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El arte vasco está de enhorabuena. El chelista Asier Polo (Bilbao, 1971) y el compositor Félix Ibarrondo (Oñati, 1943) son los ganadores de los Premios Nacionales de Música. Dos profesionales de gran proyección internacional, en plena actividad y apogeo. El primero acaba de ... grabar la integral de las Suites de Bach (algo así como la 'biblia' de su instrumento), mientras que el segundo mantiene viva la ilusión y la garra de un artista que siempre rompe moldes. Tomen nota: el 30 de octubre, Ibarrondo estrenará una obra para txistu en la sede de la Orquesta Filarmónica de Berlín con el solista Aitor Amilibia y el acordeonista Josean Hontoria como protagonistas. Un acontecimiento en el que estará arropado por el conjunto Silboberri, compañeros de fatigas y proyectos del autor guipuzcoano.
El galardón, que otorga el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 30.000 euros. Siempre se valora tanto la calidad como la innovación y, en esta última edición, el veredicto no ha causado ningún quebradero de cabeza al jurado, presidido por Amaya de Miguel, directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM). Los expertos no han dudado en premiar a Asier Polo, un virtuoso más cercano a la exuberancia y vitalidad de Bernstein que a la instrospección y disciplina germana de Karajan. Devoto de la voz humana y muy afín al repertorio romántico, pocos chelistas consiguen un sonido tan cercano al canto. Imposible en este sentido olvidar el concierto que ofreció junto a Alfredo Kraus y al pianista Edelmiro Arnaltes en el Coliseo Albia de Bilbao hace 23 años.
«Se reconoce la excelencia artística de Asier Polo como intérprete y su larga trayectoria concertística internacional. Sin olvidar su compromiso con la música española y, en especial, con la contemporánea, además de su vertiente como docente«, recalca el comunicado del ministerio que desgrana, al detalle, los méritos del músico bilbaíno. En el caso de Ibarrondo, el jurado tampoco ha vacilado a la hora de aplaudir la energía del compositor. Es un hombre que no solo trabaja todos los días sino, para ser más exactos, »todo el día, desde que me despierto hasta la noche«. Palabras literales del propio Ibarrondo. Siempre dispuesto a reinventarse, tiene clara su prioridad: llenar la salas de conciertos. Como experiencia, no hay nada mejor que las actuaciones en vivo.
«El jurado de los Premios Nacionales distingue la aportación del compositor guipuzcoano al campo de la música orquestal, vocal y electroacústica, interpretada por múltiples orquestas españolas y europeas». Un espaldarazo que dará todavía más alas a Félix Ibarrondo. Lo cierto es que le sobran proyectos. Igual que al chelista bilbaíno, un artista que lo mismo disfruta en el escenario que haciendo la compra o trabajando en su jardín. El equilibrio y la armonía, recuerda Asier Polo, son la clave del éxito.
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