El pianista que dio en la tecla vasca
Chick Corea ·
Desde los 80 fue asiduo a los festivales de Euskadi, donde dio inolvidables conciertos con Paco de Lucía, Herbie Hancock y McLaughlinSecciones
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Chick Corea ·
Desde los 80 fue asiduo a los festivales de Euskadi, donde dio inolvidables conciertos con Paco de Lucía, Herbie Hancock y McLaughlinjosu olarte
Sábado, 13 de febrero 2021, 01:48
A tono con su condición de estrella jazzística acaparadora de Grammys (nada menos que 23 y 67 nominaciones), el de Armando Anthony Corea solía ser uno de los nombres recurrentes ligados a promoción del País Vasco a través de sus festivales de jazz. Eso ... sí, bajo su alias Chick, que le venía de una tía que le llamaba de crío 'cheeky', a propósito de un carácter fresco y vacilón que el músico mostraba en su círculo de confianza.
Y es que el versátil pianista y pintor ocasional, fallecido el jueves a los 79 años, fue un habitual desde los escenarios vascos que, con múltiples encarnaciones, grupos y alianzas, frecuentó periódicamente desde su recordado primer concierto en Vitoria de 1975 junto a Herbie Hancock. Un recital marcado por su mutua conexión con Miles Davis y mitificado en su 40 aniversario con el sonado reencuentro de ambos músicos, que puso el broche de oro en 2015 al certamen vitoriano.
El concierto a cuatro manos sirvió para homenajear a su admirado Paco de Lucía, con quien el propio Chick había clausurado el festival, dos años antes, con una recordada interpretación conjunta de 'Entre dos aguas', que evidenció la afinidad de ambos maestros dentro y fuera de los escenarios.
Corea decía sentirse como en casa en una capital alavesa que conocía bien, pues contribuyó a la proyección internacional de su festival compartiendo cartel en Mendizorroza en 1984 junto a la Mahavishnu Orchestra de su cómplice John McLaughlin. En competencia con Weather Report, Mahavishnu integrarían el triunvirato de jazz rock a rebufo de los Return To Forever del propio Chick Corea.
Pese a que la fusión eléctrica marcaría su estreno vitoriano, Corea daría posteriores muestras de su versatilidad acústica en el festival en formato de trío en 1989 o, una década después, liderando el fenomenal septeto Origin junto al vibrafonista Gary Burton, un joven Avishai Cohen, Jeff Ballard (batería) y una fenomenal terna de metales formada por Steve Davies, Bob Sheppard y Steve Wilson. Un hito en la carrera del pianista, que tuvo el arrojo de debutar con un séxtuple disco en directo en Nueva York, 'A Week in the Blue Note'.
Claro que para piedras angulares en la dilatada y versátil carrera de pianista de Massachusetts los mentados Return To Forever, entente de músicos británicos y americanos curtidos al servicio de Miles Davis, con los que abanderó la controvertida y aparatosa corriente de jazz fusión que apostó por el virtuosismo y una instrumentación más propia del rock.
Corea vino al Jazzaldia de San Sebastián de 2008 a defender la vigencia de sus experimentaciones recicladas, con la complicidad del bajista original de la banda Stanley Clark. Como figura asidua al evento, el Jazzaldia le había entregado una década antes el Premio Donostia.
Conservaba su cabellera rizada y sus características gafas ahumadas, pero Corea ya mostraba una imagen más estilizada tras someterse a un severo régimen por recomendación médica en su última actuación en Bilbao, donde confesó su «pesar» por tener que mantener la dieta siendo un «gran aficionado» a la gastronomía vasca. Llegaba a la capital vizcaína cinco meses después de recalar en el Jazzaldia para ofrecer un concierto en el Euskalduna al frente de otro combo estelar como la Five Piece Band. El grupo estaba formado por viejos colegas del jazz fusión como John McLaughlin, el saxofonista Gary Burton, el bajista Christian McBride y el baterista Vinnie Colaiuta.
Los Return To Forever fundacionales se separaron en 1977 tras 'Music Magic', un álbum lanzado en plena marejada de intereses y convicciones dispares. Entre ellas las que Corea, como ávido lector de ciencia ficción, comenzó a mostrar por la obra y posiciones de L. Ron Hubbard, fundador de la controvertida Iglesia de la Cienciología, a la que se incorporó poco después. De hecho aprovecho su éxito para hacerse con una mansión en el exclusivo barrio de Hollywood Los Feliz, con vistas a la sede de la polémica secta en Sunset Boluevard.
La iconografía y los lemas de la Cienciología decoraban también la gran casa que, hace más de dos décadas, adquirió en Clearwater (Florida) junto al edificio central de la organización para la que siguió haciendo proselitismo activo, auspiciando reuniones de acólitos y proclamando sus virtudes a la hora de componer y desarrollar con más rapidez sus habilidades musicales.
«Nunca me ha interesado tanto ser un solista protagonista que se acompaña de otros, sino impulsar uniones en las que todos dan, reciben y crean», declaraba en un reciente vídeo promocional divulgado poco antes de la salida de su último trabajo doble, 'Play', un compendio de interpretaciones recogidas en vivo en París o en la propia Clearwater, durante una gira de conciertos en que, solo al piano acústico, abordaba relecturas clásicos como Mozart o Chopin, pasando por Gershwin , Gil Evans, Thelonious Monk, Jobim o Stevie Wonder, entre otros.
«Tengo la esperanza de que aquellos que tengan la menor idea de tocar, escribir, actuar o de otra manera de hacer arte, lo hagan. Si no es por usted, que sea por resto de nosotros. No es solo que el mundo necesite más artistas, también es muy divertido», escribió casi a modo de epitafio y despedida en su Facebook el jazzman que supo llevar al gran público su género musical.
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