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El de Reinosa en una de sus esporádicas pero meditadas poses. Carlos G. Azpiazu
Rulo sienta la cabeza en Bilbao
El Bafle

Rulo sienta la cabeza en Bilbao

Se notó que era la tercera fecha de '5', el nuevo disco del exlíder de La Fuga, pues faltó velocidad, pegada y hasta volumen en un concierto largo y cansino donde las 1.500 almas que agotaron la Santana 27 no pararon de cantar

Sábado, 16 de marzo 2024, 07:31

Hubo muchísima gente joven entre las 1.500 personas que este viernes agotaron en la venta anticipada el aforo de la sala Santana 27, donde el cántabro Rulo (Raúl Gutiérrez Andérez, Reinosa, 1979), ex La Fuga (los lideró entre 1996-2009), presentó su quinto disco en solitario, titulado '5' y repasado casi en su totalidad. Como lleva tanto tiempo haciendo la misma canción, la misma fórmula aplicada a rocks amables con buenas letras de acertada intención lírica (greguerías, oximorones, nostalgias desde temprana edad, corazones calientes, resacas duras, la luna lunera…) que dan la sensación de que cuentan sinceras historias personales en primera persona (muchas rupturas amorosas) y a veces de modo vocativo (reprochándole a la (ex)pareja), un método de composición que incide en la misma intención retrojuvenil, pues es normal que la chavalería se apunte a su repertorio y a sus conciertos (Azpiazu vio en las filas de delante a algún hijo de Rulo).

El público contento. Carlos G. Azpiazu

Lo malo del viernes en la Santana 27 es que se notó que era el tercer concierto de la gira en quinteto de '5', tras Madrid y Barcelona (seguirá por Burgos –dos fechas-, Murcia, Valencia, Compostela…; ah: Rulo avanzó que volvería en julio a Portugalete, y pensamos: las fiestas ahí son en agosto), que a la banda le faltó rodaje, soltura y hasta velocidad (por momentos parecía un tributo de sí mismo), y que al concierto le faltó pegada y hasta volumen (la batería se oía muy baja y las tres guitarras apenas sesgaban el aire). No obstante, el público apretado lo pasó genial, cantó absolutamente todas las canciones por entero, filmó con sus móviles, ondeó las manos en alto cuando Rulo lo marcó a una señal, repitió sus coros de estadio, y apreció los halagos del cantante: «me gusta estar en esta ciudad que para mí es la capital del rock», una ciudad a la que él llama 'Bilbo'.

El público cantó todo, no sólo los estribillos de las canciones de Rulo, en las que las letras son lo más importante. Cada composición de Rulo marca la senda hasta llegar al estribillo redondo, e incluso se refiere a ello en algunos títulos: «Veinticinco años de canciones / De peleas con los estribillos» dice en 'Dentro de una canción', y «Era una canción / Con un estribillo arrebatado » en 'Tu mejor versión' (¿qué decíamos antes sobre lo que repetir la fórmula?, aunque bien es verdad que en el nuevo disco la producción ha mutado su estilo de modo claro y moderno al varias piezas).

23 canciones

La gente puso todo de su parte, pero en el fondo fue un concierto cansino y largo de 23 canciones en 117 minutos en los que el sobrio y pulcro (vistió dos indumentarias, primero camisa y luego camiseta, que se quitó al final, en los saludos, para mostrar palmito flaco y viril) Rulo pareció que va sentando la cabeza (el canto de intenciones de la inaugural 'Confeti', perteneciente al nuevo disco '5' y que marcó un prometedor arranque del bolo). Hizo bastantes lentos (el reggae 'Mi cenicienta', donde canta «tú eres la coca cola y yo el whisky barato», el lento a lo Quique González 'Persiguiendo sombras', el punto bajo que puso la novedosa 'El plan perfecto', que no mejoró a la versión del disco, algo imperdonable en un directo), se asimiló a Sabina ('Entre mi siempre y tu jamás') y hasta fue tan lento que pareció un tributo de sí mismo ('Verano del 95', donde Rulo pidió así los coros: «tenemos una filosofía sencilla y efectiva, la de que aquí no se sale hasta la afonía»).

Fito Garmendia, ex La Fuga y «hermano del alma» de Rulo. Carlos G. Azpiazu

Seguro que el concierto de julio en Portugalete estará mucho mejor y se incrementa la efectividad de la banda (¡bautizada La Contrabanda!), se oyen más las tres guitarras (la suya que a menudo la cuelga como un adorno, la de su paisano campurriano Fito Garmendia -ex La Fuga también- y la del catalán Dani Baraldés) y caben más momentos acertados que los que anotamos este viernes en la Santana 27. La inaugural y ya citada 'Confeti', un 'Noviembre' también lentificado en exceso pero cuyo estribillo es muy arrebatador, 'Tu alambre' con su enésimo buen estribillo, una muy buena 'Heridas del rock and roll' (lo que decíamos antes de la autobiográfico de sus letras), la optimista 'Por verte sonreír' (al acabarla la gente la tarareó en bucle hasta que dijo Rulo: «habrá que ir a casa»), el glam a lo Loquillo 'Dentro de una canción', y en el bis 'Tu mejor versión', la revisión de La Fuga 'Pa'qui pa'llá', y el adiós algo Springsteen '32 escaleras'. Tras él, mientras sonaba en playback su también nueva canción 'De parranda', muy Sabina ella, saludaron los cinco músicos hasta dejar a solas sobre la tarima a Rulo, que acabó sin camiseta, ya se ha dicho.

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