Borrar
Urgente Ocho kilómetros de retenciones en Rontegi hacia Bilbao por un accidente
Bixente Lonigan, un crooner sinatriano. ROCÍO GUTIÉRREZ
El primer concierto de Jazz Ta Bien
El Bafle

El primer concierto de Jazz Ta Bien

El septeto jazzista vizcaíno animó el crepúsculo en la terraza del Mirador de Ereaga con una mecedora y contoneante selección de standards

Sábado, 26 de junio 2021, 03:41

A caballo regalado no le mires el diente, dice el refrán. No obstante, se debe ser equilibrado al calibrar conciertos que los bares ofrecen gratis, por ejemplo con el equipo de sonido limitado. Y si la cita es el aire libre, hay que tener en cuenta el clima, el viento, la brisa. A pesar de todo esto, hay que reconocer que un buen bolo ofreció el septeto Jazz Ta Bien el viernes en la terraza del Mirador de Ereaga, el bar sito en un lateral del Hotel Igeretxe de Getxo. Tan apetecible fue su propuesta, que no hubo ninguna mesa libre y pocos parroquianos se marcharon (tres chavalillas de una mesa, una pareja mature de otra, y poco más) durante su set de 16 piezas en 100 minutos redondos.

El septeto con el sol a sus espaldas ROCÍO GUTIÉRREZ

Ah, además fue el primer concierto del septeto Jazz Ta Bien, cuyos miembros acabaron muy contentos de la experiencia. Lo que más nos gustó, y lo que mejor les quedó, fue la labor de su vocalista y trombonista, Bixente Lonigan (también en Sacratif), quien cantó como un crooner americano, casi como Sinatra (en serio: dos espectadores lo observamos cada uno por su cuenta), presentó todas las canciones como un maestro de ceremonias (lo cual facilitó la labor a la hora de pergeñar estas líneas), y dejó sin mostrar uno de sus talentos: el baile de claqué.

El neurólogo Larrako, un tipo selecto con las trompetas. ROCÍO GUTIÉRREZ

Rocío, siempre entusiasta, comentó que el ambiente era perfecto: la playa, el sol ocultándose, la música melódica…. «Ya, antes he visto a Woody Allen buscando una mesa libre», contesté. Con tres metales (trombón, saxo tenor y la trompeta de José Larrakoetxea, neurólogo y fundador del Bilbaína Jazz Club) que empujaban más hacia las mesas ocupadas del frente del septeto que a los laterales de la ancha terraza, y con una instrumentación general suavita y ejecutada con atención a los atriles de las partituras ('Blue bossa' resultó la óptima entre las instrumentaciones), insistamos en que lo superior quedaron las piezas vocales: la inaugural 'On the sunny side of the street' que solemos atribuir a Louis Prima la entonó Bixente mejor que Ray Gelato, luego rebosó glamour en 'Días de vino y rosas' de Mancini, una de las cimas absolutas la holló con el ejercicio de crooner en 'The good life' de Sacha Distel…

Saludos satisfechos del septeto tras su primer bolo. ROCÍO GUTIÉRREZ

De los quince temas sólo uno llevaba su firma, era original, el lento clasicote 'Remenbering our love' compuesto por el pianista también de Sacratif Josu Muñoa («estas baladas me ponen triste», quejose Rocío), y hasta hubo bis doble con sendos instrumentales: 'My little suede shoes' de Charlie Parker, un calipso en el que Larrako sopló con fuerza la trompeta, más 'The preacher' de Horace Silver, un alegre ritmo Nueva Orleans que llamó la atención de Woody Allen, que más de una hora después aún no había encontrado mesa libre.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo El primer concierto de Jazz Ta Bien