«Ahora las rimas dan igual si sales guapito en el videoclip»

-¿Vuelve la moda del rap?

-Sube y baja. Yo, que llevo 20 años en esto, ya he visto varias épocas, ahora parece que vuelve a estar en boga… diría que también la mente de la sociedad se ha abierto al rap.

-En el álbum se aleja del motu 'Keep It Real' del rap, deja de hablar tanto de la calle y la cultura hip-hop para tocar otros temas más metafísicos ¿Puede ser esa la clave?

-'El Círculo' es un disco para todos los públicos, que se deja oír. Creo que he llegado al punto en el que el mensaje es muy humano y muy sincero. Y en estos tiempos de tanta superficialidad y tanto artificio que nos venden, cuando sale algo sincero la gente sabe apreciarlo. Cuando tratas temas universales como el amor, la depresión o los traumas de la adolescencia es un idioma que todo el todo el mundo entiende. En cambio, si estás hablando todo el rato de rap, del 'metarap' y de las rimas tan buenas que haces, no captas tanto la atención. Claro que los rappers de toda la vida sí que habrán echado de menos que se hable de las calles… pero yo ya tengo treinta y pico palos, ya no estoy en el parque bebiendo litros y rimando con los colegas.

-Hasta ahora esos eran temas tabú en el rap…

-Es parte de la madurez de cada uno. No porque la gente vaya a criticarme voy a dejar de hablar de temas como el amor. Pueden decirme que soy más blando o cursi, pero yo ya he superado eso, me importa el mensaje que estoy dando. No me sirven de nada los cánones o lo que diga el tipo duro de turno. Como te digo, es cuestión de madurez. Y de echarle huevos. De tener personalidad al fin y al cabo y no dejarte medrar por la sociedad ni por tus propios fans.

-El primer verso del disco, 'Kase O ha vuelto al ejercicio' es una referencia a la primera maqueta que grabó, 'La historia interminable', en 1996. ¿Qué ha cambiado en su manera de escribir desde entonces?

-Lo que más noto es la responsabilidad, en el sentido de que 'La historia interminable' lo podían oír, que sé yo, mil personas en total y me daba igual si decía la palabra coño, si decía puta o cualquier tipo de majaderías típicas de los 16 años. Cuando plantée 'El Círculo', cada rima estaba milimétricamente pensada para que me representara. Y la puedo defender en todos los ámbitos de mi vida: delante de mis padres, delante de un vecino, cuando subo a un escenario, cuando voy a la radio o cuando hago esta entrevista contigo. Cada rima que he dicho en ese disco no es una tontería, está pensada y me representa al 100%. Cuando hacía mis maquetas no me pensaba las rimas dos veces, con que tuviera buen flow e impresionara un poquillo… tampoco había tanto público. Ahora sé que todos los ojos están puestos en mí. 'El Círculo' era un examen más que un disco. Era como un puto juicio, entonces, mis argumentos tenían que ser veraces. Te puede gustar o no el ritmo y el estilo, pero no puedes negar que la rima, que sale de mi corazón, es cierta.

-En 'El Círculo' también habla de política, en un momento en el que los raperos desfilan día sí y día también por la Audiencia Nacional. ¿Se ataca más a este género que a otros? Pienso en Pablo Hassel, Valtonyc, La Insurgencia…

-Bueno, yo no sé qué estarán haciendo ahora los heavys o los punkis, pero creo que el mensaje del rap es muy explícito. Hay mucho de visceralidad en nuestra manera de expresarnos, mucho de literalidad. Y el rap está claro que reina entre los jóvenes, y eso el Estado lo sabe, o los jueces, o los sociólogos que trabajan para ellos. Entonces, es una manera de decirle a los que se estén pensando en decir cosas: 'Que sepas que te van a juzgan y que te van a machacar'. Estos que me citas son cabezas de turco; el mensaje es para el resto, como diciendo: 'mira lo que te pasa si dices según qué cosas'. Pero si sus canciones tienen como mucho 5.000 visitas en Youtube…

-Y entonces surge el trap, una música inspirada en el rap pero con unas letras vacías de contenido.

