivo o pretencioso por mucho que haya hecho de todo?

-Lo es, pero hay que permitirse ese tipo de excesos. Soñar es gratis y yo he hecho todo tipo de cosas en la música, el cine o la tele. No me estoy inventando nada. Hace falta honestidad y quizás un poco de fantasía pero la realidad empírica es la que es.

Publicidad

-Su disquera la califica como procaz, hereje, hortera, obscena o explícita. Con su aprobación se supone.

-Claro, reivindicar lo procaz, lo hortera, lo obsceno o lo irreverente está en la base de mi dialéctica que se basa en la inversión de los símbolos y de las palabras que han utilizado para hacerme daño. Si para ser una chica con los pies en la tierra que habla su verdad tengo que ser obscena y ordinaria, habrá que serlo.

-Siempre le preguntan más por su identidad que por su faceta artística o pública. ¿No le cansa hablar siempre de sí misma, tener que explicarse tanto?

-Es que es imposible desligar a la Samantha artista de la Samantha persona. Al final mi arte es holístico y va mucho más allá de la música y los conciertos. Es también mi identidad de género, mi expresión, mi discurso, los valores que defiendo, los ideales que promulgo, las cosas que creo. A veces me abordan con preguntas incómodas como si estoy a gusto con mi cuerpo pero no me importa porque me dan pie a réplicas adecuadas y a ser tajante cuando es preciso. Estoy lista para cualquier batalla.

Publicidad

-Al final es persona y personaje.

-Sí, al final la vida es un teatro en el que nuestra personalidad es un guión sujeto a cambios. A veces interpretas un papel que otros han escrito para ti y en otras ocasiones eres la mártir de tus propias pasiones y quizás tu propio teatro. Soy encajo más en este ejemplo y quizás por eso a veces puede parecer que soy una pantomima impostada. No soy más personaje que el resto de la gente.

Publicidad

-¿Y cómo ha cambiado su guión vital desde que se proclamó 'Maricón' en su primer video viral adolescente y comenzó a transgredir el encasillamiento musical y sexual?

-La identidad es un camino en construcción. La única verdad del ser humano es la metamorfosis. Como dijo Rosalía, yo soy muy mía y me transformo. Actualmente diría que mi identidad de género es la confusión ajena. Cuando estoy en la cola del súper y una mujer me dice le toca a él o ella, esa confusión es el terreno donde más a gusto habito. Es lo que me define. La cuestión de lo que es ser hombre o mujer se arroja sin misericordia a las personas que formamos parte de la disidencia. Sería un ejercicio muy provechoso hacérselas a las personas que encajan dentro de la norma.

-La irreverencia o la provocación parece consustancial a su proyecto.

-Bueno, soy una chica cañera que habla su verdad. Siempre hay un enfoque erróneo cuando se habla de subversión o de transgredir la norma para llamar la atención o generar un escándalo. Solo se contempla la cara de la moneda cuando la cruz forma parte de ella. Para que haya provocación tiene que haber un bando que se sienta provocado. La potencia y el alcance de mi discurso reside en las respuestas que genero en los sectores más reaccionarios y rancios de la sociedad. Son la confirmación de lo que proclamo.

Noticia Patrocinada

-Da la sensación de que su propuesta era antes más política. Identificarse como marxista o de origen obrero no es habitual en su ámbito.

-Es verdad que las canciones de AOVE no tienen esa carga política tan explícita de otras como 'Por España' aunque tampoco la he abandonado del todo. No podemos olvidar que soy una artista underground no binaria y eso ya me parece bastante político. Aparte, sigo haciendo mis 'speeches' (discursos) entre canción y canción y si no he vuelto a sacar el tema en entrevistas es porque no me han preguntado. Mi padre sigue siendo albañil y mi madre limpiadora. Mi origen obrero no va a cambiar'.

-Desde el lado, digamos, normativo, el universo LGTB parece una jaula de grillos con visiones dispares y hasta encontradas; el último ejemplo es la polémica suscitada en el feminismo por la eurovisiva canción 'Zorra'. ¿Qué le parece?

Publicidad

-No la entiendo ni comparto. No veo por qué una chica no puede calificarse de zorra si quiere. No es nada nuevo. Los homosexuales siempre lo han hecho con la palabra maricón, las lesbianas con bollera, las trans y las disidentes con travesti, o los del cono sur con sudaca. Se trata de resignificar los términos, algo que ya tildó (la filósofa) Judith Butler en la categoría de inversión performativa de la injuria o (Virginie) Despentes en su teoría King Kong. Me gustaría que se sometiera con la misma vehemencia crítica la participación de Israel, siento que siempre se focaliza la atención en la cosa más anodina, insustancial y mundana en lugar de poner esa atención en un problema con un fondo político más trascendente. Los pronombres ligados al feminismo pueden abrumar pero no confundir, lo que importa es respetar a la gente y tener empatía.

-Por cierto, ¿de dónde viene su nombre artístico Samantha Hudson?

-Me lo inventé porque el de Juana de Arco ya estaba cogido. En todo caso, creo que a mártir no me gana nadie.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad