Izaro | Cantautora
«Quiero estar componiendo y grabando todo el rato, pero hay que saber parar»Izaro | Cantautora
«Quiero estar componiendo y grabando todo el rato, pero hay que saber parar»Josu Olarte
Martes, 16 de julio 2024, 00:37
Desde enero lleva Izaro embarcada en la que considera la mejor y más ambiciosa gira de su ascendente trayectoria, basada en su conceptual y terapéutico último disco, 'cerodenero', que publicó tras un año alejada de los focos. Su itinerario, salpicado de conciertos en distintos formatos ... en auditorios como el Kursaal o el Euskalduna, festivales como el Jazzaldia o el Sonorama y hasta paradas en Bogotá (BIME), Austin, Dallas o Nueva York, concluirá el 31 de mayo con un gran concierto en el BEC, que servirá para celebrar sus diez años de carrera y tras el que se tomará un largo descanso, sin fecha de vuelta. Olatz Salvador y el grupo gallego de folktrónica Baiuca son los primeros invitados para la cita (entradas a la venta desde mañana a las 9.00 h. en izaromusic.com). Recién llegada de NY, donde actuó el jueves en la Latin Alternative Music Conference, Izaro Andrés (Mallabia, 1993) desvela en el propio Bizkaia Arena algunas claves del concierto y de su presente creativo desde el iceberg imaginario que lleva en su actual gira, que el viernes recala en Amorebieta.
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- Su gran concierto de BEC será comparable al de hace dos años en el velódromo de Anoeta, donde incluso voló sobre el público.
- Sí, va a ser como una segunda parte de aquel concierto tan especial en forma de homenaje coral a un disco que ha sido muy importante en mi vida: sanador en lo personal y muy satisfactorio en lo musical. Así que celebraremos también el poder tener un equilibrio entre el trabajo y la vida. Me costó dar la vuelta a la situación derivada de la exposición excesiva pero ahora estoy disfrutando mucho la subida que inicié en enero con esta gira. En verano estamos ya en una cima desde la que se ve todo muy bonito.
- Se ajusta al lema de 'Pensar y actuar a lo grande' que proclamaba en 'Limoiaren eztia', el documental que iba a recoger aquel concierto y en el que acabó revelando sus problemas de salud mental.
-Totalmente. Responde al mensaje de la canción 'Todas las horas que quedan'. Hay cosas que van a tener su curso más allá de nuestra existencia y de las decisiones que tomemos. Hay que aprovechar las horas limitadas de la vida. Por eso es mejor tirarse a la piscina siempre que se pueda. Hay que atreverse a asumir retos. Me gusta cerrar los ciclos de manera ordenada para que queden en el recuerdo. Y quería hacer algo memorable para cerrar esta gira que ha sido la más bonita, ambiciosa y redonda que hemos hecho. Me dan un poco de vértigo los sitios grandes, soy más de teatros. A nivel vocal es mucho más exigente pero cuando veo sus posibilidades me dan ganas de aprovecharlas, incluso al punto de querer volar sobre el público.
- Además de coral, con invitados como Olatz Salvador y el grupo gallego Baiuca. ¿Tiene ya claro cómo será?
- Lo tengo bastante claro. Habrá más invitados que se irán anunciando. Musicalmente estará muy centrado en mi banda, pero también nos reservaremos alguna sorpresa. Me gusta cambiar de formatos y rediseñar los espectáculos con algún plus que muestre todos mis colores.
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-El de este disco y gira es el blanco polar. ¿De dónde viene esa querencia invernal o ártica que sugieren temas como 'Oso Blanco', 'Patinar sobre hielo' o 'Invierno a la vista'?
- Creo que todo ese envoltorio es parte de una expresividad ligada a las canciones. Cuando hago un disco me veo en un universo. En esa gira llevo un iceberg porque me fascina el silencio y el ruido blanco de la ventisca. El silencio es muy importante en la música. En esta sociedad no hay tiempo para la pausa y no hay ritmo sin pausas.
- Anuncia que después se tomará un descanso prolongado. ¿Es parte de su terapia o la necesita por razones creativas?
- Es un poco todo. Ahora mi psicóloga me ha dado un alta temporal y he dejado las sesiones, pero de vez en cuando me hago unas ITVs mentales. Es como si me hubieran puesto una escayola en el cerebro que me ha permitido saber que aquella no era la única forma de vivir. La industria musical y el algoritmo que la rige es como un monstruo al que alimenta. Ahora me siento super fructífera y quiero estar componiendo y grabando todo el rato, pero hay que saber parar. Cuando cierro un ciclo me gusta parar para cambiar notoriamente sin que las cosas se me difuminen. En ese terreno admiro la forma en que Rosalía o Zahara conceptualizan su arte. Me inspiro en la forma en que lideran sus proyectos y me parece un halago que me puedan comparar con ellas porque admiro tu talento, su moral, su forma de trabajar y de ver el mundo.
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- Para entonces habrá cumplido una década de trayectoria. ¿Qué sensación tiene al echar la vista atrás?
- Ha sido un progresión hacia arriba pero con sus lapsos y aprendizajes. Como el de gestionar tu carrera y liderar una empresa siendo una mujer joven y mandando a hombres mayores que yo, algo que no todo el mundo entiende. Empecé a componer de manera autodidacta con una guitarra que una amiga ganó en un tómbola y con una apertura tan amplia como lo pueden ser las emociones. Desde mi primer disco me dicen que estoy buscando mi sitio y creo que mi sonido es la propia búsqueda. Si algo tengo claro es que el próximo disco que ya tengo encarrilado en la cabeza será ecléctico y con canciones inspiradas o pensadas para colaboradores concretos.
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