Elementos básicos concernientes al canto, como el reinicio en la búsqueda de la voz perdida, la discusión comparativa entre la música moderna y la lírica, o la vivencia amorosa en tiempos pasados entre un profesor y una alumna, forman la estructura de 'Malos tiempos para ... la lírica', obra semiteatral representa en el Arriaga el pasado sábado. Albert Boadella y Martina Cabanas no han dudado en presentarnos a un recluido y refunfuñón profesor anclado en su pasado zarzuelero visitado por una exalumna que triunfa con lo moderno.

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La obra se podría definir como una gran caricatura del aprendizaje a cantar con un maestro que nos quiere convencer de que con dolor se canta mejor y una alumna que le solicita ese dolor para poder cantar bien. Entre la banalización, las discusiones reiteradas y el ánimo de degradar tanto lo antiguo como lo moderno, los autores al final nos dejan la duda de si un mundo pasado, según ellos, es preferible al frenetismo de la música moderna. La soprano María Rey Joly nos suavizó la velada con su atractiva presencia y su bella e íntima versión de la romanza 'Palomica aragonesa' cantada con mucho gusto.

La soprano madrileña cuajó una excelente actuación no exenta de una gran sensualidad en escena. En cuanto al tenor Antonio Comas, su canto se escudó en la vejez inherente al personaje que representaba y salvo el dúo 'Qué tiempos aquellos' de la zarzuela El Manojo de Rosas, su voz, no siempre afinada, dejó mucho que desear cuando estuvo obligado a enseñarla. Una personal visión de Boadella y Cabanas del arte lírico, en concreto de la zarzuela, en la que no faltaron apuntes de las más conocidas romanzas.

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