«Ojalá el #MeToo en el pop empiece con los hombres pidiendo perdón»
Zahara | cantante ·
La artista de Úbeda cierra un ciclo el martes con el colofón de la gira 'Gracias, puta' en el Actual de LogroñoSecciones
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Zahara | cantante ·
La artista de Úbeda cierra un ciclo el martes con el colofón de la gira 'Gracias, puta' en el Actual de LogroñoDesde que saltó a la palestra en 2005 con su primer disco, 'Día 913', no ha dejado de apretar el acelerador y experimentar. Zahara (Úbeda, 1983) no le hace ascos a casi nada: formato acústico, pop, rock, rave... Se ha olvidado de las lentejuelitas y ... el cuello alto para lucir tanga en los conciertos. El martes cerrará su gira 'Gracias, puta' en el Actual de Logroño. Hija de un experto en música antigua y de una maestra, escritora y expolítica de Izquierda Unida, tiene formación y arrestos para seguir dando guerra.
- Lleva más de año y medio en la cresta de la ola con el disco 'Puta' y la secuela 'Reputa'. Ya se encontrará algo cansada, ¿no?
- Ha sido todo muy intenso. ¡Tengo más energía que nunca! Pero, al mismo tiempo, es verdad que siento la necesidad de cerrar un ciclo personal y profesional. La génesis del disco fue euforia y tormento, los conciertos de promoción una esquizofrenia emocional. Había risas y lágrimas...
- En las letras de las canciones sacaba a la luz su experiencia de acoso escolar y víctima de abusos sexuales. Eran impactantes, como el cartel de los conciertos.
- Conste que nunca me lo planteé como un ataque a la religión.
- ¿De verdad consideraba necesario salir caracterizada como la Virgen María con una banda en la que se leía 'puta'?
- Era una metáfora religiosa. Lo que yo buscaba era plantear preguntas y que la gente se diera respuestas con sus criterios, emociones y sentimientos.
- Su padre, católico practicante y director de un grupo de música y danza renacentista, ¿entendió el mensaje?
- Al principio le incomodó. Pero terminó entendiendo su razón de ser. Hablamos mucho de ello. Es un hombre inteligente al que le gusta saber lo que hay detrás de mis trabajos. Se dio cuenta de que es paradójico que pueda ofender tanto el cartel cuando se admite que se insulte a cualquier mujer con esa misma palabra, puta, tan manida. Por no hablar de otro tipo de violencias y hasta de los asesinatos. Dicho esto, mi padre viene encantado a mis conciertos.
- Joaquín Sabina es pariente suyo y usted con 16 años se alzó como ganadora en el Certamen Regional de Canción de Autor.
- Ja, ja, qué tiempos.
- Es decir, pese al 'bullying' y sus traumas en la infancia y adolescencia, usted no estaba desorientada. Tenía referentes muy sólidos y una vocación clara.
- La música siempre ha sido mi refugio. Me fascina su capacidad de conmover a otras personas. Mi hijo, de cinco años, ya inventa canciones... Es emocionante. La primera que yo compuse se titulaba 'Una palabra'. Yo tenía 12 años. Me hace una ilusión tremenda haberla incluido en el disco 'Madre'. El círculo se cierra.
- Usted estudió Magisterio Musical. ¿Nunca se ha arrepentido de no haber seguido trabajando como maestra?
- Pues, fíjese, en el fondo no he cambiado tanto. Hay muchos puntos en común entre dar clases y dar conciertos. Se trata de llevar a los oyentes a un sitio, pasando por varias etapas, y cada 20 minutos hay que cambiar de estilo, formato o energía. Yo me preparo las actuaciones igual que las clases para niñas y niños de seis años. ¡Lo importante es que nadie se te despiste!
- Lleva más de 15 años trabajando duro para hacerse un hueco en el panorama musical. ¿Qué opina de la preponderancia de los hombres como cabezas de cartel?
- Es lamentable, porque vendemos tantos tickets como ellos. Y si no lo conseguimos es por la crisis, que les afecta igualmente a ellos. Por lo demás, en 2023 seré cabeza de cartel con Love of Lesbian en el Festival SanSan de Benicàssim. ¡Es la primera vez que me pasa!
- Por cierto, ¿cree que surgirá el movimiento #MeToo en el mundo de la música pop-rock?
- A raíz de 'Puta' he recibido testimonios de hombres y mujeres que se sentían identificados con lo que yo contaba sobre mi experiencia de abusos sexuales y, por supuesto, no faltaban casos del sector musical. Ahora bien, lo ideal sería que los propios hombres del gremio admitieran que tuvieron un comportamiento inapropiado en el pasado. No digo que vayan a confesar una violación, pero sí que sus actitudes con las fans o las colegas no ayudaban a la convivencia. Sería muy valioso que el #MeToo naciera para variar a iniciativa de los hombres. Puede sonar utópico pero... ¿por qué no? Tendría un efecto potentísimo que pidieran perdón. A ellos siempre se les hace más caso...
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