Paul McCartney recupera el bajo que le robaron hace 51 años

McCartney es uno de los músicos más ricos del mundo y prácticamente tiene cualquier instrumento que desee a su alcance. Pero en 1961, cuando compró el bajo que se ha recuperado ahora, no era así. Entonces era un joven rocker que tocaba en Alemania con su grupo, primero The Quarrymen, luego Beat Brothers, como apoyo de Tony Sheridan, y por fin como The Beatles. Parece que McCartney se inclinó por este modelo de Höfner porque estaba al alcance de su entonces mermado bolsillo –le costó 30 líbras–, era un instrumento de calidad y era más ligero que otros cuyo sonido también apreciaba, como los Rickenbaker.

El músico usó este Höfner durante los primeros años de The Beatles, tanto en estudio como en directo. «Este fue el bajo que impulsó la Beatlemanía», aseguran en The Lost Bass Project. «Lo utilizó en Hamburgo en sus actuaciones como músico residente, lo tocó más de 250 veces en The Cavern Club», en Liverpool. Y se utilizó en las sesiones de grabación de «los dos primeros álbumes de The Beatles: 'Please Please Me' y 'With The Beatles'». Es el bajo que se escucha en 'Love Me Do', 'Twist and Shout', 'All My Loving', 'She Loves You' y otros singles de éxito.

En 1963 fue relegado y se quedó como bajo de reserva. McCartney empezó a tocar otros ejemplares del mismo modelo u otros bajos, como el Rickenbacker 4001S, al que dio prioridad en las grabaciones. Aunque este Höfner siguió usándose hasta la separación de The Beatles en 1969. «Permaneció con Paul hasta una oscura y fría noche de octubre de 1972, cuando sobrevino la tragedia. Alguien lo robó por la noche de una furgoneta de transporte de equipos» en una calle de Notting Hill. «Pensamos que no volveríamos a verlo». Pero no ha sido así.

Un llamamiento público realizado por el proyecto el año pasado dio la vuelta al mundo. «Como resultado de la publicidad, alguien que vive en una casa adosada en Hastings, en la costa sur de Inglaterra, se puso en contacto con la compañía de Paul McCartney y les devolvió el bajo», explica Nick Wass, uno de los promotores de la iniciativa.

El instrumento fue devuelto el año pasado, pero la resolución de la historia no se ha dado a conocer hasta este jueves. Según Wass, el bajo está «algo dañado». Tiene una grieta en el mástil, el puente roto y las pastillas no funcionan. Vamos, que en su estado actual solo sirve de adorno. «Pero se puede arreglar, el mástil se puede reparar y podemos hacer que se pueda tocar de nuevo», apunta Wass.

Según Scott Jones, el ladrón vivía en Ladbroke Grove, en el barrio de Notting Hill, ahora considerado burgués, pero que en la época era habitado sobre todo por «músicos, artistas y hippies». El autor del robo ignoraba de quién era el instrumento, y cuando lo supo pidió al dueño del pub de la esquina de su calle que lo escondiera. «Lo que es increíble es que cuando comenzamos la búsqueda, pensábamos que el bajo podría estar en cualquier parte del mundo», añade Naomi Jones, cuando en realidad se encontraba «a pocas millas».