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Un instante de Turbonegro, en el Azkena de 2004. n. gonzález

El rock desde detrás de la barrera

La edición doméstica del Azkena arranca con un cóctel de contenidos que, inevitablemente, dispara tanto la nostalgia como el hambre de conciertos presenciales

Domingo, 21 de junio 2020, 00:47

Bueno, ya estamos otra vez. A las puertas de un nuevo Azkena, aunque esto no sea precisamente en Mendizabala. En el Sofa Edition no hacen falta entradas -ya las luce uno en la frente- y una pulsera con calavera hará las veces de pase ( ... para llevar lo virtual a la realidad hay que buscar la sensación táctil). Evidentemente, no hay colas. Y una cervecita refrescará la sed de rock. En breve, se van calmando tanto la física como la sonora, con un maravilloso Iggy Pop al son de 'I Wanna Be Your Dog'. La Iguana se da un baño de multitudes.

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«Stooges forever», se piensa. Los recuerdos e impresiones de un periodista -cita bandas y la dimensión y espíritu del ciclo, así como la gastronomía- contrastan con los de una visitante del festival -al que, entre más de una anécdota, otorga «el mejor ambiente»- o los de una representante de instrumentos musicales. En medio, entran fragmentos de actuaciones, como la de New York Dolls, con un David Johansen que explicaba que tomaba gotas de hierba de San Juan contra la depresión, la potencia eléctrica de Beasts of Borbon, el sonido primigenio del rock de Heavy Trash o la icónica imagen de los Misfits, que siempre han parecido parientes de la familia Addams. Eso, por no hablar del mítico e histriónico rock star Alice Cooper, del remolino rubio de Imelda May, de la fuerza de QOTSA o la personalidad de Dinosaur Jr., mentados éstos últimos por Marta Ruiz y Fernando Pardo de Sex Museum.

Llegan himnos de John Fogerty -con el recuerdo a su adolescente hija Kelsy-, la imponente banda de esos pájaros que son los hermanos Robinson, Cracker, Gluecifer o Blondie, con un músico que usa uno de esos instrumentos con un mástil inútil que permiten al teclista mostrar al público que tiene dos piernas operativas. Tras un festivo 'We're Not Gonna Take It/ Huevos en Aceite' de Twisted Sister, Suzi Quatro saluda al personal y le avisa de que más le vale estar en Mendizabala en 2021.

La aportación de Jeff Massey de Steepwater Band resulta fugaz, con tan sólo dos temas

breve Directo acústico

Ya sobre las 22.00 horas arranca la actuación de 2004 de los escandinavos Turbonegro. Hay gazuza y, a falta de foodtruck, se puede escuchar a la banda mientras en su honor se filetea un rico salmón, también noruego.

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Con aroma a especias, la plancha aún caliente y la ensalada fresquita, la mirada se posa en un Euroboy entusiasta y más jovencito de lo que se le recordaba, con su Gibson Les Paul Custom anaranjada soltando chispazos eléctricos. El potente combo tiene al frente a ese 'hermoso' vocalista a quien el bajo Happy Tom presenta en español como «el Gordo», Hank von Helvete. En su día, Óscar Cubillo dijo en EL CORREO de ellos: «Excesivos, provocadores y sado-masoquistas, los marineritos homo-moteros lucieron barrigas impúdicas, jalearon al sexo sin control y a las drogas de toda condición».

Mike Farris en su vuelta solista a Vitoria en 2009, ya sin Screamin' Cheetah Wheelies. j. andrade

Poco cuero a la vista

Por cierto, al ir al baño, tengo un encuentro por el camino. «¿Que si quiero o que si tengo?». Siempre hay alguno con ganas de colocarse. El interlocutor, como si nada, insiste en su verborrea. Era un gato pelirrojo que, tras conseguir su ración de valeriana, se buscó un cómodo rincón para seguir el festival. Posiblemente, el mismo felino que había dejado bien arañada la tapicería negra del sofá, en polipiel. Bueno, ha estado a juego. Poco cuero a la vista en este Azkena. Se hace raro, raro.

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Screamin' Cheetah Wheelies fueron del caos inicial a una conexión total con el público del Azkena

Como lo fue también el fugaz concierto del cantante y guitarrista de The Steepwater Band. En la única parte en directo actual de la velada, Jeff Massey deseó al personal que estuviera seguro y sano, recordó que está en la calle el nuevo disco de los de Chicago, 'Turn of the Wheel', e interpretó la pieza que lo titula. Pero tras un segundo tema, donde destiló esas esencias de rock con gusto blusero, terminó la breve aparición del vocalista, guitarra acústica en mano.

Quedaba pendiente lo último de la noche, un poderoso rock con un frontman incendiario. El bolo de 2004 arrancó un tanto caótico, incluso con un parón de sonido, pero luego hubo una conexión total. El propio Mike Farris me lo recordaba un lustro más tarde. «En el Azkena tuvimos un gran recibimiento. Es un festival muy especial. Y lo considero nuestro último concierto, aunque hicimos uno más como Screamin' Cheetah Wheelies. Fue agridulce, pero increíble. Y, al día siguiente, hice el acústico, con Roger McGuinn». Pero esa ya es otra historia.

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Con la mirada fijada en el programa del 17 al 19 de junio de 2021

El efecto de un aperitivo y el de este Azkena Sofa Edition -más 18,5 que XIX- es similar: se disfruta, sí, pero sirve ante todo para aumentar el apetito. Y el ciclo de rock de Mendizabala cuenta con ello de cara al próximo año, cuando recuperará su tercera jornada y se desarrollará del 17 al 19 de junio. Desde luego, los bonos están ya a la venta y a más de uno le habrá tocado la fibra, la emoción -también el márketing- y habrá adquirido su pase a 154 euros (acampadas aparte) en www.azkenarockfestival.com

Lo cierto es que el cartel resulta muy apetecible, con Iggy Pop, Patti Smith, Brian Wilson, Social Distortion, Suzi Quatro, L7, Turbonegro, Reverend Horton Heat, The Offspring, Fu Manchu, Shooter Jennings, Drive-By Truckers, The Steepwater Band, The Wildhearts, Dewolff , Ray Collins Hot Club, Los Zigarros, The Faithless o Liher, entre otros.

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