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Rigoberta Bandini pone a bailar al público en el BBK Live Udazkena

El lúdico y coregrafiado show de la catalana impulsó el segundo tramo de BBK Live Udazkena

JOSU OLARTE

Sábado, 13 de noviembre 2021, 11:26

Concebido como remedo otoñal e 'indoor' del BBK Live, que ya ha anunciado su estival cartel de retorno, no ha cumplido sus previsiones el aperitivo otoñal BBK Live Udazkena que, al menos, remontó vuelo congregando mas de de 3.000 almas intergeneracionales en la ... jornada inicial de su segunda parte. La que, tras su estreno en octubre con The Hives, y León Benavente como principales reclamos, acogió anoche el Bilbao Arena, pues un positivo en el entorno del canadiense Caribou obligó a cancelar la apertura del jueves. Se le podrá ver en julio en Kobetamendi.

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La cuarta terna del nuevo festival que se intuye efímero, agrupaba a las andaluzas Uniforms, en calidad de representante de Oso Polita, sello filial del los impulsores del evento Last Tour y sendas actuaciones (nunca mejor dicho) del mediático actor y cantante bilbaíno Asier Etxeandia, con su proyecto Mastodonte, y de la también actriz catalana Paula Ribó, viralizada como cantante de éxito durante la pandemia con el alias Rigoberta Bandini.

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Adscritos al perfil de indie noventero de corte noise pop, Uniforns vienen actuando mas por aquí que por abajo tal y como reconocieron abriendo un cartel poco propicio para el sonido «shoegaze» o de pop planetario con guitarras distorsionadas que proponen y que, casi en familia, calcaron incluso al tocar apocados y casi mirando los pies como es normal en el género popularizado por bandas británicas como My Bloody Valentine, Jesus & Mary Chain, Slowdive o The Pastels a los que emularon por momentos. Ampliadas con un bajista, las Uniforms rescataron lisérgicas aceitunas (por su origen jienense) de sus dos álbumes con Oso Polita, con ortodoxos ejercicios de sonido flotante con abrasión eléctrica, electrónica tecladista y la habitual voz sepultada e ininteligible.

La excención fue 'Casi Famosas' que, con guiño al filme musical de Cameron Crowe (Casi famosos) fue de lo mejor de un set de consistente ortodoxia que, alternó temas en inglés (Adiccrted, Serena) y castellano, suscitando conexiones ruidistas con Sonic Youth en su abrasiva cosa final, Brioadcast en sus devaneos mas sintéticos (no por casualidad sonaron tras su set) y con adalides hispanos del pop planeador y planetario tipo Cecilia Ann Nadadora, Linda Guilala ,Disco Las Palmeras o los referenciales Planetas.

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Un público más milenial y mayoritariamente femenino disfrutó de lo lindo con la actriz y cantante Paula Ribo (Barcelona 1960) que, como Rigoberta Bandini desde que hace año y medio fue madre, se ha revelado como una respuesta catalana a Javiera Mena y a Amaia (ambas admiran y versionean a Marisol) con deudas a la canción española de los 60 y 70 y al 'cine de barrio' que «tanto me marco» tal y como reveló en su cuidada presentación en Miribilla. Todo ello romantizado en vena de electro pop con ramalazos traperos, discotequeros, erovisivos y coreables y letras que, con palpable identidad femenina, divagan «sobre contradicciones, miedos absurdos , ganas de pasarlo bien o pequeñas cosas que nos hacen sentir grandes».

Con un repertorio reducido, Rigoberta va consolidando single a single la condición de revelación musical que ese forjó gracias al eco viral de su himno confinado 'In Spain We Call It Soledad' con el que se consagró como 'mejor artista emergente' en los Premios de la Música Independiente. Con el bailable tema es cuestión despegó el cuidado, dinámico y muy lúdico concierto que, sobre un escenario con telón y tarima dorada que recordaba un plató de José Luis Moreno, Rigoberta condujo con ayuda en una corista, tres bailarinas y dos teclista cantante.

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Vestida como colegiala opusiana o la 'pija teresiana' que fue, Rigo resonó algo Amaral en la ochentera 'Fiesta' que desató una lluvia de globos explotados como en una Noche Vieja espontánea. «Ha sido brutal», dijo Paula que demostró su personalidad para las versiones el reciclar 'Qualsevol nit pot sortir el sol', clásico catalán en el que Sisa volcó una nostalgia que no ha vivido, Una faceta en la que, dando claves de juventud, incidió con 'Cuando tu nazcas' de unos Mocedades a caballo entre eurovisión y el urbano latino, o la coreadísima 'Corazón contento' de su idolatrada Marisol que llevó a su terreno cantando divinamiente.

Con punto poético y experimental algo sinfónico (llegó a citar a Beethoven), el tono melancólico de 'The Fuck Fuck Fuck Poem' contrastó la frivolidad aparente (próxima exclusiva de Hola, dijo) de la reciente 'Julio Iglesias' a quien encarna liberándose como niña que devino en mujer liberada de valores patriarcales. «¡Nadie me puede prohibir ladrar lo que quiera!», proclamó alejando miedos y censuras en la feminista 'Perra' que desató un perreo generalizado arriba y abajo en sentido literal (a cuatro patas con sus bailarinas) y musical rerivando del electro pop hacia el trap reggetonero.

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Un guiño vocal a Caillou (fue dobladora del personaje animado infantil), Rigoberta fue engatusando a los recelosos con las revelaciones musicales (que los había) para enfilar la festival recta final con el eurodance noventero 'A ver qué pasa' y un 'Too many drugs' que acabó pisando el bailón terreno electro cumbiero de Bomba Stéreo. Con el personal disfrutando de coreografías, letras adhesivas y bailables secuencias retroactivas prometió Rigoberta tener más temas para su vuelta antes de conceder como propina y fiestón final una versión más electrolatina de 'Soledad' con cascada final globera. Para entonces, la maja Rigoberta ya había visto bailar al personal como su admirado Franco Battiatto proclamaba sonando de fondo su 'Voglio vederti danzare'.

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