Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El ciclo Music Legends de la Sala BBK suele apelar a la nostalgia y ha traído a Bilbao a varios artistas de renombre pero de edad muy avanzada y salud inestable. Así, el exbaterista de Cream casi se murió en el camerino antes de subirse ... al escenario porque le faltaba el aire y no podía respirar (nos dejó en 2019, seis años después), y el pianista de Nueva Orleans Allen Toussaint falleció a los 77 años un lunes de 2015 tras su concierto en Madrid, ¡justo el día después de haber actuado en la Sala BBK! (hay quien atribuye su óbito a nuestra crítica, pero exageran).
En el ciclo Music Legends, que anda ahora en su décima edición, han actuado leyendas con mala salud o muy precaria (aún recordamos al fragilísimo Johnny Winter, el bluesman albino, por la parte positiva, y por la negativa al baterista afrobeat Tony Allen, que apenas podía mover su espalda ni percutir los parches a los 77 años; ambos han pasado también a mejor vida), y por eso siempre acudimos con prevención a sus propuestas.
Sin embargo, lo que pudimos presenciar este sábado en una Sala BBK ocupada por casi 300 almas (se agotó dos veces el aforo, y cuando el gobierno permitió ocupar el cien por cien del recinto ya no hubo margen de maniobra para anunciarlo y aprovecharlo), ante Wishbone Ash, una banda inglesa gestada en 1969, o sea con 52 años ya, superó todas las expectativas más optimistas: gozamos de un sonidazo denso y perfecto igual que si oyéramos un disco en un buen equipo (se tiraron dos horas probando, ¿eh?), el batería se incorporó hace días como sustituto temporal al cuarteto y su labor no tuvo ningún pero, el líder y hoy día único fundador Andy Powell, un londinense de 71 años, cantó de maravilla y con poderío de principio a fin, los cuatro puretas (bueno, el baterista es un jovezno) mostraron una presencia escénica envidiable, y las dos guitarras cruzaron el éter en todas las direcciones. Ah, era su primer concierto tras la pandemia, desde marzo de 2014, y se les vio contentos y se les oyó engrasadísimos. Increíble. Ahora cumplirán una gira británica entre el 17 de octubre y el 20 de noviembre, con 24 fechas.
Su bolo, su conciertazo bibaíno de 12 temas en 87 minutos no apeló a la nostalgia, pues de este milenio hubo cinco canciones, editadas ellas en álbumes de 2002 (dos selecciones: el instrumental inaugural 'Bona fide' que titula a ese álbum, más el corte 'Enigma'), 2006, 2014 y en su último trabajo, 'Coat of arms', de 2020 (del que espigaron 'We stand as one' para abrir el bis con querencia melódica y AOR americana).
Cinco temas pertenecen a su LP más popular, el tercero, 'Argus', de 1972, otro a su reválida de 1971 (el corte muy Ted Nugent titulado 'Jailbait', del LP 'Pilgrinage'), y otro más a su debut homónimo de 1971, el cual fue presentado así por Andy Powell: «Esta es una banda muy vieja, al menos yo lo soy. Esta canción la escribí en 1969 y es muy larga. Espero que la disfrutéis», y tocaron 'Phoenix', que les duró 17 minutos a base de cabalgatas heavy metal, espacios folk, un cacho reggae, punteos sudistas vía Lynyrd Skynyrd, y petición de palmas al respetable, que se dejó llevar, un respetable donde había británicos, franceses…
Y los cuatro músicos felices en escena revelaron facultades sobradas (qué manera de cantar la del líder Powell, cómo se entrecruzaban y se sucedían los punteos, cuando no se doblaban a modo de influencia para bandas como Iron Maiden y Thin Lizzy), apenas pecaron en lo de pedir palmas a la gente (en la última hasta requirieron coritos yeah-yeah-yeah a lo Miguel Ríos), varias de las letras fueron de guerreros y espadas (las del LP 'Argus'), y ellos, o sea Wishbone Ash, fusilaron el ritmo a los Status Quo en un par de ocasiones, cantaron bastante en plan Ian Anderson de Jethro Tull, cincelaron riffs rocosos, dieron rienda suelta a los punteos afilados tomándose su tiempo, sonaron muy americanos cuando se lo propusieron, y no dejaron rendijas a la nostalgia interpretativa en una cita memorable y densa (ya se ha dicho) que destapó la buena salud de hierro y la validez actual de Wishbone Ash. Que los traigan al festival Music Legends de Sondika, desearon algunos al acabar. ¡De lo mejor del año!
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.