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Cuando Rusalka confía a su padre que se ha enamorado de un joven príncipe humano y que desea convertirse también en humana para poder abrazarlo, el padre le advierte que si lo hace perderá la inmortalidad. Es el momento en el que la Rusalka de ... Dvorak canta la hermosa y conocida 'Canción de la Luna' para contar al príncipe su amor. La invitada por la BOS a interpretar la famosa aria fue la soprano rusa Olesya Golovneva, que le dio el carácter melancólico y angelical inherente a la bella melodía. Así, los aires del músico checo volaron por una sala en silencio total. Cuando su joven, timbrada y fresca voz afrontó la verdiana aria del Don Carlo y la complicada 'Tu che la vanitá', careció de una clara muestra vocal que abarcara bien el registro bajo o una buena técnica del legato para emocionarnos dramáticamente en el rechazo piadoso de Elisabetta de Valois al príncipe Carlos.
La voz de Golovneva careció de peso y el color ligero de su timbre no acompañó el verdadero estilo del aria. Cantó mejor 'la escena de la carta' en la que Tatiana, que está enamorada de Onegin, le escribe una extensa carta manifestando todo el amor que siente por él. En cuanto al maestro Erik Nielsen al frente de su orquesta, había ofrecido con anterioridad 'el ballet de la reina' del tercer acto del Don Carlo, una de esas víctimas habituales de los cortes en las representaciones y que Nielsen quiso recuperar de modo brillante. De la misma manera, se pudo disfrutar del bello vals y la vibrante polonesa que la orquesta bilbaína ofreció de la ópera Eugene Oneguin.
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