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En el umbral de la nueva muestra del Centro Botín, primera de la temporada 2023, el visitante se topa con una serie fotográfica de quince pares de imágenes, entre la reiteración y la variación extraídas de archivos personales y familiares de la artista Roni Horn, ... bajo el epígrafe 'a.k.a.', acrónimo de also known as o alias, que hablan de la identidad múltiple y de esa «multitud que habita en cada uno de nosotros». «No quiero belleza, quiero identidad». La frase de la escritora Clarice Lispector, una autora de referencia para la artista neoyorquina, bien podría contener la esencia de las creciones que configuran su muestra de Santander. Una exposición meticulosa que recorre y refleja casi tres décadas de trayectoria, sin ánimo de retrospectiva, donde confluyen y se entrecruzan dibujos, vidrio, palabras, escritura, esculturas, fechas, fotografías, registros, lugares... y una performance sonora.
'Me paraliza la esperanza', una sentencia de la cómica estadounidense Maria Bamford, es el epígrafe elegido por Roni Horn (1955) para nombrar este caleidoscopio de su creación, cuya puesta en escena se plasma en catorce creaciones, incluyendo una grabación de audio, que se distribuyen en al menos nueve espacios. «La esperanza es, entre otras cosas, una táctica de supervivencia. Es una manifestación del impulso innato de seguir viviendo, respirando, moviéndonos, deseando. 'Me paraliza la esperanza' es, al mismo tiempo, un silencioso e insidioso rumor y un grito incesante», reflexiona Horn.
Comisariada por Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de Exposiciones y de la Colección del Centro Botín, la orientación conceptual prima en una exposición que destaca por la nueva serie de sus icónicas piezas de vidrio -con las que trabaja desde los años noventa- y, además, es la primera vez que exhibe su serie LOG (Registro) en un centro de arte. Dibujos, citas, collages, fotografías, comentarios informales, notas sobre noticias y sucesos meteorológicos y textos originales de la artista. En varias de las láminas de esta obra aparece inscrito compulsivamente el título de la exposición.
Roni Horn, que desde los años setenta lleva recorriendo los paisajes más remotos de Islandia, desarrolla en sus obras una práctica artística «heterogénea» que reflexiona sobre el proceso de devenir en relación con la identidad y el lugar. Rodríguez Muñoz subraya que para la artista «el agua y el tiempo meteorológico son sus mentores… por eso es un verdadero placer poder presentar sus obras en un entorno que propicia un diálogo directo con el mundo natural. En esta exposición, la luz y el mar de la bahía santanderína se filtran en sus esculturas de vidrio en un cálido abrazo, invitándonos a presenciar como muta su tonalidad frente a nuestros ojos».
El itinerario natural, desde el acceso hasta los grandes ventanales que dan a la bahía, continúa por la sala Norte donde se exhibe 'Still Water' (The River Thames, for Example) (1999), serie de 15 fotolitografías a gran escala centradas en el tramo del río Támesis que atraviesa Londres. En este mismo espacio también se exhibe 'Gold Mats, Paired (For Ross and Felix) (1994/2003)', una delicada escultura posada sobre el suelo de la sala compuesta por dos láminas rectangulares de oro puro, una obra que Horn dedica a su difunto y buen amigo, el artista Félix González-Torres, y a su amante, Ross Laycock, y que hace alusión al amor, el duelo y la amistad.
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