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En medio de la ruidosa e histriónica revolución punk, Paul Weller y sus amigos de The Jam tuvieron la audacia de irrumpir con una propuesta ... que, aprovechando la energía del momento, volvía a las canciones redondas de The Kinks, The Who, Small Faces y, cómo no, de The Beatles. Retomaron la elegancia en la vestimenta de los mods, con sus trajes y corbatas, y convirtieron la inspiración del revival en otra cosa, en algo original.
Enseguida destacaron con discos como 'All Mods Cons' (todos los mods estafadores), canciones rítmicas como 'A Town Called Malice' y baladas muy tiernas como 'English Rose', dedicada a la pareja de entonces de Weller, Gill Price, a la que añoraba durante su gira por Estados Unidos .
Desde aquellos tiempos, el músico inglés ha ido experimentado con casi todo. Se sumó como miembro destacado a la ola británica de la reinvención del soul con el grupo The Style Council, de aires musicales sofisticados y unas finas melodías cuyas letras atacaban a degüello al gobierno de Margaret Thatcher. En los noventa empezó desde abajo su carrera en solitario, pero volvió a despegar muy pronto, gracias a una renovada popularidad en el Reino Unido y al aura de inquieto músico de culto en el resto del mundo.
De todo ello dará cuenta el jueves el artista (el 'modfather', lo llaman) en la sala Santana de Bilbao (46,20 euros gastos incluidos, 20.30 horas). No será por tanto un concierto de grandes éxitos, aunque los habrá, pues Weller dedicará una atención especial a su carrera en solitario, incluidas sus últimas canciones, al menos así lo indican sus actuaciones previas.
Basándose en las últimas listas de sus conciertos, cabe aventurar que sonarán –probablemente en los bises– 'A Town Called Malice' de los Jam y 'Shout to the Top' y 'My Ever Changing Moods' de los Style Council. El tramo mayor del concierto lo dedicará a su pop rock de influencias jazzísticas, que ejecutará con una banda en la que últimamente ha sido un fijo el guitarrista Steve Cradock, de Ocean Color Scene. Habrá que ver también su vestuario, combinación de la tradición 'british' con las líneas y colores actuales. Es el que mejor viste de la escena rock, con permiso de los más dedicados rockabillies.
Sobre el escenario estará también quien se merece la medalla de mito de la música popular moderna sin que, en esta ocasión, constituya un abuso de la expresión.
Aunque tiene todo el derecho de tocar sus últimas composiciones, a Weller le persigue su historia. Formó The Jam con sus amigos después de asistir a un concierto de Status Quo. Se interesó por la cultura mod después de escuchar 'My Generation' de The Who'. Empezó a moverse en una moto Lambretta y a profundizar en el soul y el rythm& blues. Weller suele decir que se morirá siendo un mod.
Tuvieron como padrinos a The Clash, políticos como ellos, que les contrataron como teloneros de su gira de 1977 'White Riot'. Llegaron los éxitos –'In the City', 'Going Underground'– y en 1982 la separación.
Con el teclista Mike Talbot formó The Style Council al año siguiente, y luego montó una banda, Council Collective, para grabar un disco y destinar sus beneficios a los mineros en huelga. En 1989 se encontró sin grupo y sin contrato discográfico, por primera vez desde los 17 años. Fue el inicio de la remontada en solitario.
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