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El próximo 2 de noviembre el escultor Richard Serra, fallecido el pasado 26 de marzo, cumpliría 86 años. El Museo Guggenheim, que tiene en la ... instalación 'La materia del tiempo', compuesta por una serie de obras del artista estadounidense, uno de sus grandes atractivos, conmemorará ese cumpleaños con un concierto a cargo del pianista Samson Tsoy (Kazajastán, 1988). El concierto comenzará a las 19.30 horas y tendrá lugar en la propia sala de Serra, con dos pianos situados de tal forma que los asistentes puedan escuchar la música sentados o de pie para recibir el sonido de manera diferente. El programa contiene piezas de Bach y Beethoven y termina con el segundo movimiento de la Sonata Nº 32 de este último, cuyo sonido parece anticipar el jazz de un siglo más tarde. Tsoy, que ya ha tocado ante otra instalación de Serra en la Gagosian Gallery, explica las razones de este concierto.
- ¿Qué sentido tiene utilizar dos pianos?
- El espacio y la música no están aislados: interactúan, se mezclan y se amalgaman. En esta actuación el sonido se convierte en un instrumento mágico de percepción, resaltando el espacio, activando la memoria, intensificando la conciencia del tiempo y sus fluctuaciones. Serán dos pianos de cola que viajarán desde Francia para ser ensamblados en el 'campo escultórico' de Serra. Quiero que los oyentes experimenten a través del sonido de los pianos la variedad de la acústica del espacio, darles diferentes perspectivas audibles, interactuar con la idea de series de esculturas de la manera más orgánica.
- ¿Dónde situará los instrumentos?
- Estarán ubicados en la entrada de la sala y entre las esculturas, brindando al público la oportunidad de escuchar de pie o sentado, y sentir la música que resuena en diferentes puntos acústicos. Los recitales de piano tradicionalmente son muy estáticos y pensé en ello cuando trabajé por primera vez con 'Transmitter' de Serra en 2021. Él decía que «el significado se produce solo a través del movimiento continuo, a través de la anticipación, la observación y el recuerdo». Tuve eso en mente mientras trabajaba en este programa. Así fue como se me ocurrió la idea de traer dos pianos.
- ¿Por qué obras de Bach y Beethoven?
- Decidí explorar la materia del tiempo a través de la lente de algunas de las obras más importantes de Bach y Beethoven, grandiosas pero íntimas, como el trabajo de Serra. Reunir a estos tres artistas que rompieron radical y armoniosamente los límites de su tiempo suscitará sentimientos y emociones. Las últimas tres sonatas de Beethoven amplían las fronteras de todo lo que existía antes, abriendo el camino a una nueva era. Yo mismo experimenté sensaciones similares cuando descubrí el espacio de Serra.
- El Guggenheim es un museo de arte contemporáneo. ¿No ha pensado en tocar alguna obra reciente para encajarla así en ese museo?
- La sala de Serra es un lugar muy especial del museo: trata de la eternidad, no solo de la modernidad. Estamos hablando de algo completamente único y necesitaba encontrar la respuesta musical más natural y precisa para ese escenario en particular. Este es un programa muy específico para ese espacio, nacido del trabajo con este campo escultórico en particular y también de la experiencia de mi trabajo anterior con Serra.
- O sea, que tan importante o más es la eternidad que la modernidad.
- Es que a menudo descuidamos el papel del intérprete, que es siempre lo más contemporáneo de cualquier programa; es un artista que recrea, interpreta y ensambla el viaje musical en la actualidad. Eso es lo que hace que las artes escénicas, las formas en que pueden interactuar con la modernidad, sean fundamentalmente diferentes de las artes visuales. Componer el programa a partir de obras existentes y hacer que suenen como nuevas puede ser tan impactante como incorporar al programa una obra recién compuesta.
- En ese anterior concierto vinculado a Serra, usted tocó junto a otros músicos el 'Cuarteto para el fin de los tiempos' de Messiaen. ¿No habría sido una buena propuesta para el Guggenheim?
- Cada escultura de Serra plantea una sinergia única de espíritu, material, entorno y movimiento. Puede que parezcan similares desde fuera, pero sería una forma engañosa y primitiva de ver su arte. Por su forma de envejecer, la forma, la luz, el carácter y muchos otros factores, cada pieza es única. Y luego deberíamos hablar también del entorno donde la escultura tiene vida propia. Serra tenía opiniones muy firmes sobre el espacio y cómo sus obras lo habitan, cada una de manera individual. No habría sido adecuado repetir.
- Así que este concierto solo funcionará bien aquí.
- El programa también es único en este sentido: solo funcionará y 'respirará' en ese entorno. Pienso que creará una magia muy especial entre el artista, el espacio y el público, que será testigo de algo que no se repetirá.
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