-A ver, no se puede generalizar, pero sí que son tiempos superficiales, como hablábamos al principio. Los chicos de hoy en día, los adolescentes, están hipersexualizados. Los están diseñando y controlando con el sexo, con el dinero fácil y las drogas. El trap no tiene raíces, ni tampoco mensaje, es una música de traficantes… y es una música muy joven.

-Habrá que esperar a a ver qué tal crece.

-A ver, yo cuando tenía 15 años también hablaba solo de beber. Ahora estoy haciendo mucho mejor rap, y se oye más ahora porque es bueno, porque llevo 20 años pudiéndolo para aportar algo a la sociedad y que no todo sea vanidad. Pero el trap es una música muy joven, y cuando eres joven tampoco se te puede pedir mucha cabeza. A esas edades lo que tienes es mucho orgullo, mucha vanidad y poca cabeza.

-¿No se habrá ablandado el rap con la edad?

-No lo creo. A ver, sigue habiendo tiroteos entre los raperos y en las puertas de los clubes sigue habiendo gente muy chunga. Sigue habiendo gánsters en el rap.

-¿Y los 'beefs'? ¿Sigue habiéndolos en España?

-Sí, joder, sí que hay 'beefs'. Los hay, lo que pasa es que no han salido a la luz. El último, el de Los Chikos del Maíz y C. Tangana, pero creo que no tenía que haber sucedido, porque no fue una cosa personal.

-¿Cómo?

-Este es el juego del rap: el de abajo intenta tumbar al de arriba y hacerse un hueco. Lo bueno para mí sería que se quedase en eso y que no se llegue a las manos. Pero también depende de la persona . Tú puedes hablar mierda del que sea, del Porta, de Los Chikos del Maíz, de C. Tangana, da igual. Pues igual saben Kung-fu, ¿sabes? Por muy mal que rapee un tío es muy fácil desprestigiarlo. Pero luego tienes que tener también las pelotas por si el tío sabe karate, y si no, no haberle nombrado. Que no es lo mismo que su rap sea malo a que el rapero no sepa repartir hostias. Si es personal, si te menta a la madre, o yo que sé, te quitan a la novia, lo que sea, pues hombre ahí hay un 'beef'. Pero solo porque no te guste cómo rapea un tío, antes de tirarle [un beef], pues te lo tienes que pensar. Tienes que conocer bien a tu enemigo.

-Las batallas de gallos, en cambio, son un auténtico fenómeno en televisión.

-Pero ha eclipsado lo que son los rappers de toda la vida, con su cuaderno currándose sus rimas y sus temas. Que los sigue habiendo, pero ahora la escuela está ahí, en la improvisación, en el freestyle. En Sudamérica hay verdaderas superestrellas que no pueden andar por la calle y son críos de 16 años que rapean increíble. Aquí en España está Arkano, que es un tío que ha encauzado toda su energía en las batallas y ahora tiene sus patrocinadores, le va bien, tiene sus bolos y lo ha conseguido todo con su mente y su rapidez verbal. Esa es la competición que hay ahora. Y, ojo, que se dicen de todo en lo del freestyle, para meterte hay que tener agallas. Eso sí que es competición.

-Que se haya institucionalizado… ¿amenaza la 'competi' tradicional del rap?

-En el rap en general ya no se habla tanto, como podíamos hablar Violadores, que nuestra palabra preferida a principio de los 2000 era 'rap de competición'. Hacerlo bien, aunque estés hablando de política. Tienes que tener estilo, porque si no el rap no es rap, es un tío recitando. Tienes que hacerlo siempre con estilo y con buenas rimas. Esa es la verdadera competición. Y ahora se ha relajado con el trap… que no quiero generalizar tampoco, en el rap también hay gente muy mala, pero siento que ha caído la calidad. Ahora las rimas dan igual si sales guapito en el vídeoclip. Se compite más con la estética y la imagen que con rimas guapas. Y estamos generalizando, que siempre es feo

-¿Volverán también al ejercicio Violadores del Verso?

-Ahora mismo estamos bien, haciendo cosas individuales. Para volver tiene que haber un detonante, una motivación.

-¿Cuál?

