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Jesper arrastra una gripe seria. Óscar Esteban
No se pierdan a Jesper Lindell
El Bafle

No se pierdan a Jesper Lindell

El sueco, en sexteto con The Brunnsvik Sounds, metió 150 almas en el Antxiki, más del doble que en su primera visita, cuando también arrancó en Bilbao una larga gira española que recetará delicioso soul-rock blanco

Jueves, 14 de noviembre 2024, 01:10

El titular es para animar a los que lean este texto en este mundo global a que vayan a ver en directo a Jesper Lindell & The Brunnsvik Sounds, que este miércoles ante 150 almas arrancaron en el Antxiki, la sala superior del Kafe Antzokia, la pequeña, su segunda gira española, de 10 conciertos en 12 días, con dos de descanso. Esta es la hoja de ruta: miércoles 13 Bilbao, luego Madrid, Vigo, Avilés, Santander, lunes 18 y martes 19 libres, y seguirán por Gerona, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Segovia.

¿Saben qué? Hemos usado de plantilla el primer párrafo de su anterior gira española, la primera, cuando Jesper vino a presentar su segundo álbum, 'Twilights' (22), aunque también sonaron muchas piezas de su debut, 'Everyday dreams' (19). Era noviembre de 2022 y Jesper dio un concierto de 15 temas en 82 minutos ante 60 personas en el Antxiki, donde este miércoles se reunieron 150 almas, más del doble, señal de la buena impresión dejada, centena y media de melómanos que disfrutaron del show del sexteto sueco, esta vez de 14 temas en 78 minutos.

Fue un concierto delicioso, muy retro y ensoñador en sus influencias, con la acústica tan perfecta que parecía que estábamos escuchando un LP en un aparato de alta fidelidad, con la ejecución al dente y la instrumentación y los arreglos ricos y numerosos. Se usaron dos teclados, dos guitarras, bajo y batería como banda base, y hubo más aportaciones esporádicas de trompeta, mandolina, violín y acordeón. Todo al servicio de un soul-rock genuino de espíritu hippie y de raíz americanísima, tanto que sólo pareció que eran escandinavos al final, en la última canción, 'Moving slow', con esos coros elevados al cielo como.

El sexteto usó mucha instrumentación. Óscar Esteban

El repertorio alternó, o más bien amalgamó, el soul caledonio de Van Morrison con el rock sudista en la vertiente de Luisiana / Nueva Orleans, y el folk-rock que enlaza a The Waterboys con el rock americano de Springsteen y Joe Grushecky. Con esto ya está todo contado, pero pongamos ejemplos concretos, titulillos de canciones que si las chequean luego en Spotify han de tener en cuenta que en directo sonaron mucho mejor, y eso que el jefe, Jesper Lindell, arrastraba secuelas de una gripe de dos semanas que dio con él en el hospital y les obligó a suspender alguna fecha de esta gira europea.

El arranque fue puro Van Morrison inspirado que encantaría a los grupos del Getxo Sound y el sexteto lo encaró con aire grupal a lo Danny & The Champions Of The World ('One Of These Rainy Days'). Se seguido supieron asimilar el sonido Nueva Orleáns sin parecer pachangueros ni extranjeros ('Good Evening'), y el tema titular de su nuevo disco sonó a plagio del 'The weight' de The Band ('Before The Sun'). Más New Orleans en plan los Neville Brothers fue 'Dance', el soul sensual nocturno de 'Momentary Love' al amigo Óscar Esteban le recordó a Glen Hansard, y 'Stormy Waters' llegó caledonio vía Dexy's Midnight Runners.

«¿Cómo lo lleváis, Bilbao? ¿Pasándolo bien? Nosotros también», preguntó y se contestó el febril Jesper antes decontinuar con la melaza vintage: poso blusero de Luisiana ('Whatever Happens'), soul alegre marca Smokey Robinson ('Keep on Keeping On'), country folk que a Óscar Esteban le eocó a Justin Townes Earle ('Life Is Good') y a continuación una balada country como su padre Steve Earle exangüe ('If There Comes a Time'), el efecto muelle entre Van The Man y Bruce Springsteen ('Westcoast Rain'), el adiós en falso abrazando a Bob Seger ('Leave a Light On'), más un bis doble abierto con onda sudista y punteo muy Clapton de Lindell, que justo ahí rompió una cuerda ('White Lines'), y tras repetir que «nos encanta arrancar nuestra gira española aquí en Bilbao», llegó el coro gospel escandinavo y emocionante para acabar en la canción menos retro, más moderna de las catorce ('Moving Slow').

Fue un bolazo. Y porque este domingo 17 actúa Ariel Roten la Sala BBK, que si no repetiríamos en Santander.

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