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Hay temperamentos incendiarios que hacen daño dentro y fuera de los escenarios. Es el caso de la soprano Angela Gheorghiu (Adjud, Rumanía, 1965), a la que siempre le ha gustado jugar con fuego. Es todo pasión y sensibilidad, algo que viene muy bien cuando se ... interpreta un personaje en escena, pero no tanto en las relaciones personales y profesionales. En su última salida de tono ella misma ha salido chamuscada. El pasado sábado, al término de la función de 'Tosca', que protagonizaba junto al tenor coreano Alfred Kim, fue abucheada sin compasión por el público que abarrotaba el Sejong Center for the Performing Arts de Seúl.
Y no se lo merecía por haber cantado mal, sino por haber interrumpido el bis de su compañero con aspavientos y gritos al director de orquesta, porque, en sus palabras, «esto es una ópera y no un recital». El maestro Jee Joong-bae, que no daba crédito, intentó retomar la repetición del aria, que los espectadores seguían reclamando, pero la insistencia de la diva rumana no le dejó opción. Plantada en mitad del escenario, Gheorgiu profirió la palabra mágica con la que (casi) siempre se sale con la suya: «¡Respetadme!». Así fue como se frustró el bis de 'E lucevan le stelle' y se pasó directamente al dúo de amor entre la soprano y el tenor.
El espectáculo siguió adelante pese a la humillación que acababa de recibir Alfred Kim delante de sus compatriotas. Haciendo gala de profesionalidad y sangre fría, ambos cantantes se abrazaron y besaron (metidos en la piel de sus personajes) como si nada hubiera ocurrido. La representación terminó sin más contratiempos pero la tensión se respiraba en el ambiente. En el turno de las salidas a escena, con el telón bajado, la situación empeoró porque la soprano rumana se negaba a saludar al público. Con mucha paciencia y mano izquierda, el barítono Samuel Youn consiguió convencerla para que diera la cara, con la esperanza de que sirviera para conciliar los ánimos. Todo lo contrario. La bronca fue monumental. Otro hito más en la carrera de una artista que no tiene parangón.
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