-Nosotros mismos, hermano. Vivir en la misma ciudad, por lo menos, ir al local a ensayar, tener roce y tener contacto. Así se hacen las cosas, no porque toque o porque la gente lo esté pidiendo. Tendremos que sentirlo, que sea creíble. Es cuestión de tiempo, no hay ni una razón para por la que no hacerlo ni tampoco para hacerlo en este momento. Para mí, lo bonito sería que mi siguiente disco fuese con Violadores.

-¿Y con Jazz Magnetism, su proyecto en el que mezclaba jazz y rap?

-Últimamente, pienso en ello bastante. Cuando termine la gira de 'El Círculo', pues ya veré cuál será mi próximo movimiento. Y el Jazz Magnetism está ahí siempre, con la puerta abierta. Es una de las experiencias más bonitas que he tenido con la música en toda mi carrera. Tengo más proyectos musicales por ahí, pero el jazz volverá, aunque igual no con la misma formación, porque en mi último disco hay mucho piano y con los jazzistas eramos un cuarteto sin piano.

-Al margen de los proyectos musicales, ¿otra cosa que se te pase por la cabeza?

-Bueno aparte, del DVD y el documental que vamos a sacar el año que viene, con una entrevista intensa y extensa, tengo ofertas de escribir un libro, pero no lo tengo muy claro. Es mucho trabajo. Tendría que estar un año parado escribiendo, no podría estar haciendo una gira, llegar el domingo o el lunes a casa y ponerme a escribir y el jueves otra vez a la carretera. Es como un proyecto para mí muy serio. Me gustaría escribir sobre Dios, ya que se ha creado tanta polémica. No se puede hablar en Twitter acerca de Dios (recientemente, Kase.O fue objeto de críticas en en la red social por unas declaraciones sobre este tema).

-En Twitter no se puede hablar de nada.

-Eso es verdad, pero de Dios ya menos yo creo. Me gustaría exponer mi visión de todo eso en un libro, bien detallado y bien escrito, no como en una entrevista que improvisas un poco lo que estás diciendo y menos en Twitter con cuatro frases. Pero bueno, eso es a largo plazo, me quedan aún dos años por delante con 'El Círculo'.

-Lo de hablar de Dios le ha valido más de un palo por parte de su público.

-Lo que pasa es que a la gente la religión no le gusta. Yo, más que religioso soy espiritual, pero la peña cuando oye la palabra Dios ya lo relaciona con la Iglesia y con el cristianismo. Es difícil hablar Dios sin que te vean como un mojigato o como un discípulo. No es fácil hablar de lo intangible, y menos para gente que ni siquiera se lo ha planteado. Les da miedo preguntárselo

-El rap siempre ha funcionado a base de maquetas. ¿Ha cambiado Internet el circuito?

-Joder, lo ha amplificado. Lo que ha pasado con Internet son cosas muy bonitas y también jodidas, en cuanto aquí hay demasiada oferta. Cuando empecé, en Zaragoza saldían cinco o seis maquetas al año, podía controlar qué tal fulano o qué tal mengano, este me gusta más, este está triunfando y estos tres son muy malos. Ahora es imposible abarcarlo, todo el mundo rapea. Con ordenador puedes sacar tu maqueta y colgarla. Hay demasiada oferta y poco criterio, ya no se sabe quién es bueno y quién es malo.

-¿Diría que se ha desvirtuado el rap?

-Hay cosas que a mí me parecen horrendas musicalmente y líricamente y a los chavales les flipa y otros que para mí son grandes rimadores y grandes productores, se comen los mocos, no tienen visitas y no saben cómo promocionarse. Internet es un océano donde buscarte la vida, es inabarcable. El criterio ya no existe, desde mi punto de vista. Antes lo basábamos en el sampleo del soul y de la música negra, y eso ahora se ha ido a tomar por culo. Los chavales ahora cogen unos violines 'to' feos y sonidos MIDI asquerosos y eso es rap para ellos. El criterio está completamente loco.

-Pero ha publicado su disco gratis en Youtube.

¡Para que lo oiga la gente! Antes de que lo de que lo suba cualquier chaval por ahí, pues lo pongo yo y con buen sonido. Y eso también monetiza, de cada click te dan un céntimo. En esta industria siempre tiene que haber alguien de intermediario que recaude por ti y se quede una partecilla.